viernes, diciembre 12, 2025
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Listo el tablero de ajedrez

Los partidos y los grupos significativos de ciudadanos han presentado sus listas para disputar las distintas curules en el Congreso de la República. Mientras el centro y la derecha se encuentran divididos, el Pacto Histórico llega unido y fortalecido. Así se proyecta la contienda electoral del próximo año

Óscar Sotelo Ortiz
@oscarsopos

Oficialmente el país se encuentra en modo electoral. Con la inscripción de las listas parlamentarias de los partidos con personería jurídica y los grupos significativos de ciudadanos se inicia un momento crucial para el futuro de la democracia y el proceso de cambio político.

En 2026 la ciudadanía colombiana será convocada, tanto el 8 de marzo para elegir la nueva composición del Congreso de la República, como el 31 de mayo para designar a la persona que ocupará en los siguientes cuatro años el solio de Bolívar. De necesitarse una segunda vuelta presidencial, la fecha ya está agendada para el 21 de junio.

Las elecciones se realizarán en un particular contexto político. Sin lugar a duda, el apoyo o la oposición al Gobierno del presidente Gustavo Petro marcará la agenda electoral del próximo año, donde serán transcendentales las discusiones. En juego estarán el futuro de las reformas sociales y la continuidad de las trasformaciones impulsadas por el programa ‘Colombia, potencia de la vida’.

El termómetro

Para 2026 ya se comienzan a vislumbrar algunas consideraciones generales. La primera es que la campaña viene desarrollándose a partir de un recorrido extraoficial. La consulta del 26 de octubre, donde el Pacto Histórico demostró con votos reales su fuerza, y la publicación de los resultados de la reciente encuesta Invamer, han dejado indicadores cuantitativos que funcionan como una especie de termómetro político.

Por otro lado, la tendencia en la inscripción de las listas parlamentarias deja claro que el escenario sigue siendo volátil. Según el último reporte de la Registraduría Nacional del Estado Civil, institución encargada de organizar las elecciones, en esta oportunidad se inscribieron cerca de 350 listas para Senado y Cámaras. Aunque este dato se contrasta con las 555 planchas presentadas en 2022, el número sigue siendo alto.

Y finalmente, no está despejado el futuro de las consultas interpartidistas en todos los frentes políticos. La reciente decisión del candidato de centro derecha Sergio Fajardo de no medirse en marzo, las tensiones que suscita en la derecha y la extrema derecha el nombre de Abelardo de la Espriella, y los buenos números de Iván Cepeda frente a una posible consulta de Frente Amplio, dejan en evidencia que el escenario presidencial no se encuentra decantado.

Por ello será fundamental la disputa por la nueva composición que tendrá el Congreso de la República. De acuerdo con todos los pronósticos, los resultados del 8 de marzo serán una especie de segundo round electoral (el primero fue el 26 de octubre) fundamental para cualquier aspiración presidencial.

En Corferias se dieron cita los partidos para inscribir las listas. Foto Fabián Sora, Comunicaciones PCC

El Pacto de miel

La principal fuerza del país vive uno de sus mejores momentos. Después de un largo proceso unitario y de una accidentada relación con el Consejo Nacional Electoral, el Pacto Histórico ya es oficialmente un partido político gracias a la fusión del Polo Democrático Alternativo, de la Unión Patriótica, del Partido Comunista Colombiano y del partido Progresistas.

Esta nueva realidad jurídica permitió que el Pacto continuará sin mayores traumatismos su proceso de inscripción. Junto al candidato presidencial Iván Cepeda Castro, la exministra Carolina Corcho, y una gran cantidad de liderazgos que aspiran a un lugar en el Congreso, el partido de izquierda ha presentado una lista nacional al Senado y 32 listas territoriales para la Cámara de Representantes. Todas estas tienen la característica que son cerradas, paritarias y con alternancia.

“Es la primera vez en la historia política de Colombia que un partido inscribe listas organizadas de manera democrática”, dijo la exministra Corcho, que tiene el reto de liderar la propuesta del Pacto Histórico en el Senado. La arquitecta de la reforma a la salud será la número uno de la lista cerrada gracias a los 670 mil votos alcanzados en la consulta interna del 26 de octubre.

Al interior del Pacto hay una especie de luna de miel, no solo por las decisiones jurídicas favorables que fortalecen el proceso organizativo como partido de izquierda y progresista, sino por los buenos números de la consulta y los últimos resultados que marcan las encuestas. “La unidad es nuestra mayor fuerza. El cambio sigue abriendo camino”, expresó María Eugenia Londoño, candidata al Senado del Partido Comunista en la lista del Pacto.

Por último, el Pacto tiene el reto de aumentar su representación parlamentaria para así ratificarse como la principal fuerza del país. En la búsqueda de ese objetivo, parte con una base importante de casi dos millones y medio de personas que participaron disciplinadamente en la consulta interna. Un acumulado que en la actualidad envidian todas las fuerzas del espectro político.

La jugada del uribismo

En el otro lugar del tablero de la política, el partido de la extrema derecha Centro Democrático también ha exhibido una lista cerrada al Senado con el objetivo de ordenar sus fichas, asegurar la unidad del uribismo y garantizar una importante representación parlamentaria.

La colectividad se ha decantado una vez más por el voto cerrado, presentando no solo al exconcejal de Bogotá y hoy representante a la Cámara, Andrés Forero, como su cabeza de lista al Senado, sino también a Álvaro Uribe Vélez en el puesto 25.

El objetivo de esta jugada es apelar al liderazgo que ejerce el expresidente en las bases de la derecha y la extrema derecha, y así aumentar considerablemente la votación. No obstante, esta apuesta es arriesgada porque necesitarían algo más de tres millones de votos.

Aunque no es un número imposible, es importante recordar que en 2018, año en el que Uribe Vélez fue cabeza de lista y después Iván Duque terminó siendo elegido como presidente por el uribismo, el Centro Democrático alcanzó 19 curules. Pero hoy el panorama político es radicalmente distinto, no solo por los efectos de los casos penales que afectan a la familia Uribe Vélez, sino porque se enfrentan a una izquierda ordenada, al tiempo que carecen de una candidatura con opciones que pueda disputar la presidencia.

Los últimos enfrentamientos internos que terminaron por sacar de la carrera presidencial a Miguel Uribe Londoño, y que definieron la postulación de las senadoras María Fernanda Cabal, Paola Holguín y Paloma Valencia, que juntas no suman el cinco por ciento en la encuesta de Invamer, exponen que en la actualidad al interior del Centro Democrático hay más dificultades y rupturas que fortalezas.

El baile de los tradicionales

El representante Gabriel Becerra presenta las diferentes listas
del Pacto Histórico. Foto Comunicaciones UP

Los últimos sondeos han proyectado que las listas cerradas del Pacto Histórico y del Centro Democrático serán las más votadas en las elecciones parlamentarias. Esta situación enciende las alarmas de los demás partidos, que en general se han decidido por listas abiertas. Para el caso de los tradicionales Liberal y Conservador, la estrategia es reeditar viejas fichas y asegurar el status quo de la representación alcanzada en 2022.

Por la tolda azul regresan exsenadores como David Barguil, cabeza de lista, Hernán Andrade y Juan David Gómez. Asimismo, ocho de los senadores actuales repiten postulación y siete esperan dejar herederos, la mayoría de estos pasan de la Cámara al Senado.

Finalmente, después de 20 años en el Congreso, Efraín Cepeda se postula a la presidencia sin los consensos necesarios, dado que varias de las personas que integran la lista ya han anunciado su apoyo al candidato Abelardo de la Espriella.

Por su parte, el Partido Liberal llega dividido a la contienda por cuenta del polémico liderazgo del expresidente César Gaviria. Si bien el cabeza de lista es el senador y barón electoral Lidio García, en esta oportunidad más de la mitad de la actual bancada no aspirará y muchos de los votos se fugarán a otras colectividades. La estrategia para evitar este fenómeno ha sido acercar a poderosos clanes electorales de estirpe tradicional, como la casa Aguilar y Serpa.

Al igual que en el Partido Conservador, seis representantes liberales intentarán llegar a la cámara alta del Congreso. Además, se mantendrá la disputa por la conducción de la casa Gaviria con movimientos como la aspiración al Senado del actual representante Juan Carlos Losada. La respuesta nepotista del expresidente ha sido postular a su hija María Paz Gaviria. Una situación es clara: los votos definirán el futuro de este partido tradicional.

Los cálculos de la otra derecha

Otros partidos de derecha también han movido sus fichas para no perder espacios en esta disputa electoral. En el caso de Cambio Radical hay un considerable remesón. De los 11 senadores que tienen, seis no aspirarán en esta oportunidad, siendo el caso más representativo el de Armando Zabarain, quien endosará su capital político a su hijo Nello, quien se presentará en la lista de En Marcha. También está el caso de David Luna, quien renunció al Senado para aspirar a la presidencia, en una campaña que hasta el momento no ha logrado despegar.

Aunque se mantiene la unidad con el clan Char y se logró una alianza con el partido cristiano Colombia Justa Libre y la Liga Anticorrupción, los números no son muy favorables para la colectividad que lidera el exvicepresidente Germán Vargas Lleras.

Las proyecciones les dan menos de 10 senadores, lo cual coincidiría con la tendencia de los últimos años que dejan a Cambio Radical como uno de los partidos de la derecha más golpeados por el cambio de época.

Situación similar se vive en el Partido de la U que hoy conduce la gobernadora Dilian Francisca Toro. La estrategia de esta colectividad, que otrora fue mayoritaria en el Congreso, es mantener las alianzas regionales con los “ñoños” y con sectores del empresario críticos al Gobierno nacional. En esa ecuación es fundamental el cabeza de lista, el senador Juan Felipe Lemos, opositor a las reformas sociales y cercano a los gremios antioqueños.

El cálculo del Partido de la U es que puedan conservar las diez curules en el Senado y resistir como un partido de derecha con relevancia política al interior del Congreso.

El centro edulcorado

El candidato Iván Cepeda Castro estuvo presente en la presentación de las listas del PH. Foto Fabián Sora, Comunicaciones PCC

Una de las características que tendrá esta contienda es que el centro está dividido. Con la presentación de dos listas separadas se atomiza la experiencia de 2022 que encarnó el fallido proyecto del Centro Esperanza y que tuvo buenos resultados electorales.

Ante esa situación, el único objetivo común de estas listas será superar el umbral e intentar una candidatura presidencial que represente al centro, objetivo cada vez más difícil de lograr, por cuenta de la negativa de Fajardo de medirse en consulta y la caída en pique de aspiraciones como la de la exalcaldesa Claudia López.

La primera lista es la del Nuevo Liberalismo, Dignidad & Compromiso y el partido Mira. Este experimento atrapalotodo es liderado por el representante fajardista Juan Sebastián Gómez, divide el voto del MOIR con el salto de la representante Jennifer Pedraza y el reencauche del exsenador Jorge Robledo, presenta una serie de liderazgos débiles cuyo único mérito es ser cercanos a la casa Galán, y apuesta por la continuidad de las tres curules que hoy tiene el sector cristiano de la coalición.

Mientras tanto, la Alianza Verde se ha unido con el partido En Marcha del exministro Juan Fernando Cristo. Esta coalición se da en medio de un agresivo debate entre quienes apoyan al Gobierno nacional y los liderazgos que han terminado en la oposición de derecha. Si bien la cabeza de lista estará a cargo del exalcalde de Bogotá, Lucho Garzón, también se postulan nombres polémicos como el del influencer y líder de extrema derecha ‘JP’ Hernández.

En 2022 el Centro Esperanza logró 13 curules. Sin embargo, la actual realidad política de un centro político dividido proyecta una disminución de la representación, por cuenta de una considerable caída en el voto de opinión.

Palomitas y militancia

Finalmente, están las listas de sectores democráticos que no acudieron al llamado del Pacto Histórico. Por un lado, tenemos la lista abierta de Unitarios compuesta por el Partido del Trabajo de Colombia, Todos Somos Colombia de la senadora Clara López, Esperanza Democrática y otros sectores minoritarios de la izquierda política.

También se han presentado las listas de Fuerza Ciudadana del exgobernador magdalenense Carlos Caicedo en alianza con el Partido Comunes, y las listas de La Fuerza que conduce el candidato presidencial Roy Barreras. El común denominador en todas estas apuestas es superar milagrosamente el umbral. Una tarea prácticamente imposible y que tendrá con seguridad consecuencias negativas para el proyecto político del cambio.

Es así como las fichas del ajedrez político ya se encuentran en su lugar para lo que serán unas interesantes e imperdibles elecciones. Recomendamos militancia y palomitas para lo que vendrá.

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