Con la presencia de 1.200 delegados y delegadas, el Pacto formalizó su proyecto unitario rumbo a 2026, en una jornada política cargada de fuerza, esperanza y definición estratégica
Mónica Andrea Miranda Forero
@Emedemoni_
Desde muy temprano, los pasillos se llenaron de camisetas, banderas y consignas. El ambiente era de militancia viva, diversa y organizada. El encargado de moderar la jornada fue el representante a la Cámara Gabriel Becerra, dirigente de la Unión Patriótica, quien guio con claridad los momentos decisivos del evento, manteniendo siempre el enfoque en la unidad y el horizonte colectivo.
“Hoy es un día histórico para quienes hemos luchado toda la vida por una Colombia distinta”, expresó Becerra al abrir la plenaria. Luego, agregó: “Nos convocamos aquí para construir un instrumento político sólido, amplio y democrático que le dé continuidad al proyecto transformador iniciado en 2022”.
Precandidaturas presidenciales
Gustavo Bolívar apostó por la emoción, llamando a “no soltar la oportunidad histórica” y a enfrentar al establecimiento con decisión desde las bases. Carolina Corcho defendió la reforma a la salud y recordó que el poder económico no va a ceder sin presión desde abajo.
Daniel Quintero denunció la persecución de las élites y se presentó como parte de quienes sí han sabido gobernar para el pueblo. Susana Muhamad subrayó la urgencia de una transición ecológica con justicia social. Gloria Flórez reivindicó la movilización como herramienta indispensable para blindar el cambio.
Camilo Romero apostó por una mayoría ciudadana alegre y transformadora. Alí Bantú recordó que no puede haber democracia sin reparación histórica a los pueblos racializados. Roy Barreras, por su parte, hizo un llamado a construir una mayoría nacional capaz de sostener y avanzar en las reformas en curso.
Cada intervención, aunque distinta, dejó claro que este no es un proyecto de egos, sino una apuesta colectiva por un país distinto, sin hambre, sin miedo y sin privilegios.
Reglas claras y chocolate espeso
Uno de los anuncios centrales fue el inicio formal del tránsito hacia la obtención de personería jurídica como partido político, fruto de la fusión entre Colombia Humana, Unión Patriótica, Polo Democrático y el Partido Comunista Colombiano. Esta transformación busca fortalecer el carácter orgánico del movimiento y garantizar su continuidad más allá del actual gobierno.
“Queremos dejar de ser una suma de logos y convertirnos en una sola fuerza, en un movimiento profundamente enraizado en las luchas sociales del país”, enfatizó Gabriel Becerra. En este contexto, se hizo un llamado urgente al Consejo Nacional Electoral, CNE, para que garantice los derechos constitucionales de participación de las mayorías que respaldan al Pacto Histórico.
Respaldar, defender y profundizar el cambio
Durante la convención, no hubo lugar para ambigüedades. Todas las voces coincidieron en una consigna central: defender el gobierno del cambio y al presidente Gustavo Petro, enfrentar los intentos de deslegitimación institucional y consolidar una alternativa política que continúe con las reformas sociales y económicas.
Las menciones al presidente Gustavo Petro no fueron solo simbólicas. Aunque no asistió físicamente, el mandatario envió mensajes desde sus redes sociales, respaldando la convención y exigiendo al CNE el reconocimiento legal del movimiento: “Este es mi partido, aquí están mis ideas, mi historia, mi causa. Espero del CNE las garantías necesarias para que la democracia sea real”.
Apoyo internacional y defensa de las causas justas
La convención también contó con la presencia de delegaciones internacionales como la de David Adler y Juan Carlos Monedero. Mónica Valente, secretaria ejecutiva del Foro de São Paulo, envió un saludo virtual en el que destacó la importancia de consolidar fuerzas progresistas en la región.
Uno de los momentos más emotivos fue la intervención de Rula Shadid, del Instituto Palestino de Diplomacia Pública, quien expresó con firmeza: “Rechazamos el genocidio contra el pueblo palestino. Nuestra solidaridad es con quienes resisten la ocupación, con las madres que lloran a sus hijos y con los pueblos que luchan por su libertad”.
La convención aprobó el reglamento interno que guiará el proceso democrático del movimiento. Uno de los principales anuncios fue la convocatoria a una consulta abierta a la ciudadanía, con dos vueltas: en octubre de 2025 se elegirá la fórmula presidencial ─presidencia y vicepresidencia─ y, en marzo de 2026, se realizará una segunda vuelta interna si hay más de dos candidaturas con opción. La persona que quede en segundo lugar en octubre encabezará la lista al Senado.
El primer afiliado
También se oficializó el inicio de la campaña de afiliación, con el objetivo de ampliar la base social del Pacto. Además, se ratificó la voluntad de unificación orgánica entre la Unión Patriótica, Colombia Humana, Polo Democrático y el Partido Comunista Colombiano, un paso clave hacia una personería jurídica común. En este sentido, se exigió al Consejo Nacional Electoral una decisión pronta y respetuosa del derecho a la participación política.
Durante la convención, un gesto cargado de contenido político marcó el rumbo del naciente partido político: el presidente Gustavo Petro será el primer afiliado al Pacto Histórico. Esta decisión no solo ratifica su compromiso con el proyecto de cambio, sino que envía un mensaje claro a toda la militancia y al país. Al ponerse en la fila como un militante más, Petro convoca a cerrar filas en torno a un proceso común que trascienda nombres y reafirme la soberanía popular como fuerza transformadora porque como lo ha dicho Becerra en diferentes ocasiones “El pueblo manda”.
La unidad no es una consigna: es el camino
Al finalizar la jornada, quedó claro que el paso dado no es menor. La construcción de un Movimiento Político Pacto Histórico con estructura propia, hoja de ruta y reglas democráticas implica dejar atrás viejas formas de hacer política. No hay jefaturas incuestionables ni acuerdos por arriba: hay disputa política, sí, pero también una firme voluntad de convergencia.
La unidad fue la palabra más repetida en el evento. Pero no una unidad vacía ni superficial, sino la que se construye desde las diferencias, con sentido estratégico y compromiso militante. El Pacto entra así en una nueva etapa: más organizada, más participativa y más decidida a gobernar para las mayorías.