El alto funcionario analiza la aprobación de las Reformas laboral y pensional, los retos de su implementación y el papel de la movilización social
Luydomin Atencia
Iván Jaramillo Jassir estudió derecho en la Universidad del Rosario, donde también ha sido profesor. Según la página del Ministerio del Trabajo, es “magíster en Derecho del Trabajo de la Universidad de Bolonia (Italia), doctor cum laude en Derecho de la Universidad de Castilla-La Mancha (España) y ha escrito libros y artículos sobre seguridad social y asuntos laborales”.
Jaramillo Jassir dialogó con el semanario VOZ sobre la aprobación de la reforma pensional y la sanción presidencial de la reforma laboral.
Tras el regreso del proyecto de ley pensional a la Cámara y el desarrollo del debate el pasado sábado, ¿cómo interpreta usted la aprobación de esta ley por parte de la Cámara?
Hubo debate con la participaron de todos los sectores; se leyeron las constancias de los partidos que no querían participar directamente, lo cual es una forma de participar. Al final, se optó por una mayoría muy acentuada de 109 votos, acogiendo nuevamente el texto de Senado.
Hay que ser claros en que sí hubo un suficiente debate y el texto de la ley fue debidamente examinado. De hecho, la coordinadora ponente, Marta Alfonso, junto con otros ponentes como el Representante Víctor Salcedo, intervinieron durante la ponencia de cuarto debate. La plenaria de la Cámara, órgano soberano, desarrolló un debate informado y responsable.
Vimos una mayoría muy fuerte, ¿cómo se logró esto?
Sí, una mayoría muy consolidada, inclinada hacia acoger el texto de Senado. Pienso que por fin las ventajas del sistema se han entendido y valorado por la arquitectura de su diseño, que mejora la repartición de recursos del sistema de protección social, sacando de la pobreza extrema a tres millones de adultos mayores e invierte esa lógica actual de subsidio de altas pensiones por un esfuerzo fiscal más idóneo y mucho más ajustado, que responde a los objetivos y finalidades de redistribución de ingresos que tiene un sistema de protección social.
La devolución de la ley por parte de la Corte a la Cámara generó confusiones entre quienes venían en el proceso de transición de los fondos privados hacia Colpensiones. En ese contexto, ¿qué sucederá con las personas que estaban en ese proceso?
La pregunta es muy importante porque, aunque la ley está vigente, está suspendida por el Auto 841. Sin embargo, ese mismo Auto de la Corte Constitucional deja a salvo de la suspensión el parágrafo del artículo 12 y el artículo 76, que se refiere a la oportunidad de traslado de personas a quienes les faltan diez años para cumplir las edades pensionales y que no se podían trasladar entre los fondos privados y Colpensiones.
Esa restricción se levanta con el artículo 76 de la ley 2381 y, por expresa disposición de la Corte, dicho artículo se mantiene vigente y aplicándose, no está suspendido en el tiempo.
¿Es decir que las personas pueden seguir en su proceso de traslado aunque la Corte aún no ha dado su veredicto de exequibilidad?
Así es. Además, es bueno recordar, a los que están en proceso de traslado, que ha pasado ya casi un año de los dos que da la ley como oportunidad para trasladarse de un fondo privado a Colpensiones.
Luego, es bueno que los y las lectoras de VOZ se enteren de esta oportunidad que se mantiene aplicable y queda un año más, conforme a lo previsto en el artículo 76 de la ley 2381.
También hay que recordar que el proceso de la doble asesoría es completamente gratuito. Los ciudadanos interesados deben solamente llamar al fondo de origen y con el fondo de destino para conocer su situación pensional y definir si se trasladan o no, según la situación particular de cada uno de los afiliados y afiliadas.
Usted y la exministra Gloria Inés Ramírez iniciaron este proceso, y ahora, usted y el ministro Antonio Sanguino les ha correspondido llevarlo hasta el final. ¿Qué sigue para el Ministerio del Trabajo en materia pensional?
La Organización Internacional del Trabajo, OIT, ha expedido una “Nota Técnica”, en la que advierte que Colombia, con esta reforma, se pone a tono con los estándares internacionales en materia de seguridad social, en perspectiva de ratificación del Convenio 102 de la OIT, de estándares internacionales mínimos de protección social. Pero para avanzar hacia allá, hay que esperar la definición de la exequibilidad o no de la ley.
¿Y con respecto a los y las trabajadoras?
Junto con el ministro Antonio Sanguino, continuaremos con el proceso que iniciamos en 2022 junto con la exministra Gloria Inés Ramírez, enfocado en fortalecer el reconocimiento y la efectividad de los derechos laborales colectivos y los derechos de protección social de los colombianos.
Como es sabido, aprobada la reforma laboral, la instrucción del presidente Gustavo Petro es que la ley debe traducirse en la vida cotidiana de las empresas y trabajadores. La ley no puede ser letra muerta; debe reflejarse en los espacios laborales y materializar realmente la recuperación de derechos que consagra la ley.
¿Y cómo se logrará esto?
Definir los espacios de jornada nocturna, reconocer el recargo del 100 % por trabajo dominical, laboralizar el contrato de aprendizaje para incluir cotas de contratación de personas con discapacidad, estas son algunas garantías que buscamos recuperar, que se perdieron con la ley 789. Desde el Ministerio, lo lograremos con firmeza para asegurar el cumplimiento de esta ley laboral.
Justamente, iniciamos ya con la adecuación para que nuestros inspectores cuenten con una guía de ruta clara para el acompañamiento e implementación de esta ley. Obviamente, continuamos con todo el esquema que traíamos de estímulos al empleo a través de programas como Empleos para la Vida, en el que reconocemos un porcentaje directamente de la nómina por contratación de personas con discapacidad, jóvenes, mujeres y hombres mayores de 28 años.
Sabemos que fue un proceso con períodos de tensión. ¿Cómo quedaron las relaciones entre el Gobierno, el Ministerio y los fondos privados de pensiones? ¿Se mantiene aún el diálogo y la interlocución con ellos?
La ley establece, en su artículo 90, un comité de transición operativa para la estructuración de la implementación de la ley, en el que participan los fondos privados de pensiones, Hacienda, Salud, el Ministerio del Trabajo y el Departamento para la Prosperidad Social, DPS.
Debemos partir de la situación de que, aprobada la ley, cambia radicalmente la lógica de relacionamiento. Antes, con la ley 100, existía una competencia entre el sistema público y los sistemas privados. Ahora, con la nueva ley, la relación se da en el marco de un sistema de pilares, y complementariedad de ambos sectores.
¿Los fondos privados entienden claramente este nuevo escenario y relacionamiento?
Al principio de la ley 100 de 1993, la migración de personas a fondos privados fue masiva. Con el tiempo, la gente comenzó a entender cuál es su mejor espacio pensional e inició una migración muy fuerte de regreso o afiliación a Colpensiones.
En esa lógica, considero que los fondos entendieron que la transición hacia un sistema de pilares representa una vía muy favorable para el país, en la que todos ganamos. Por eso, con los fondos privados, existe un trabajo de articulación de cara al nuevo sistema de complementariedad, y no de competencia entre fondos privados y públicos, en el que aseguramos los riesgos de los colombianos que ganan más de 2,3 salarios mínimos.
¿Cuál es su mensaje para el pueblo colombiano que se movilizó en defensa de las reformas y, en especial, de la pensional?
Nuestra gratitud con el pueblo movilizado es infinita. Se demuestra que la participación activa de la ciudadanía en la toma de decisiones del país produce un retorno social muy importante.
La presencia de las organizaciones sociales, de la CUT, de Fecode, de la Minga Indígena, de los estudiantes del SENA, del campesinado, de personas con discapacidad, de mujeres y jóvenes del campo y la ciudad, ha sido fuente de donde surgen las reformas aprobadas.
El mensaje es que la constancia en las luchas debe mantenerse porque está dando resultados.
¿Cree que esto refleja un cambio profundo en la sociedad colombiana?
Sí, hay un cambio en la visión de sociedad. Tradicionalmente, estábamos acostumbrados a decisiones tomadas por élites que veíamos lejanas, que no tenían nada que ver con nosotros, pero que, en últimas, afectaban profundamente nuestra propia definición como personas trabajadoras.
Creo que aquí hay un cambio: las personas y las organizaciones se pronuncian, intervienen y participan en la construcción de las propias reglas que definen su propio futuro. Más allá del propio contenido de los textos tanto de la laboral como de la pensional, hay una verdadera lección de vida y de sociedad.