Durante los días 25, 26 y 27 de julio se realizó el IV Encuentro de Formación de la JUCO en Madrid.
Cristhian Camargo
Durante los días 25, 26 y 27 de julio se realizó el IV Encuentro de Formación de la JUCO en Madrid. Fue llevado a cabo el estudio de diversos textos, como La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo, de Vladimir Lenin, así como Sobre el materialismo militante. Las cuestiones geopolíticas fueron tratadas mediante el texto Colombia en la región andina: geopolítica de la crisis, escrito por Jaime Caycedo.
Se contó con la presencia de compañeros y compañeras del partido, quienes a pesar de los años de exilio, llevan aún en sus venas la convicción y la conciencia de que nuestro país necesita otro rumbo. La lucha por una nueva Colombia sigue viva y no entiende de tiempo ni de fronteras. La lucha por el cambio se enfrenta a la ignominia y se materializa en coraje y valentía.
Así mismo, reafirmando que la cuestión colombiana no entiende de fronteras, hubo presencia de diversas nacionalidades, donde podríamos destacar a una compañera del Partido Comunista de Chile, quien enriqueció el intercambio de ideas ofreciendo la óptica de un país hermano, como es la tierra de Allende, sobre el conflicto social y armado que sufre Colombia.
Es necesario llevar a cabo un agradecimiento a todos aquellos que, aun teniendo que desplazarse desde otras ciudades, estuvieron presentes en el encuentro. No resulta nada fácil llevar a cabo estas actividades teniendo en cuenta las condiciones específicas que existen fuera del país; aun así se ha conseguido realizar con éxito. También merecen un reconocimiento los compañeros de Izquierda Unida y el PCE, quienes ofrecieron las instalaciones para que el IV Encuentro de Formación de la JUCO en España pudiera llevarse a cabo.
Como conclusiones, se trazó un plan de acción que abarca la tarea informativa en el Estado español en cuestiones tales como el genocidio de la UP, la situación del sindicalismo y los movimientos sociales en Colombia; entre otros proyectos. Por otra parte, en los momentos finales del encuentro, se decidió dar al centro de la JUCO en Madrid el nombre de Ricardo Ballesteros, en honor a un compañero que, como tantos y tantas, encarnó la labor consecuente de un revolucionario.
Ricardo se desempeñó en la labor sindical y se formó académicamente a lo largo de su vida, con el fin de poder contribuir en el cambio del país mediante la cátedra universitaria; pues estaba convencido de que el papel de los jóvenes es fundamental en la reconstrucción del país. Desde estas tierras allende los mares queremos brindar nuestro homenaje, tomar el relevo y recordar que como dijera el venezolano Alí Primera: “los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos”.