domingo, agosto 24, 2025
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Indigentes y sin techo ocupan andenes y parques en Cartagena

Es evidente que frente a este reflejo de la desigualdad, la pobreza y la injusticia que impera no sólo en la capital de Bolívar, no existe una estrategia de estado de inclusión, sino medidas de tipo policial, paliativos pasajeros

Indigentes en Cartagena. Foto de Arnoldo Mestre, El Universal.
Indigentes en Cartagena. Foto de Arnoldo Mestre, El Universal.

Libardo Muñoz

Grupos de hombres, mujeres y niños sin techo están ocupando algunos parques, andenes y cualquier espacio libre en Cartagena para pasar la noche y hasta para sus necesidades fisiológicas, cada día en más cantidad.

Esos cuadros de desamparo humano crecieron en el reciente período festivo del fin de año en sectores céntricos muy visibles como el Parque de Bolívar, corazón de la ciudad colonial, donde las bancas se transforman en camas para pasar la noche, aun bajo fuertes aguaceros.

Es evidente que frente a este reflejo de la desigualdad, la pobreza y la injusticia que impera no sólo en la capital de Bolívar, no existe una estrategia de estado de inclusión, sino medidas de tipo policial, paliativos pasajeros, como sucedió en la noche del 2 de enero de 2015, en el Parque de Bolívar sin que se sepa hasta ahora el paradero de unos veinte adultos embarcados en una patrulla.

Ya casi no queda un parque, monumento, baluarte amurallado o portal, que en el día son fotografiados por turistas del mundo entero, que se salven de la toma silenciosa de legiones de pobres que esperan la noche para reposar de su andar mendicante en absoluto desamparo. Ciudadanos del común parecen acostumbrados a esas escenas, pero no todos son insensibles a este problema social.

El espejismo de la ciudad

Instituciones privadas, juntas de vecinos y pequeños comerciantes del centro y de barrios se pronuncian de manera crítica por el aumento de la presión que la pobreza crea en grupos que antes se limitaban a invadir alrededores del mercado de Bazurto y vías adyacentes.

El sector de la Bomba de El Amparo, entrada terrestre por el oriente a Cartagena, es un submundo de la mendicidad, de los sin techo, entre quienes se mezclan grupos delincuenciales que se esparcen por barrios cercanos como Los Alpes , La Troncal, Blas de Lezo, Beirut y Chipre, entre otros.

Esta emergencia humanitaria que tiene lugar en Cartagena no está desligada del desarraigo de familias enteras del campo, del desempleo urbano y rural que en el caso de esta ciudad es de 16% como lo reconoce el Ministerio del Interior.

Pocos se preguntan cómo solucionan su alimentación personal los grupos humanos que llegan a Cartagena atraídos por el espejismo de la ciudad turística, una esquina del mar Caribe a donde llegan los más grandes y lujosos barcos de turismo y yates ocupados por sus dueños multimillonarios.

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