Diakonía le otorgó el premio a Toda una Vida, reconociendo que “su búsqueda es referente en procesos de desaparición forzada y ejecuciones extrajudiciales, cuando décadas atrás estos conceptos no eran nombrados”.

El 3 de octubre de 1984, Luis Fernando, hijo de Fabiola Lalinde, se convirtió en el desaparecido número 329 en el país. Fue otra víctima de la violencia que desangra a este país, quien acompañó a doña Fabiola en su búsqueda y fue además, el encargado de registrar este dato: Héctor Abad Gómez, en ese entonces presidente del Comité de Derechos Humanos de Antioquia y quien ayudó con el caso.
En una de tantas entrevistas la señora Lalinde, cuenta que su hijo trabajaba, entonces, en la reinserción del EPL y que ese 2 de octubre había ido a la vereda de Verdún, en Antioquia, con el fin de ayudar a un guerrillero herido en combate. Esto fue durante el gobierno de Belisario Betancur, en 1982. Betancur en ese entonces, tuvo acercamientos con las FARC, con el M.19 y con el EPL, con el fin de ver la posibilidad de unas negociaciones de paz. En marzo de 1984 se firmó el cese al fuego con las FARC y el 23 de agosto con los demás grupos subversivos.
La condena de la OEA a Colombia
Después de 25 años de búsqueda incansable, doña Fabiola Lalinde, al lado de sus hijos y con la solidaridad de organizaciones sociales y personas cercanas, logró que la Organización de Estados Americanos (OEA) condenara a Colombia por violación de derechos humanos debido a la ejecución extrajudicial de su hijo. Asimismo, logró que por primera vez en el país se llevara a cabo la exhumación de un cadáver con el fin de identificar los restos óseos.
Pero durante toda esta lucha, Fabiola Lalinde estuvo a punto de darse por vencida cuando falleció una de las personas que la acompañó y la ayudó durante todo su proceso de búsqueda, se trata de Héctor Abad Gómez, del mismo modo, también la tomó por sorpresa la muerte del juez de instrucción criminal, Bernardo Jaramillo Uribe, quien investigó con mucho empeño el caso de Luis Fernando, quien era estudiante de último semestre de sociología en la Universidad Autónoma Latinoamericana y ex militante del Partido Comunista. Luis Fernando Lalinde tenía 26 años, de gran conciencia social y su único “pecado” según argumenta su madre, había sido promulgar el marxismo como militante de un partido de izquierdas.
La operación Sirirí
El 10 de marzo de 2011, recibió Fabiola Lalinde la distinción “Antioqueña de Oro” por su incansable vocería a favor de las familias que sufren la tragedia de la desaparición forzada. La Operación Sirirí liderada por ella, y su actitud solidaria con las madres que se enfrentan a este terrible dolor, la certifican como personaje representativo del valor de la mujer colombiana y de su lucha por la justicia.
El sirirí, según ha explicado doña Fabiola en repetidas ocasiones, es un ave pequeña que persigue a los gavilanes que se llevan a sus pollitos.
Premios Diakonía a defensores y defensoras de DD.HH.
En el marco de la conmemoración del día de los derechos humanos en Colombia, el 9 de septiembre de 2015, la Fundación Diakonía entregó el cuarto Premio Nacional a los Defensores y Defensoras de derechos humanos en el país, evento que se realizó en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.
Vale la pena mencionar que, de acuerdo al último informe del programa Somos Defensores, las agresiones contra las y los defensores de DD.HH. se incrementaron en el primer semestre del presente año en un 105% y se registraron casi 400 casos.
El Premio busca reconocer el trabajo de los defensores y defensoras en todo el territorio nacional.
Diakonía le otorgó a Fabiola Lalinde, el premio a Toda una Vida, reconociendo que “su búsqueda es referente en procesos de desaparición forzada y ejecuciones extrajudiciales, cuando décadas atrás estos conceptos no eran nombrados”.
“Llegué a la conclusión de que los humanistas nunca mueren, porque ellos nos dejaron unos rastros”, dijo Fabiola al recibir el galardón y al homenajear a la persona que más le ayudó los primeros años en la búsqueda incansable de su hijo: el también asesinado defensor de DD.HH., Héctor Abad Gómez.
Por otra parte, la homenajeada hace énfasis en su solidaridad con todas las madres víctimas del sistema opresor que le arrebata a sus hijos e hijas y propone crear, en algún momento el partido de las madres, con el fin de luchar por todos los derechos vulnerados.