domingo, febrero 23, 2025
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“Seguridad con la gente, no contra la gente”: Quena Ribadeneira

La concejala habla de las visiones, propuestas e iniciativas que tiene para Bogotá

Zabier Hernández Buelvas

Ribadeneira fue elegida en la lista del Pacto Histórico por el Polo Democrático Alternativo. Nació en el departamento de Nariño, digna embajadora de su cultura y tradiciones. Se destaca por ser una líderesa sencilla, pero con la valentía que caracteriza a las mujeres de la provincia.

Desde joven, ella se adentró en la política en la Juventud Comunista Colombiana, y a los 24 años fue elegida como edilesa en la localidad de Teusaquillo, donde comenzó a liderar temas urbanos como la movilidad sostenible, especialmente la bicicleta. Hoy es conocida como “la concejala de la bici”; aunque, su lucha también abarca la defensa de los derechos de la comunidad LGBTI y de las mujeres. Es una firme defensora de la justicia social.

La concejala conversó con VOZ sobre la inseguridad, la crisis del agua, los retrasos en la infraestructura, la movilidad y las iniciativas para garantizar los derechos de las comunidades más vulnerables en Bogotá.

Seguridad: ¿Militar o Humana?

El alcalde Carlos F. Galán dijo en diciembre de 2024 que había entregado cerca de 6.000 cascos y 139 motos y que se necesitan 24.000 agentes de policía para garantizar la seguridad en la capital. ¿Le parece que esa es la solución?

El debate de fondo sigue siendo la falta de capacidad de la Alcaldía para entender la complejidad del tema. Por un lado, seguimos sin ver una estrategia integral para enfrentar el multicrimen y sus estructuras y, por otro lado, Galán sigue anclado al modelo tradicional que entiende la seguridad como una mera cuestión de militarización, que responde al delito después de que ocurre.

El gobierno Distrital prioriza, desde su visión, la necesidad de más uniformados, cámaras y respuesta tecnológica lo que profundiza la brecha entre la ciudadanía y las instituciones. Aunque no cabe duda de que estos elementos son necesarios, resulta una miopía cifrar únicamente en el elemento de la fuerza pública la crisis de seguridad de la ciudad, Es fundamental contar con una estrategia integral, capacidad y, sobre todo, ¿dónde queda la prevención, el trabajo comunitario, la inversión social?

¿Cuál es entonces el modelo que usted propone?

El Plan Nacional de Desarrollo ha acogido el concepto de la ONU sobre la seguridad humana que busca prevenir el delito abordando las causas estructurales que lo generan, pobreza, falta de oportunidades, desintegración social y la desconfianza en las instituciones.

Bogotá necesita políticas que apuesten a construir seguridad con la gente, no contra la gente, poner fin al “peligrosismo” con que se trata a ciertas poblaciones en particular. Un ejemplo de esto es el trato que reciben los vendedores informales. En el Cabildo distrital, se han atrevido a decir que el espacio público con ventas informales es más peligroso, fomentando así un estigma contra la población trabajadora del espacio público como “gente peligrosa”.

El presidente Gustavo Petro ha insistido en la Seguridad Humana y creo que ahí está la clave: fortalecer el tejido social, garantizar oportunidades de empleo, acceso a la educación y espacios seguros para la convivencia. Solo cuando resolvamos esas causas de fondo, dejaremos de tener una ciudad donde se pida agentes en cada esquina.

La crisis del agua

Venimos desde abril de 2024 en racionamiento, cuando el embalse de Chingaza cayó a un 15% de su capacidad y aún no hemos podido salir, esperando que los niveles del embalse lleguen a un 70%, pero no pasa del 46,68% debido a la falta de lluvias. ¿Cuál cree usted que es una solución duradera y estratégica para el problema del agua en la capital?

Esta crisis hídrica es el resultado de décadas de políticas urbanísticas que priorizaron la expansión desmedida sin una planificación ambiental sostenible. Nunca se ha priorizado la organización del territorio alrededor del agua, sino de intereses económicos. Por eso, en plena crisis climática, considero imperativo replantear el modelo de desarrollo de la ciudad. Debemos detener la urbanización excesiva que ha afectado ecosistemas vitales, como páramos y humedales, y promover una gestión que priorice el consumo de agua para las personas.

En el Concejo, denuncié la inequitativa distribución del agua y la situación de 800.000 familias que dependen principalmente de acueductos comunitarios, los cuales enfrentan serios problemas técnicos y financieros para garantizar un suministro de agua de calidad.

Como ha señalado el presidente Petro, se requieren acuerdos con las comunidades para generar una cultura ciudadana de cuidado del agua. Es fundamental diversificar las fuentes de abastecimiento, invertir en infraestructura verde, se deben explorar las aguas subterráneas como medida de resiliencia, implementar tecnologías para la recolección y reutilización de aguas lluvias con el apoyo de las Juntas de Acción Comunal, restaurar ecosistemas estratégicos como páramos y humedales para garantizar la recarga hídrica y reducir las pérdidas en las redes de distribución actuales.

¿Qué medidas propone para enfrentar el cambio climático en Bogotá?

Es preocupante que la administración actual no evidencie en el presupuesto ni en el cupo de endeudamiento recursos significativos destinados a mitigar la crisis climática. No se han asignado fondos suficientes para la prevención de incendios forestales ni para acciones concretas que adapten la ciudad a los impactos de la emergencia climática que está causando estragos a nivel mundial.

Desde la oposición, seguiremos exigiendo respuestas claras, acciones concretas y una visión de desarrollo que priorice la sostenibilidad. El cambio climático es una realidad que agrava nuestras crisis ambientales y sociales y, en ese sentido, Bogotá debe adoptar una política ambiental integral que incluya la protección y restauración de ecosistemas, la promoción de energías limpias y la reducción de emisiones contaminantes.

Es esencial impulsar una movilidad sostenible, priorizando el transporte público eléctrico y la bicicleta, además de fomentar prácticas agrícolas urbanas que contribuyan a la seguridad alimentaria como las huertas urbanas.

La movilidad inmóvil

Los trancones han sido constantes en la capital. Ahora que por fin arrancaron las obras del metro y nuevas troncales de Transmilenio, hay retrasos en las obras, desfinanciación y un debate entre el Gobierno nacional y la Alcaldía. ¿Qué está haciendo el Concejo para resolver esta situación y darle respuesta a la ciudadanía?

En promedio, una persona en la ciudad pasa 25 días al año en trancones, sin contar que somos una de las ciudades más congestionadas del mundo. Esto en lenguaje simple es menos tiempo para que las personas compartan en familia, menor calidad de vida y la imposibilidad de trabajar con un sistema de transporte ágil, rápido y limpio.

El caos vial que vive Bogotá no es casualidad, sino resultado de una administración que defiende a capa y espada el negocio privado del Transmilenio mientras posterga soluciones de movilidad realmente estructurales como las líneas del metro o los trenes. En el Concejo, hemos insistido en la necesidad de priorizar un sistema de transporte público eficiente, digno y sostenible, con menos dependencia de los operadores privados que se llevan ganancias leoninas a costa del bolsillo de los ciudadanos.

¿Y el retraso de las obras?

Este no es un tema menor. El alcalde Galán no escucha a las comunidades que enfrentan los trancones y la incertidumbre. La ciudad está hecha un caos. Nosotros seguimos creyendo que como se ha dicho de manera reiterativa por el Gobierno nacional y otros colegas de la bancada del Pacto Histórico, el metro de Bogotá va a terminar siendo un alimentador de Transmilenio y lo vemos claramente con la propuesta del tal corredor verde de la séptima que no es más que un una troncal de Transmilenio, lo vemos con la troncal de la Avenida 68. Lo vemos en la extensión de Transmilenio de la Avenida Ciudad de Cali, siempre pensando en cómo el metro termina siendo un alimentador de Transmilenio.

Crisis humanitaria de género y diversidades

Respecto a los feminicidios y asesinatos de personas LGBTIQ+, ¿qué acciones está impulsando para promover la equidad de género, los derechos y protección de la comunidad diversa?

Los feminicidios y los crímenes de odio contra las personas LGBTIQ+ son una tragedia que no puede seguir siendo ignorada. Cerramos el 2024 con 70 feminicidios y ya en enero de 2025 llevamos nueve asesinatos de personas LGBTIQ+.

Estas cifras son dramáticas y hablan de una crisis humanitaria a la que el Estado debe responder de manera urgente. Desde el Concejo, he insistido en que estos homicidios no pueden quedar en la impunidad; deben ser investigados como crímenes de odio para que la justicia envíe un mensaje claro: no se tolerará la violencia motivada por el odio.

Desde la construcción del nuevo Plan Distrital de Desarrollo, logramos que quedaran en las metas dos nuevas casas de servicios para la comunidad LGBTIQ+ con enfoques etario y rural, el fortalecimiento de la clínica de género para sectores trans, el cupo laboral trans en las entidades del Distrito y la cedulación de personas trans, son pasos importantes. Pero la violencia persiste, alimentada por discursos antiderechos que promueven la idea de que las personas LGBTIQ+ pueden ser eliminadas simplemente por ser quienes son.

Hemos hecho control político reiterativo para denunciar los vacíos que existen en cuanto a la atención de mujeres y las brechas en servicios como jurídicos y psicosociales, los cuales son fundamentales como una orientación inicial para que las mujeres violentadas puedan acceder a las rutas de atención. Es importante resaltar el compromiso de la bancada del Pacto Histórico en la aprobación del Acuerdo 966 del 19 de diciembre de 2024, que pretende establecer medidas para garantizar el ejercicio de los derechos de las personas LGBTIQ+ y sobre identidades de género y orientaciones sexuales.

Ciclistas y ciclovías

Bogotá cuenta con más de 630 km de carriles para ciclistas, ¿seguimos creciendo, nos estancamos? ¿Qué nuevas iniciativas hay para este sector fundamental de la ciudad?

Definitivamente nos estancamos. Desde el Concejo de Bogotá, consideramos que la ciudad está por debajo de las expectativas. Con ocho millones de habitantes, según las cifras de la política pública de bicicleta, la capital debería, para el 2024, tener una red de cerca de 828 km. Luego, entonces, estamos por debajo de cerca de 180 km y, de acuerdo con los nuevos km que la administración construirá, para 2027 estaremos 200 km por debajo de las metas del plan de acción de la política pública de la bicicleta.

En definitiva, Bogotá es un referente en términos de la bicicleta por tres elementos principalmente: la ciclovía recreativa, 127 km y promedio de asistencia de cerca de 1.5 millones de personas cada jornada. Una red de ciclorrutas de cerca de 630 km, hay que insistir que estamos por debajo de las cifras de la política pública de la bicicleta.

El número de viajes diarios en Bogotá son cerca de 880 mil viajes que representan el 8%, y que son cerca de 1.2 con los viajes de la Bogotá-Región. Lo fundamental es el potencial de viajes, Bogotá desde una política integral podría superar los 2.5 millones de viajes diarios en bicicleta.

¿Cuáles son las dificultades y problemas más graves?

Miremos algunos. En Bogotá, en promedio mueren 70 ciclistas al año, una cifra aterradora. No se puede ser la capital mundial de la bicicleta con una cifra como esa. En ese sentido, hay que hacer esfuerzos, integrales, para más viajes en bicicleta, pero seguros. En más viajes de mujeres en bicicleta, en más y mejores ciclo parqueaderos, en más y mejor participación ciudadana. De ahí la importancia de los elementos que quedaron inmersos en el Plan Distrital de Desarrollo

La integración efectiva de la bicicleta en el SITP, por ejemplo, una integración no solamente física, sino también tarifaria del sistema de bicicletas públicas. La ampliación del sistema de bicicletas públicas a otras zonas de la ciudad. La homologación de portabicicletas en buses zonales del SITP. Entre otros.

Usted propuso y quedó aprobada, la gerencia de la bicicleta. ¿De qué se trata y qué hace esta gerencia?

Incorporamos en el Plan Distrital de Desarrollo la creación de la gerencia de la bicicleta por fuera del sector movilidad y dentro del sector gobierno para que haya una mirada integral del acompañamiento a la ejecución de plan de acción de la política pública de la bicicleta. Es decir, el gerente de la bicicleta de Bogotá será el representante del alcalde en la Comisión interinstitucional de la bicicleta.

Un problema es que los ciclistas no tienen dónde parquear. ¿Qué se ha pensado para esta deficiencia?

Como parte de la incorporación efectiva de la bicicleta en el SITP, es que se aumente la oferta de ciclo parqueaderos. Es decir, que haya más y mejores ciclo parqueaderos en Transmilenio, más y mejores ciclo parqueaderos en estaciones del cable, más y mejores ciclo parqueaderos en las futuras líneas del metro, y con ello aplique la obligatoriedad del artículo 3 de la Ley 1811 de 2016 que establece el incentivo a la intermodalidad bicicleta y transporte público.

¿La bicicleta se usa solo para ir y volver del trabajo o tiene otros usos?

La política pública de la bicicleta plantea una mirada más amplia de la bicicleta en Bogotá, no solamente como transporte, sino también desde la mirada de la recreación, el deporte y también como herramienta de trabajo. Entonces allí es bien importante, por ejemplo, la ampliación de actividades recreativas como el Fondo de Ciclismo de Bogotá, las salidas de MTB, la escuela de la bicicleta, Al colegio en bici, Biciparceros, entre otros programas.

Pero tal vez el factor más importante es el reconocimiento, de los bienes y servicios de la bicicleta, como política de patrimonio cultural, y allí hacen presencia de manera expresa y fundamental las organizaciones de colectivos y grupos de interés relacionados con la bicicleta.

Sin embargo, el gobierno de Galán parece más interesado en promesas incumplidas que en fortalecer el uso de la bicicleta como medio de transporte esencial. Desde el Concejo seguiremos exigiendo que se cumpla lo prometido y que Bogotá continúe avanzando hacia una movilidad sostenible y segura para todas las personas.

La política de unidad y desafíos

Desde su trabajo en el Concejo de Bogotá y con el resto de la bancada del Pacto Histórico, ¿cómo se está construyendo la unidad progresista y de la izquierda y la configuración del nuevo Movimiento Político PH?

La unidad progresista es un objetivo que estamos construyendo con mucha firmeza desde el Concejo de Bogotá y en conjunto con la bancada del Pacto Histórico, entendemos que no puede ser solo un eslogan, sino una verdadera práctica política que se refleje en nuestras acciones y en la construcción de un proyecto común.

Es cierto que las elecciones de 2022 representaron un avance significativo en ese camino, pero ahora estamos en un momento clave, en el que el Pacto Histórico debe trascender las banderas partidistas y los colores con los que llegamos, para consolidarse como un proyecto unitario con la capacidad de generar una transformación social profunda.

Debemos mirarnos más allá de los intereses sectoriales y empezar a construir una agenda política que, como el Frente Amplio en Uruguay o Morena en México, tenga un alcance nacional y capaz de generar cambios estructurales para el país, es momento de alejarnos de las mezquindades y abrazar una unidad programática en los territorios. Para ello, debemos ponernos a la altura de las exigencias históricas del momento y dejar atrás las divisiones internas, para crear una unidad basada en la solidaridad, la justicia social y la equidad.

Esto es lo que estamos trabajando, con el convencimiento de que la unidad real será la que nos permita consolidar un proyecto político de largo alcance, capaz de transformar Colombia de manera integral.

Políticamente, ¿hasta dónde quiere llegar Quena Ribadeneira? ¿Cuáles son sus principales proyectos o iniciativas en el presente y en el futuro?

Mi principal objetivo en este momento es hacer bien el trabajo que tengo en el Concejo, ser una voz activa y efectiva en el control político, y también concretar proyectos que realmente transformen la ciudad. Estoy comprometida con las ideas que tenemos en el Pacto Histórico, especialmente en lo que respecta a la movilidad sostenible, la defensa de los derechos humanos, la diversidad y una Bogotá que sea realmente una ciudad de derechos para todas y todos.

Es fundamental que nuestra acción política esté alineada con los procesos que la ciudadanía y los territorios necesita y demanda. No estoy aquí solo para representar ideas, sino para estar en los espacios donde la gente lo necesite, estoy para aportar a la construcción colectiva, para que el trabajo político tenga un impacto real.

La unidad, la diversidad, la inclusión y el respeto por los derechos fundamentales son principios que me guían a diario y desde muy joven. En la izquierda, representamos algo distinto y fresco, y eso es precisamente lo que quiero seguir aportando: una política que no solo hable, sino que también se materialice en acciones concretas que cambien la vida de las personas.

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