Esta integración académica y la reflexión crítica colombo-venezolana en el espacio universitario asume la responsabilidad compartida de construir la paz frente al despliegue naval de Estados Unidos en el Caribe
Redacción Voz
Con el lema “Miradas convergentes” del 25 al 28 de noviembre se celebró la Semana Colombia en Venezuela de manera presencial, en la cual se reaperturó la Cátedra Libre Colombia en la Universidad Central de Venezuela como una expresión tangible de los sólidos vínculos de hermandad colombo-venezolana, de reflexión crítica más allá de las fronteras para construir desde el conocimiento y el diálogo un porvenir más humano. Sus líneas de investigación iniciales son: Migración, Integración económica, Gobernabilidad, Movilidad sostenible y Áreas protegidas.
La perspectiva venezolana en medio del bloqueo económico, naval y aéreo
“El futuro no se construye en soledad, se construye en la convergencia. Dos miradas que convergen no pierden su identidad, ganan profundidad” fueron las palabras de Fátima Garcés Da Silva, vicerrectora de la UCV, en la reapertura de la Cátedra Libre Colombia. Informó que próximamente espera firmar un convenio marco con la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) para fortalecer un intercambio académico cada vez más dinámico, de investigación conjunta, seminarios compartidos, redes de innovación y proyectos con impacto en el territorio para convertir agendas en realidades, disciplinas en equipos y aplicaciones en resultados medibles.
Garcés Da Silva fue enfática: “La unidad no es un artificio, es la condición para que nuestros pueblos puedan desplegar sus capacidades y transformar su realidad”, por lo cual llamó a generar pensamiento crítico, intercambio cultural y construcción para ver en este espacio una invitación a la libertad del pensamiento: “Libre para interrogar, para contar, para imaginar. Libre para incomodar cuando haga falta, para tener en cuenta cuando el ruido busca dividir”.
También la vicerrectora de la UCV se refirió al memorándum de la Zona Económica Especial Binacional: “ese horizonte de la zona económica binacional no puede agotarse solo en la eficiencia o en la maximización de los beneficios; debe incluir justicia territorial, estándares ambientales, innovación, empleo vivo, integrar no solo el comercio, aprender juntos y elevar el piso para que nadie se quede atrás de este diálogo inclusivo”.
En el contexto de 1042 medidas coercitivas unilaterales, la extinción del salario mínimo, el bloqueo naval y aéreo de Estados Unidos contra Venezuela, Garcés Da Silva inquirió:
“Esa visión nos sitúa en una época que desarma la pretensión de dominio y nos devuelve a la condición de habitantes responsables. El cambio climático no reconoce fronteras, exige respuestas conjuntas, consensos y una visión compartida de soberanía ambiental. La realidad del deterioro y la sobreexplotación de los recursos de nuestro planeta, junto a la discriminación progresiva que sufren nuestras culturas locales, especialmente aquellas ligadas a la herencia ancestral, nos indica que proteger la naturaleza es proteger nuestra identidad”.
En relación con las líneas de investigación de la Cátedra Libre Colombia la vicerrectora señaló que “nos obliga a pensar en soluciones conjuntas” y citó a Gabriel García Márquez cuando escribió: “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo recuerda para contarla”, con ello ratificó que: “Esta idea nos interpela como pueblos. No basta con haber compartido una historia, debemos narrarla de manera que nos permita construir un horizonte común. Contar bien es gobernar mejor, y gobernar mejor es integrar con justicia”.
Garcés Da Silva profundizó con respecto al diálogo colombo-venezolano:
“Y el diálogo, cuando es honesto, no teme las diferencias, las usa para pensar mejor. (…) Este encuentro de miradas convergentes nos indica a pensar que cada palabra compartida aquí puede ser también un camino hacia la integración, (…) que lo que aquí discutamos se traduzca en políticas concretas, que las políticas se sometan a evidencias y que las evidencias se vayan a la experiencia de la gente, que la economía se acuerde de la vida y que la ciudad se acuerde de la infancia y del tiempo”.
Con sus palabras de apertura promovió que este diálogo se convierta en la semilla de políticas más humanas, de consensos más firmes y de proyectos más duraderos.
La perspectiva colombiana de quien no se siente extranjero en Venezuela
Al día siguiente, el 26 de noviembre se desarrolló el conversatorio “Gobernabilidad compartida” con el doctor Luis Daniel Álvarez Vanegas, venezolano hijo de colombianos y coordinador de la Cátedra Libre Colombia; Ana María Sanjuán, profesora de la Cátedra; y Milton Rengifo Hernández, embajador de Colombia en Venezuela.
El embajador resaltó la iniciativa del enlace publicado por el presidente Gustavo Petro para que colombianas/os en Venezuela realicen su registro consular como un paso para impulsar el censo. La profesora Ana María Sanjuán destacó que “la Cátedra Colombia en el año 1992 funcionó como un mecanismo de concentración entre ambos países”, y preguntó al embajador sobre la propuesta de retomar el proyecto de la Gran Colombia, a lo cual Rengifo Hernández respondió: “La idea es generar complementariedades e identificar sectores. Según la FAO, somos una despensa agrícola importante, (…) hay muchos pendientes, sobre todo cambiar una matriz de producción que se requiere para superar las economías ilegales que se asentaron en la frontera”. Continuó: “por toda esta presencia naval de la parte de la flota de Estados Unidos en el Caribe, pues su caballo de batalla ha sido la presencia de economías ilegales en las zonas de frontera”.
En este panel el embajador Rengifo Hernández afirmó que esperan que para diciembre haya “un primer cargamento de gas de Venezuela hacia Colombia. Por fin hay unos adelantos importantes en gas licuado”. Sobre las relaciones con Venezuela destacó: “hemos alcanzado progresivamente niveles de discusión de mucha profundidad, superando diferencias a partir del diálogo. Mantenemos diferencias, pero no solo en una campaña, respetamos la autodeterminación de los pueblos. (…) La paz tiene que tener contenido”. Se refirió a las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos contra Venezuela y Cuba: “Qué pasa con las sanciones, eso es inusual. Se nos volvió parte del paisaje lo que ocurre con Cuba y no podemos permitirlo”.
Rengifo Hernández fue enfático: “Nosotros tenemos que mantener el ejercicio de la paz, el derecho a la paz. Y eso pasa, por supuesto, por la frontera. (…) Eso en un momento alienta a que entonces tendríamos que mantener un conflicto. Por el contrario, mantenemos el conflicto con la mejor manera de superar los conflictos, reconociéndolos, gestionándolos, dialogando para eso”.
De este modo, el embajador en Venezuela reiteró la posición del Gobierno del Cambio con respecto al despliegue naval en el Caribe: “Mantenemos firme el propósito de mantener esta zona del Caribe y Suramérica lejos de cualquier eventualidad de tipo violento por las imprevisibles consecuencias que eso traería. (…) Cómo podrían hacer ambos países para que América Latina recupere un regionalismo que en este momento está al borde de una explosión”.
La profesora Ana María Sanjuán en un ejercicio netamente académico para pensar rápidamente en lo que sí se puede hacer le preguntó a Milton Rengifo Hernández sobre las primeras cinco medidas hipotéticas para la zona binacional o la Gran Colombia. A lo que respondió lo siguiente:
1) Electrificar al estado Táchira, lograr la venta de energía en los dos países, ya que es el soporte de toda actividad productiva.
2) Promover la antigua franja de tránsito de veinte kilómetros a cada lado de la frontera para ir de San Cristóbal a Pamplona y viceversa.
3) Homologar las transacciones bancarias para que se puedan realizar operaciones en esa zona fronteriza sin ninguna dificultad.
4) Dar la relevancia que merece el sector agrario en ambos países y que el sector privado se dedique a desarrollar las fuerzas productivas.
5) Profundizar toda la colaboración que existe en seguridad y defensa.
Con ello, el embajador Milton Rengifo Hernández (MRH) ratificó que esperan firmar el convenio con la UCV luego de superar la situación con la elección del rector en la UNAL y destacó cómo Venezuela ha ofrecido cupos universitarios, becas, sin inicialmente exigir cédula de extranjería ni visa de estudiantes. En el desarrollo de esta actividad accedió a hablar con Semanario Voz (SV) respecto a su gestión.
- ¿Cuál es el principal logro de su gestión?
MRH. Hemos avanzado cosas juntos que permiten decir con optimismo que, pese a las diferencias, mantenemos una línea dividida, una línea de posibilitar realmente la integración entre los dos países.
- ¿Cómo van las cifras de intercambio económico y comercial para 2025?
MRH. Eso va a terminar en 1.500 millones de dólares al finalizar el año. ¿Para cuándo es la ida del camión con gas para Colombia? Bueno, me dijeron que diciembre, pero yo no doy fecha porque me he equivocado en otra ocasión.
- ¿Por qué no te sientes extranjero en Venezuela? ¿Cómo? ¿Por qué no te sientes extranjero en Venezuela?
MRH. No, porque somos lo mismo, somos el mismo país, la misma identidad, las mismas costumbres, el idioma, el calor. Es como estar en Barranquilla o en Medellín o en Cárdenas.
- Aparte de lo que comentas de recuperar la confianza, ¿un logro propio de tu gestión que tú digas? Este ha sido mi gran trabajo para esta embajada.
MRH. ¡Uff! ¡Dios María! Bueno, yo creo que… ¿Tu principal logro? Creo que, bueno, ha habido varios, pero yo de estatua y que tiene que ver con la firma del INSE Sena, que no ha sido aprovechado de vida. Pero yo creo que es muy importante.
- ¿Otro?
MRH. Bueno, otro yo creo que ha sido también el convenio que va a producir mucho fruto entre el Sistema Nacional de Orquestas y el Ministerio de Cultura nuestro.
Colombia y Venezuela con perspectiva de paz
En distintas universidades colombianas con preocupación genuina se piensa a Venezuela con perspectiva democrática y de solución política, aunque estas iniciativas no tengan eco en los medios masivos de comunicación sino solo las premisas que están dentro de su línea editorial. Hoy la UCV, que se sostiene gracias al sacrificio sostenido de obreras/os, trabajadoras/es, profesoras/es en medio de toda clase de violencia estructural, abre un espacio democrático para debatir la integración con Colombia en oposición a quienes promueven la guerra.
En este diálogo, convergencia y libertad para incomodar a la que invitó la vicerrectora Fátima Garcés Da Silva, se formarán profesionales de origen venezolano que próximamente se sentarán como garantes en las Mesas de Diálogo para que Colombia alcance la paz con justicia social. Con este debate académico se formarán profesionales de todas las ciencias para acercarse a la frontera colombo-venezolana con una nueva perspectiva de superar las economías patriarcales del extractivismo y la guerra para fomentar economías feministas de la vida.
