La saliente ministra del Trabajo ha sido clave en la promoción de los derechos laborales con enfoque de género. Como feminista comprometida, sensible a las necesidades de los trabajadores y trabajadoras, y defensora de la paz, impulsó una política institucional orientada a cerrar las brechas en el ámbito laboral y proteger los derechos de las mujeres y las personas con orientaciones sexuales e identidades de género no heteronormativas
Magda Alberto
Bajo el liderazgo de Gloria Inés Ramírez se identificó el incumplimiento de leyes, convenios y sentencias que, por más de 20 años, exigieron la protección de los derechos laborales de las mujeres. Para enfrentar este desafío, la exministra y su equipo propusieron acciones a corto, mediano y largo plazo, basadas en la transversalización del enfoque de género, con el objetivo de involucrar a todos los actores de la entidad en la promoción de cambios institucionales hacia la igualdad sustantiva.
Como resultado de estas acciones, se logró la institucionalización del enfoque de género con la creación del Comité Interno de Género y el desarrollo de una política institucional de género, que será oficialmente lanzada el 8 de marzo de 2025. Además, se formó en materia de género a aproximadamente 1000 trabajadores y trabajadoras del Ministerio del Trabajo.
Se contrataron profesionales especializados para abordar, por primera vez, temas como planeación con enfoque de género, LGBTIQ+, economía del cuidado, y paz, género y reincorporación. También se designaron 75 inspectoras, incluyendo una mujer trans, y se establecieron referentes territoriales para el programa Equipares Rural.
Equidad de género y prevención de la violencia
En cuanto a la expedición de lineamientos, se destacan la Resolución 4607 de 2022, que creó el Grupo Élite de Inspección Laboral para la Equidad de Género, y diversas circulares que promueven la inclusión del enfoque de género en la planeación institucional, la conmemoración del 8 de marzo, la prevención de violencias de género en el ámbito laboral, la prevención de la discriminación contra personas LGBTIQ+, y el enfoque de género en el Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo. Asimismo, la Resolución 2110 de 2023 estableció un protocolo para prevenir y atender la violencia contra las mujeres y la discriminación por razones de género, raza u orientación sexual.
Se reformuló el Proyecto de Inversión, incorporando la prevención de violencias y ampliando su enfoque hacia ámbitos como el sindicalismo, las cooperativas, la ruralidad y el reconocimiento de la economía del cuidado. Por primera vez en el país, se incluyó el enfoque de género en reformas laborales y pensionales de gran magnitud.
La inspección laboral con enfoque de género logró hitos nacionales e internacionales, implementando protocolos, pautas y lineamientos para abordar el acoso, la discriminación y la violencia laboral, así como guías para el trabajo sexual y doméstico. Esta estrategia impactó a más de 44.000 personas y llegó a más de 5.000 empresas, además de realizarse más de doscientos eventos de conmemoración con organizaciones feministas, trabajadoras y empresarias.
Protocolos para la prevención de violencias de género
En materia de prevención de violencias de género, acoso laboral y sexual, se desarrolló, en colaboración con ICONTEC, la Guía Técnica (GTC) para establecer protocolos en estos casos. También se implementó el Incentivo Violeta, que promueve la contratación de mujeres víctimas de violencia basada en género (VBG). A través de la concertación tripartita, se radicó el proyecto de ley para ratificar el Convenio 190 de la OIT, y se culminó la Ruta de empleabilidad y emprendimiento para mujeres víctimas de violencia, en cumplimiento de la Ley 2215 de 2022.
Se creó el programa Equipares Al Alcance de Todos para promover la equidad de género en empresas de menor tamaño, y se amplió la cobertura de Equipares Rural, pasando de trece organizaciones rurales en 2022 a más de cien en 2023-2024, beneficiando a 5.000 campesinos. En el ámbito del trabajo doméstico dignificado, se concertó e implementó el Plan de Acción Territorializado del Convenio C-189 en conjunto con la Intersindical de Trabajo Doméstico, la OIT y FESCOL, y se lanzó la campaña “Trabajo Doméstico, No es Ayuda, es Trabajo”.
Economía del cuidado
En relación con la economía del cuidado, se promovió el reconocimiento del trabajo de cuidado, remunerado y no remunerado, destacando su contribución a la economía. Se incluyeron 18 acciones en el CONPES de cuidado, se adoptó el Convenio 156 para conciliar vida laboral y personal, y en alianza con la OIT, se caracterizó a las trabajadoras del cuidado y se diseñaron lineamientos. Además, se avanzó en la creación del perfil ocupacional “Cuidador o asistente personal de persona con discapacidad”. En cuanto a la dignificación del trabajo sexual, se impulsó la caracterización de más de 1.110 trabajadoras sexuales como base para la reglamentación, en cumplimiento de los mandatos de la Corte Constitucional.
Riesgos en seguridad, salud laboral y reducción de brechas
En la Dirección de Riesgos Laborales, se realizó una caracterización de los riesgos en seguridad y salud laboral que enfrenta la población rural vulnerable, especialmente mujeres dedicadas a artesanías, pesca artesanal y su cadena de valor, con el fin de diseñar un modelo de aseguramiento para proteger a esta población. A través del programa Empleos para la Vida, se entregaron 714.510 incentivos a empleadores, de los cuales 169.713 fueron reconocidos por contratar a mujeres mayores de 28 años.
Estas acciones contribuyeron a una reducción de brechas, según el DANE (2024), donde la brecha salarial entre hombres y mujeres bajó de 6.7 puntos en 2021 a 4.6 en 2023, y la tasa de desempleo mostró una brecha de 4.9 puntos. La ministra Ramírez Ríos y su equipo reconocen que estos avances son resultado del trabajo previo de sindicalistas y trabajadoras.
Aunque queda camino por recorrer, estas acciones marcan un paso significativo hacia la igualdad sustantiva en el ámbito laboral. Hoy, el país espera que este esfuerzo continúe desde el Ministerio, respaldado por un equipo de equidad de género que, antes inexistente, hoy se encuentra fortalecido.