Cuentas secretas, sobresueldos a los dirigentes del partido, ingreso de dineros mal habidos, el soporte moral de una élite política que se dice llamada a sacar a España de la peor crisis de su historia reciente. Millones piden la renuncia de Rajoy
Alberto Acevedo
La coalición de fuerzas políticas Izquierda Unida, IU, la dirección del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, el movimiento sindical en su conjunto, numerosas organizaciones sociales, políticas y gremiales, y más de un millón de firmas recolectadas en internet coincidieron, hasta el pasado fin de semana, en reclamar de manera airada la renuncia inmediata del presidente español, Mariano Rajoy, y la convocatoria a elecciones anticipadas.
Tal conjunción de propósitos es la expresión del estado de indignación que reina entre la mayoría de los españoles, después de que comenzaron a conocerse en los más importantes medios de prensa de la península, revelaciones de cuentas secretas, pago de sobresueldos e ingreso de dineros oscuros a una contabilidad paralela del partido de gobierno, manejada por el entonces tesorero de la organización, Luis Bárcenas.
Las revelaciones iniciales indican que el tesorero del Partido Popular abrió una cuenta secreta en Suiza que le permitió hacer transferencias para el pago de sobresueldos a la cúpula dirigente del partido, incluido el actual presidente de España, Mariano Rajoy. Los mismos fondos le permitieron a Bárcenas acogerse a una amnistía fiscal y pagar el impuesto de sociedades.
De la cuenta inicial, que llegó a acumular hasta 22.1 millones de euros, se hicieron pagos, que constan en una libreta de anotaciones de Bárcenas, a todos los secretarios y vicesecretarios del Partido Popular. Algunos de ellos tuvieron ingresos anuales hasta por 25.200 euros. En la lista revelada figuran pagos, como uno por 667 euros, en junio de 2006, con la asignación “corbatas presidente”.
En medio de la crisis
En diciembre del mismo año, un pago por 9.100 euros con la asignación “trajes Mariano”. En abril de 2008, otro pago por 11.020 euros, bajo el rubro “trajes M.R.”. En una primera declaración tras el escándalo, el Partido Popular negó la existencia de una “contabilidad paralela” para el pago de sobresueldos a los líderes de su partido. También el presidente Rajoy, en una primera reacción indicó: “Nada de eso es verdad, salvo alguna cosa que es cierta”.
El asunto que más indigna a los españoles, ante la magnitud de las revelaciones y la desfachatez de los dirigentes implicados, es que los líderes gobernantes se han dado la buena vida, mientras España afronta la peor crisis económica y social de su historia, con un índice de desempleo cercano al 30%, el mayor de Europa, que al país le representa seis millones de trabajadores cesantes.
Los recortes sociales son cada vez mayores y la pobreza se dispara. Y quienes están llamados a afrontar la crisis y encontrarle soluciones menos dolorosas a la población, aparecen ahora como los más corruptos, y han perdido cualquier autoridad moral para convocar una cruzada nacional de salvación.
Izquierda Unida dijo que en España existe una “estructura delictiva”, mafiosa, en la dirección del gobierno, y presentó el pasado 23 de enero una primera denuncia formal ante los estrados judiciales, contra Rajoy, el ex presidente José María Aznar, Francisco Álvarez Cascos, Luis Bárcenas y otros líderes del partido, por los delitos de “asociación ilícita, tráfico de influencias y blanqueo de capitales”.
El abogado que presentó la querella, Juan Pérez Ventura, dijo que no cree en la transparencia y efectividad de la Justicia española y llamó a las organizaciones populares a presentar decenas de denuncias en forma simultánea para provocar un remezón en la Justicia y forzar que los responsables del escándalo comparezcan ante los tribunales.
De hecho, Bárcenas ha sido citado ya a que responda por los delitos imputados, en una diligencia, el 25 de febrero, ante el juez de la Audiencia Nacional, Pablo Ruz.
