Son cien mil millones de pesos que están en “el tíbiri tábara”. ¿Qué tal? Y no es cualquier comparsa de marimondas, es el presupuesto de la ciudad “procera e inmortal”.
Wilfrido Jiménez Díaz
El plato del día en Barranquilla, no es el “arroz ‘e liza”, es el arroz con mango que se ha presentado entre la alcaldesa de la ciudad, Elsa Noguera, y el Concejo Distrital.
La alcaldesa, argumentando la necesidad de ordenar gastos distritales, efectuar procesos de selección y celebrar contratos y convenios, solicitó al Concejo Distrital se le aprueben facultades para tal fin. Pero con lo que no contaba la burgomaestre fue con la decisión de la Comisión de Presupuesto del Concejo Distrital de archivar dicho proyecto de acuerdo.
Esto ha generado, como es lógico, una polémica bastante candente y la pregunta que se hacen los barranquilleros comunes y corrientes es: ¿Qué hay en el canto de la cabuya?
El concejal Luis Zapata, quien propuso se archivara dicha iniciativa, dice que “la solicitud de esas facultades no es específica y que por lo tanto los concejales no pueden ponerse en riesgo disciplinario, aprobando proyectos que no están revestidos de lo que es la Constitución y la Ley”; agregó que “el proyecto presentado no precisaba ni definía cuales son los programas, las apropiaciones, créditos y contracréditos, es decir todo el andamiaje de normatividad que ampara y protege el presupuesto del Distrito”.
Por su parte la alcaldesa y sus funcionarios, pregonan que si los niños en las escuelas no tienen “merienda”, las aseadoras y vigilantes de los colegios están en el limbo, las pavimentaciones de las calles están paralizadas y el desarrollo de la ciudad está en veremos, es por culpa del Concejo que no le aprobó las “facultades”.
El concepto técnico de la Asociación de Municipios es que “las facultades tienen que ser específicas, o si no es como entregar un `cheque en blanco`”. Mientras que Gustavo Bolaño Pastrana, director ejecutivo de la Asociación Regional de Municipios del Caribe (Aremca) manifiesta que “las facultades deben ser específicas y sin ambigüedades”.
Son cien mil millones de pesos que están en “el tíbiri tábara”. ¿Qué tal? Y no es cualquier comparsa de marimondas, es el presupuesto de la ciudad “procera e inmortal”.
