jueves, mayo 15, 2025
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Colombia, en la Ruta de la Seda

“La balanza comercial tiene que equipararse, sea con inversiones de ellos en Colombia, sea comprando cosas de Colombia, y de eso vamos a hablar, porque yo no hablo en contra de los intereses del pueblo”, precisó Petro

Alberto Acevedo

Coincidiendo con el cierre de la presente edición, el martes de la presente semana se conoció un anuncio en doble dirección en cuanto al fortalecimiento de las relaciones de colaboración en los terrenos económico, comercial y cultural entre Colombia, que ingresó oficialmente a la llamada Ruta de la Seda, y del bloque de países agrupados en la Celac, que ya tenían acuerdos en esta dirección y ahora entran a fortalecerlos en distintas líneas de cooperación mutua con China.

En el caso colombiano, la firma de acuerdos de cooperación con el gigante asiático se da en un ambiente hostil, caracterizado por amenazas de represalias desde el Departamento de Estado de los Estados Unidos, y una sostenida campaña macartista de los gremios económicos nacionales, que acaban de ser penados con nuevos aranceles por parte de Washington, pero en una actitud servil y genuflexa, emulan por ganarse los favores del amo del norte, denigrando de una eventual ampliación del comercio con China y magnificando el que se da con  Estados Unidos, que no se ajusta a los términos de un TLC suscrito entre las partes, que hipoteca al país con  una deuda pública impagable y de contera daña con sus importaciones al productor nacional.

Cooperación fructífera

En desarrollo de una rueda de prensa, en la mañana del pasado domingo, el ministro adjunto de Relaciones Exteriores de China, Miao Deyu, indicó que se espera que en la cumbre China-Celac se adopten diversos documentos de resultados sobre la cooperación en áreas como innovación tecnológica, inversión económica y comercial, inteligencia artificial, finanzas, infraestructura, agricultura y seguridad alimentaria, industria y tecnología informática, energía y minerales, así como la cooperación en la Franja y la Ruta, demostrando el firme compromiso de ambas partes con la paz, el desarrollo y la cooperación, precisó el funcionario.

Anunció que el presidente Xi Jinping asistirá a la ceremonia inaugural y se referirá en su discurso a las ricas connotaciones, logros y amplias perspectivas de la comunidad China-América Latina y el Caribe de futuro compartido y propondrá iniciativas y medidas nuevas para impulsar la relación, lo que inyectará un nuevo impulso al desarrollo constante y a largo plazo de las relaciones de China con el continente latinoamericano.

Recordó Miao Deyu que este año se conmemora el 10° aniversario de la inauguración oficial del Foro China Celac y dijo que la celebración de la cuarta reunión ministerial en Pekín esta semana es un paso acordado por las dos partes para revisar el pasado, discutir la cooperación y buscar un futuro compartido. Dijo finalmente que la reunión China Celac enviará un claro mensaje de que China y los países de la Celac están trabajando juntos en solidaridad para abordar conjuntamente los desafíos globales.

No en contra del pueblo

En lo atinente a las relaciones bilaterales con Colombia, el presidente Gustavo Petro dijo: “Vamos a hablar con Xi Jinping de tú a tú, no como arrodillados, y abordaremos problemas que hay vigentes, porque China tiene un superávit comercial y nosotros tenemos un déficit por 14.000 millones de dólares anuales”, precisó el mandatario.

En su opinión, este desbalance en el comercio conduce a la nación suramericana “a la pobreza” y no desea “que China sea la productora de la pobreza”. “La balanza comercial tiene que equipararse, sea con inversiones de ellos en Colombia, sea comprando cosas de Colombia, y de eso vamos a hablar, porque yo no hablo en contra de los intereses del pueblo”, precisó Petro.

“Quiero hablar con los chinos sobre diálogo entre civilizaciones, sobre que América Latina debe volcarse al mundo y sobre Colombia, obviamente, para firmar tratados comerciales”, dijo en ese momento el mandatario colombiano.

Por su parte, el viceministro de Asuntos Multilaterales, Mauricio Jaramillo Jassir, calificó como ‘oportunidad histórica’ la posibilidad de diversificar el comercio de nuestra nación y dijo: “China es un actor preponderante, es la segunda economía del mundo. Hoy toda América Latina y el Caribe está muy interesada en estrechar lazos”.

Actitud injerencista

En declaraciones de prensa posteriores, Jaramillo Jassir dijo que en el gobierno del cambio están en “un momento de revisión de nuestras relaciones con el mundo, por lo que está pasando, y es indudable que, en ese mundo de agitaciones, China es un actor preponderante. Es la segunda economía del mundo”.

En una actitud claramente injerencista en las decisiones soberanas de Colombia, el enviado especial del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Mauricio Claver-Carone, dijo en tono irónico que “el viaje del presidente Petro a China es una oportunidad para las rosas de Ecuador y el café centroamericano”, significando que el acercamiento de Colombia a China podría reportarle sanciones económicas drásticas por parte del país del norte.

Refiriéndose a las declaraciones amenazantes de Claver-Carone, el ministro del Interior, Armando Benedetti, dijo: “Colombia quiere tener unas buenas relaciones con Estados Unidos, con ellos y con los demás pueblos, pero siempre y cuando sea con respeto, y eso no es respeto”.

Tradición pacifista de China

Desde los pasillos del Congreso, Benedetti precisó: “Es una amenaza y es algo que va contra la independencia y la autonomía del gobierno nacional y de los colombianos. Eso no se hace a ningún país amigo ni a ningún país vecino”.

En el panorama doméstico, la gran prensa corporativa ha montado todo un tinglado de desprestigio de lo que sería un acuerdo de entendimiento comercial con China. Dicen que el comercio es desventajoso, que el país caería en un endeudamiento mayor y sin retorno, en fin, que China es un peligro.

Versiones que pretenden desconocer alevemente la historia pacifista china de más de 700 años antes de Cristo. Las dos escuelas que más han tenido influencia en su pacifismo hasta hoy en China y otras sociedades asiáticas, son el confusionismo y el taoísmo.

China no ha disparado un solo tiro fuera de su frontera desde una breve batalla en Corea del Norte en 1950 y Vietnam en 1988. Actualmente no tiene interés en confrontaciones militares, ideológicas ni expansionismos, su principal preocupación es mejorar la vida de su enorme población. No practica el excesivo proteccionismo comercial y el ultranacionalismo, como sí lo hace el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

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