Tiene micos que lesionan la libertad individual, el debido proceso y la intimidad personal.

Surgió el primer debate en el Congreso de la República del Código Nacional de Policía y, contrario a la naturaleza cívica de la ley, el proyecto resultó una doctrina castrense. El texto consta de 280 artículos que, dicen los ponentes, actualiza el “caduco código de comportamiento” de los colombianos que está rigiendo hace cuarenta años.
No obstante, para sus detractores el nuevo código tiene micos que lesionan la libertad individual, el debido proceso y la intimidad personal. De aprobarse la iniciativa se le permite a la Policía Nacional incursionar en los domicilios de los colombianos que ellos consideren sospechosos o peligrosos para la comunidad, así como detener a quienes consideren a personas peligrosas sin que medie autorización judicial para ello.
Uno de los detractores en la corporación es el senador Armado Benedetti, quien ha señalado que ese código resulta exagerado: “Con lo que va del nuevo Código de Policía, quien esté en estado de alteración de conciencia podrá ser retenido; todos los que celebran por los triunfos de Colombia en las calles serán detenidos”, dijo desde su cuenta en redes sociales.
Para el analista político Rodrigo López, el proyecto de ley, antes que cercenar las libertades debería enfocarse en una verdadera atención a los problemas ciudadanos, además de tomar en serio el papel de la Policía Nacional al servicio de la ciudadanía y no como un instrumento más de la doctrina del enemigo interno: “Bien valdría la pena pensar en un código que comience por crear condiciones para elevar la imagen de la Policía, y esto conlleva una mejor remuneración para sus miembros, así como la redefinición de su deber ser, lo cual haría que se les viera como auténticos servidores públicos y no como inspiradores de miedo a los que se acude ante cada amenaza a la seguridad personal o colectiva”.
El proyecto ha sido acompañado por la secretaria de Gobierno, Gloria Flórez, quien ha señalado su interés de poder entregar elementos de juicio contundentes a los legisladores para reformular un proyecto que se enfoque en los derechos humanos: “Necesitamos un Código de Policía que esté de cara a lo que necesita este país, mayor fortaleza en materia de derechos humanos, en garantías para los diferentes sectores y movimientos sociales y para los sectores de oposición, es decir nos preocupa que pueda haber una extralimitación de poderes y en ese sentido vamos a seguir elevando nuestra voz como Distrito, desempeñando el rol que siempre hemos desempañado en el debate público”, señaló la funcionaria.
Faltan tres debates para que se convierta en ley el Código de Policía y todo indica que será un nuevo pulso entre el Ministerio de Defensa, quien orienta la discusión en el Congreso, y los defensores de derechos humanos que exigen un código para la ciudadana y no para el enemigo interno en tiempos de construcción de paz.