Una base de datos que revela las brechas de género, la doble carga y la urgente necesidad de formación política. El esfuerzo es crucial para inyectar contenido feminista al Pacto Histórico y enfrentar el machismo en las propias filas
Diana Galvis
@dianag_27g
El proceso de caracterización nacional, una iniciativa rigurosa y colectiva, ha roto con la intuición para darle rostro y datos a la militancia femenina. Como señaló la socióloga Isabel Giraldo Quijano: «En total tuvimos 387 militantes encuestadas que fueron distribuidas en 66 municipios de 25 departamentos del país, además de seis compañeras que viven en otros países y que también la diligenciaron».
Los hallazgos son, a la vez, desalentadores y movilizadores: la encuesta reveló que una proporción significativa de las militantes enfrenta la doble carga de trabajo, dedicando menos tiempo al ocio que al cuidado. Además, se identificó un porcentaje de compañeras que no saben leer ni escribir, un dato que obliga al partido a ajustar sus planes de crecimiento a una realidad más científica y real.
La violencia silenciosa y el machismo
La riqueza del análisis incluye la percepción de prácticas de discriminación y violencia interna, como la subestimación de capacidades y la exclusión, que algunas mujeres han llegado a naturalizar. Esta realidad subraya la persistencia de estructuras mentales machistas, incluso en militantes de larga data. El partido debe enfrentar esta realidad, reconociendo la necesidad de formar tanto a hombres como a mujeres en la importancia del trabajo con perspectiva de género.
«Hicimos en alianza con la regional Valle del Cauca del Partido Comunista colombiano y también la regional bouza, en este proceso hicimos un recuento de todo el camino que recorrimos, se hizo una auditoría de género al partido, la regional Valle del Campo, pudimos construir una estrategia y un plan de acciones para el partido, que desarrollamos a cabalidad, y también realizamos la ejecución rigurosa del protocolo de género del partido, así como un proceso de caracterización nacional de mujeres Feministas.»
Del campo a las urnas
El camino es claro, la integración de la perspectiva de género en la política de izquierda es indispensable. El movimiento de mujeres debe asegurar que el programa de gobierno integre plenamente sus propuestas, desde la defensa de los derechos de la mujer agraria y rural hasta temas esenciales como el derecho a decidir.
El reto para el 2026 es utilizar esta base de datos como un «archivo vivo» que guíe la formación ideológica, asegure el relevo generacional y proyecte a las mujeres a los cargos de dirección. Luz Elena Bernal Dueñas concluyó el sentido de este proceso. «En resumen, el partido está realizando un esfuerzo significativo para comprender, organizar y empoderar a sus mujeres militantes a través de un proyecto de caracterización integral, identificando desafíos y necesidades para una participación política más efectiva y equitativa».







