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XV Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo

¿Qué alternativas regionales pueden promoverse frente a la militarización de las fronteras, priorizando mecanismos de gestión humanitaria, cooperación binacional y enfoques de derechos humanos?

Paola Gallo

En nuestra región la militarización ha estado presente de la mano de las colonias europeas en el Caribe desde el siglo XVII, que permanece hasta nuestros días, pero es la creación de la doctrina Monroe por parte de EEUU, la que da inicio hasta el día de hoy, a 200 años de militarización cada vez más agudizada.

Mas de 80 bases militares de Estados Unidos y la OTAN constituyen una red de bases que sostienen una plataforma de control militar sobre nuestros territorios y nuestros cuerpos, que fueron usadas en la llamada lucha contra el terrorismo, el cual EE. UU inició en 2001 y permitió apoderarse del petróleo y demás recursos estratégicos de Afganistan, Irak, Libia y Siria.

La lucha contra el narcotráfico fracasó hace muchos años, porque se demostró que donde está la DEA, hay drogas. Las bases militares son usadas ahora como cárceles para migrantes, tal como la de EE. UU en Guantánamo.

Asimismo, se suman a esta red de militarización el fenómeno salvadoreño de las cárceles para migrantes, que en realidad son centros clandestinos de detención.

La crisis climática en nuestra América

Ahora bien, para la crisis climática en nuestra región, la OTAN tiene un escenario de gestión militar, lo preocupante es que Colombia sigue siendo socio global, Brasil es aliado extra – OTAN, al igual que Argentina.

La Amazonia y la Antártida, dos espacios vitales para la gestión del cambio climático y sus impactos, son sus escenarios de conflicto más sensibles.

Por tal razón, las cárceles para migrantes son parte de una gestión de militarización, que puede ocasionar la emergencia climática. Es necesario que nuestros países abandonen esa alianza y construyan otros ecosistemas de gestión de los desafíos ambientales.

¿Dónde encontrar esperanza?

Un proverbio dice sabiamente que los antiguos lo sabían todo, nosotros solo lo hemos olvidado. Hacer memoria de humanidad es un acto de antifascismo primario.

La humanidad ya ha vivido procesos de deshumanización, de genocidios, por ejemplo, sabemos que el genocidio en Palestina es único, porque lo estamos viendo en directos, y eso desintegra cualquier idea de humanidad real. Pareciera que debemos parirnos nuevamente como especie, inventar humanidad; pero, ¿con qué herramienta nos inventamos?, ¿cómo se construye alguna vez humanidad después de la aniquilación?

Considero que la migración, la diplomacia de los pueblos y el cooperativismo tienen en común que son herramientas de humanización, y de civilización, que surgen a partir de evidencias de cuidado colectivo en nuestra especie.

La diplomacia de los pueblos

Es necesario saber que la migración es la actividad propia de la vida en el planeta, que le ha permitido evolucionar en todas sus formas. Por tal razón, la necesitamos defender a través de una fuerte diplomacia de los pueblos, así como desarrollar una alianza cooperativa que gestione la comunidad migrante con el Estado.

Es así como la democracia de los pueblos ha sido una herramienta antifascista que tuvo momentos de enorme importancia para cuidar de la humanidad, como lo fue la tarea del Socorro Rojo durante la llamada Guerra Civil Española, al salvar a miles de republicanos españoles de los campos de concentración franquistas o la muerte, llevándolos, por ejemplo, al exilio en América.

Nació luego de la Primera Guerra Mundial ante la necesidad de cuidado y protección de la infancia sin amparo filial que dejó la beligerancia.

En el siglo XXI lo que reina es la inestabilidad política producto de los golpes de estado duros y blancos, los bloqueos y el lawfare, o intentos de invasión, como bombardeos de un país a otro, que han restringido las democracias en forma cada vez más profunda.

Luego de la experiencia de la UNASUR, en la cual se avanzó en tantas formas y mecanismos de integración y cooperación, donde las fronteras fueron entendidas como puentes y no como muros, hasta que la avanzada reaccionaria desarticuló su potencia y se dio marcha a un retroceso tal, que lo llamamos fascismo, hay una necesidad de construir diplomacia de los pueblos que nos permita sostener los procesos por afuera del Estado si es necesario y con ayuda del Estado si tenemos la suerte.

Es allí donde el cooperativismo y la diplomacia de los pueblos pueden construir salidas a estas crisis que nos quieren obstaculizar la esperanza, siempre de la mano de la migración.

Este año 2025, la Organización de la Naciones Unidas, ONU, lo ha llamado el Año Internacional de las Cooperativas, con el objetivo de sostener que en el cooperativismo está la clave para un mundo mejor, y ante la dimensión de la crisis también de la ONU. Le pide a las cooperativas que le cuenten al mundo cómo lo hacen, cómo construyen día a día un mundo mejor.

Por eso decimos que, un sistema financiero internacional cooperativo que sea herramienta de la solidaridad y no uno para el saqueo donde es imposible la garantía de los derechos humanos , es una posibilidad para un mundo mejor.

Argentina y los derechos humanos

Hoy, Argentina es el país al que el FMI le ha prestado más dinero violando sus propios estatutos. Hay una deuda impagable para someter los proyectos nacionales y ser el negocio de unos pocos que lucran con la usura y el saqueo del patrimonio público de nuestro pueblo.

Pero, el país tiene muchas historias sobre volver a empezar, volver a iniciar, de renacimiento de humanidad. Ha tenido distintos tipos de inmigración y distintos flujos migratorios, pero hay uno que resulta inspirador: la inmigración después de la Segunda Guerra Mundial de las personas que venían huyendo del fascismo y que construyeron una herramienta sumamente poderosa para la ayuda mutua, y para la transformación de las condiciones de adversidad absoluta en las que habían llegado a este país con tan solo lo puesto sin idioma sin familia, sin amistades, sin conocer a nadie.

El cooperativismo fue construir una comunidad, un país. Esto está escrito en los archivos del movimiento cooperativo, y es parte de la historia del antifascismo.

Una de las características del fascismo es la maximización de las ganancias y de la acumulación de la riqueza a costa de la humanidad misma, por eso, un principio ordenador del ecosistema cooperativo de la transformación es el de la rentabilidad mínima necesaria, en este principio hay antifascismo, porque la rentabilidad debe estar al servicios de todas las personas de la cooperativa, de la comunidad, de su cuidado y defensa.

Nuevo sistema financiero

Se necesita un nuevo sistema financiero, una alianza de cooperativas que gestionen las remesas y que inviertan las ganancias en las entidades de bien público que cuidan y protegen a la familia migrante.

Crédito a muy bajo costo, proyectos de vivienda migrante para el retorno, defensa jurídica, atención en salud, y educación formal como informal, como atención en caso de contingencias como la enfermedad, la vejez, la incapacidad, la muerte y la gestión de las crisis producidas por el cambio climático.

Según un estudio del BID del año 2024, el 50% de las remesas son destinadas a las madres, y una de cada tres es a un padre.

Son remesas enviadas por las personas migrantes a los países de América Latina y el Caribe en 2024, alcanza un monto que asciende a U$ 161.000 millones de dólares. Esta riqueza se ha acrecentado en los últimos veinte años. En algunos países ha decrecido y una de las explicaciones que da el Banco Interamericano de Desarrollo es que en esos países se ha avanzado con políticas públicas con justicia social, que hacen que las familias de quienes han migrado puedan sentirse cuidadas y amparadas y, no esté toda la carga del peso sobre la familiar migrante.

Estamos hablando de una suma que es equivalente al PBI de Ecuador del año 2024, según lo informado en el Banco Central del Ecuador, el cual calcula el PBI del país en U$121.000.

Una vez más la migración nos da herramientas para construir una esperanza de futuro. Si un fuerte movimiento de organizaciones migrante crea una alianza cooperativa que mueva esas remesas, podría construir un ecosistema de cooperación de enorme impacto para la familia migrante.

*Fragmento de ponencia presentada en el evento “Colombia Dialoga”, Buenos Aires, 15 de noviembre de 2025.

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