La pregunta cuatro de la Consulta Popular propone el reconocimiento, los permisos y licencias por períodos menstruales incapacitantes. Por tal razón, VOZ conversó con tres mujeres sobre su salud y trabajo
Valentina Bolaño Senior
@Vale_BoSe
La menstruación es un proceso fisiológico que puede durar entre cuatro, cinco o incluso doce días o más, y afecta la cotidianidad del 33,6% de la población en edad de menstruar. La salud, vida, el bienestar emocional y las actividades diarias de quienes menstrúan están determinados por el momento del ciclo en el que se encuentran.
La vida no es la misma cuando se está menstruando, existen cambios que pueden ser sutiles o drásticos. De acuerdo con el Ministerio del Trabajo, entre el 20% al 30% de las mujeres en la fuerza laboral experimentan menstruaciones incapacitantes.
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, entre mayo de 2021 y mayo de 2023, identificó que el 9,2% de personas tuvieron que interrumpir su trabajo por causa de la menstruación. En ese sentido, Voces por el Trabajo señaló que “en algunas mujeres con enfermedades o desequilibrios de base como la endometriosis, la menstruación es dolorosa, lo que complica su situación durante los días de sangrado”.
Por tal razón, el Gobierno nacional ─reconociendo que las personas menstruantes enfrentan situaciones dolorosas y no deben elegir entre su salud y su empleo─ busca garantizar los permisos para tratamientos médicos y licencias en caso de menstruaciones incapacitantes.
Ahora bien, esta iniciativa se desarrolla desde la reforma laboral y estará presente en la Consulta Popular, tal como explica el ministro de Trabajo Antonio Sanguino: “Esto ha sido una innovación de la reforma laboral, y que nosotros hemos recogido como un derecho que ha sido progresivamente recogido para las mujeres y personas menstruantes”.
Asimismo, da continuidad al numeral cuatro del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026: “El escaso acceso a medios seguros para el adecuado cuidado menstrual y la falta de atención de salud oportuna y adecuada para tratar los trastornos o el dolor relacionados con la menstruación, limitan las oportunidades de empleo para las personas que menstrúan; quienes pueden abstenerse de realizar ciertos trabajos, o pueden ser obligadas a renunciar a horas de trabajo y salarios”.
Por esto, la pregunta cuatro de la Consulta Popular puede cambiar todo este panorama, pues será un paso para el reconocimiento de la salud menstrual, y no permitirá que las personas sigan fingiendo estar bien cuando no es así: “Permitir que las personas se ausenten del trabajo por menstruaciones incapacitantes es reconocer que trabajar con dolor no debe ser una obligación. La salud es dignidad”, comentó el ministro del Trabajo.
VOZ habló con tres mujeres menstruantes sobre su salud, su trabajo y qué piensan de la pregunta cuatro de la Consulta Popular.
Lorena, ingeniera electrónica
Lorena Arias es ingeniera electrónica, trabaja en la parte administrativa de un medio de comunicación. Sus días laborales son mayormente iguales, está allí la mayoría del día y cumple sus objetivos profesionales.
Sin embargo, una vez al mes, su rutina cambia, un dolor la acompaña, “cuando llega mi menstruación cambio completamente, estoy muy inflamada del estómago, me duele la cabeza y el cuerpo. Los cólicos son fuertes, eso me genera estrés porque es una presión en mi cuerpo constante, y, aunque sea insoportable y el caminar se me dificulte, debo seguir con mi trabajo”, menciona Lorena.
Piensa que es una buena idea tener una licencia menstrual, no solo en las entidades públicas sino en todos los trabajos, “quiero llegar a acuerdos de poder trabajar virtual esos días en donde no puedo sostenerme del dolor”, explica.
Sabe que su menstruación no es tan fuerte como la de otras personas, y es necesario que a ellas puedan garantizarles esta licencia. No obstante, tiene miedo de que se vuelva a demostrar las injusticias laborales: “Temo que esto vuelva aún más difícil para nosotras conseguir empleo, ¿los empleadores preferirán contratar a personas no menstruantes? No sé, espero que haya una claridad sobre esto.
»Soy una mujer que tiene una carrera supuestamente de hombres, y la vida laboral ha sido dura en ese aspecto, por eso, me parece importante que nos den nuestra licencia menstrual pero que nos den seguridad de que esto no nos traiga más desigualdades laborales”, finaliza Lorena.
Ingrid, atención al cliente
Ingrid Bastidas trabaja en la parte de atención al cliente en un restaurante, sus jornadas son extensas y agotadoras. Sus descansos son después de las 4:00 p.m., “cuando ya las personas hayan almorzado y no estoy corriendo de un lado a otro”, explica con una sonrisa. “Es duro, pero lo es aún más cuando estoy con el período, porque planifico y eso tiene síntomas secundarios, me da dolor de cabeza, vómitos, mareo, cólicos e inflamación”.
Indignada, señala que muchas veces ha mencionado esto en su trabajo y no le dan una solución, solo le ofrecen un agua aromática. “Esto sí afecta a las personas menstruantes, varios de los síntomas no dejan que uno pueda estar presente. Sí me gustaría tener una licencia o incapacidad cuando estoy en uno de esos días en los que siento mis cólicos o mareos no son soportables. Queremos trabajar dignamente y eso también es el respeto por nuestros ciclos”, concluye Ingrid.
Lucía, una voz desde el ámbito jurídico
Lucía Avendaño es abogada, defensora de derechos humanos y feminista. Enfatiza que “me parece maravilloso que se piense en una licencia cuando la menstruación sea incapacitante, porque son síntomas que nosotras sentimos mensualmente, y pese a esos quebrantos de salud, tenemos que rendir igual que cualquier otra persona que no sabe lo que es un cólico”.
El trabajo debe ser dignificante para las mujeres y personas menstruantes. “Da un poco de temor que por esto se desarrolle aún más la discriminación laboral por el hecho de la licencia menstrual. Pero, seguiremos firmes, esto es parte de la lucha y la reivindicación por los derechos y el reconocimiento de las mujeres y personas menstruantes”, finaliza Lucía.