lunes, mayo 12, 2025
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Mary Wollstonecraft y el primer manifiesto feminista

Las ideas de la Revolución francesa plantean una nueva perspectiva para las mujeres. Wollstonecraft desafió las ideas de su época al argumentar que la supuesta inferioridad femenina era producto de una educación opresiva y no de la naturaleza

Anna Margoliner
@marxoliner

Vindicación de los derechos de la mujer (A Vindication of the Rights of Woman, 1792) es una obra pionera del feminismo filosófico escrita por la pensadora británica Mary Wollstonecraft. Publicada en plena Revolución francesa, este ensayo desafió las ideas predominantes de la época al argumentar que las mujeres no eran inferiores por naturaleza, sino que su aparente debilidad intelectual y moral era resultado de una educación deficiente y de su exclusión de las esferas públicas.

Influenciada por los ideales ilustrados de razón y libertad, Wollstonecraft sostenía que solo mediante una educación igualitaria y racional podrían las mujeres alcanzar su pleno potencial.

A la argumentación

Uno de los principales objetivos de su crítica fue Jean-Jacques Rousseau, quien en su obra Emilio sostenía que las mujeres debían ser educadas únicamente para servir y complacer a los hombres. Mary Wollstonecraft rechazó esta visión, afirmando que tanto hombres como mujeres compartían la misma capacidad de razonamiento y que las diferencias entre ambos géneros eran producto de la socialización, no de la biología. Además, denunció cómo la sociedad fomentaba en las mujeres la frivolidad y la dependencia emocional, en lugar de cultivarlas como seres autónomos y pensantes.

La obra también aborda la necesidad de que las mujeres tengan derechos civiles y oportunidades económicas. Wollstonecraft argumentó que, sin independencia financiera y acceso al trabajo digno, las mujeres estarían condenadas a la subordinación.

Asimismo, cuestionó la idea de que su papel se limitara al ámbito doméstico, insistiendo en que su participación en la vida pública era esencial para el progreso social. Aunque sus ideas fueron controvertidas en su tiempo, sentaron las bases del feminismo liberal y anticiparon debates que seguirían vigentes siglos después.

Sobre la autora

Nacida en Londres en el seno de una familia de clase media con dificultades económicas, su vida estuvo marcada por la independencia y la rebeldía contra las convenciones sociales de su época. A diferencia de la mayoría de las mujeres del siglo XVIII, Wollstonecraft se ganó la vida como escritora, traductora y editora, oficios entonces dominados por hombres. Su experiencia personal ─incluyendo un matrimonio fracasado y su lucha por mantenerse económicamente─ influyó profundamente en su defensa de los derechos y la educación de las mujeres.

Criticó duramente a filósofos como Rousseau, quien defendía que la educación femenina debía centrarse en la obediencia y la seducción. En cambio, Wollstonecraft abogó por un sistema educativo igualitario que formara a las mujeres como seres racionales y autónomos, capaces de participar en la vida pública y económica.

El momento histórico

La publicación de Vindicación de los derechos de la mujer no fue un hecho aislado, sino parte de un momento histórico convulso y revolucionario que sentó las bases del feminismo moderno. La obra surgió en el marco de la Ilustración europea y la Revolución francesa (1789), movimientos que, pese a proclamar ideales de libertad, igualdad y razón, excluyeron a las mujeres de sus promesas de emancipación.

Sin embargo, la Ilustración también abrió espacios para el debate: salones literarios dirigidos por mujeres, como los de Madame de Staël en Francia, y escritoras como Olympe de Gouges, quien en 1791 publicó Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, una réplica feminista a la Declaración de los Derechos del Hombre. Este contexto explica la urgencia de Wollstonecraft: su obra es una respuesta a la traición revolucionaria hacia las mujeres, denunciando que la “igualdad” prometida era solo para hombres.

En Inglaterra, el siglo XVIII vio un auge de escritos que cuestionaban el rol de la mujer. Autoras como Catharine Macaulay ─a quien Wollstonecraft admiraba─ ya habían defendido que la “debilidad femenina” era un mito. Sin embargo, predominaba la visión de que las mujeres debían educarse solo en “habilidades decorativas” (música, costura) para ser buenas esposas. La obra de Wollstonecraft se inscribe en este debate, combinando exigencia política de derechos y una propuesta pedagógica.

La obra escandalizó a muchos por su radicalidad. Se tachó a Wollstonecraft de “marimacho” y “antinatural”, y tras su muerte prematura (1797), su reputación fue manchada por revelarse su vida personal con amantes, un hijo ilegítimo. Sin embargo, en el siglo XIX, sufragistas como John Stuart Mill la reivindicaron. Hoy se la considera la primera teórica feminista sistemática, pues no solo denunció injusticias, sino que planteó soluciones concretas: educación mixta, acceso al trabajo, ciudadanía plena.

Perspectiva al futuro

Wollstonecraft escribió en un momento en que las mujeres empezaban a organizar demandas colectivas, pero aún no existía un movimiento feminista estructurado. Su obra refleja la tensión entre los ideales ilustrados y la realidad de la exclusión femenina. Aunque su impacto inmediato fue limitado, su crítica a la desigualdad educativa, económica y política sentó las bases para las olas feministas posteriores. Por eso, Vindicación no es solo un libro: es un manifiesto que conecta la Revolución francesa con las luchas feministas actuales.

Aunque su vida fue breve, su legado perdura. Wollstonecraft desafió las normas de género de su época y planteó cuestiones que siguen vigentes: la igualdad educativa, la independencia económica de las mujeres y la crítica a los roles de género impuestos. En su tiempo fue ridiculizada y olvidada, el movimiento feminista del siglo XIX y XX la rescató como una de sus primeras voces teóricas. Hoy es reconocida como una de las figuras más importantes de la Ilustración y una precursora de la lucha por los derechos de la mujer.

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