Por primera vez, se muestra un acercamiento a la historia de las organizaciones juveniles comunistas en Colombia (1930-1957), revelando experiencias olvidadas y procesos fallidos que marcaron el camino hacia la actualidad, a partir de archivos inéditos
Beatriz Guerrero
Desde el Grupo de Investigación Histórica del Centro de Estudios e Investigaciones Sociales, CEIS, presentamos esta primera entrega sobre la historia de la Juventud Comunista Colombiana. Gracias al apoyo del regional de Bogotá de la JUCO, el Grupo comenzó a esbozar una historia general de la organización juvenil del PCC, para la cual se pudo aprovechar una importante cantidad de fuentes documentales inéditas recopiladas gracias a un paciente y constante trabajo de organización de los archivos históricos del CEIS y del Semanario Voz emprendido desde hace varios años.
Aunque al principio nos planteamos la idea de producir un solo volumen que le diera al público un panorama general de toda la historia de la JUCO, desde sus orígenes, a mediados del siglo XX, hasta el presente, la investigación de archivo nos mostró muchos aspectos de las primeras organizaciones juveniles comunistas en Colombia hasta ahora desconocidos.
Así, conforme íbamos profundizando en estos asuntos, encontramos que durante las décadas de 1930 y 1940, un periodo en el que prácticamente no existió una organización semejante a la JUCO de hoy, había una serie de sucesos complejos y muy interesantes que debíamos considerar con más detalle, pues no podían ser trabajados simplemente como “antecedentes” de la organización juvenil comunista actual.
Así pues, en este primer volumen de la historia de la Juventud Comunista Colombiana se aborda la trayectoria de las organizaciones juveniles comunistas desde principios de la década de 1930 hasta 1957. Esta historia no es lineal ni ascendente, pues durante este periodo surgieron diversas estructuras diferenciadas entre sí que no lograron consolidarse, y las cuales expresaban las tensiones de un Partido que integraba el movimiento comunista internacional mientras buscaba construir un camino hacia la revolución de cara a su realidad nacional. Así, las fallidas experiencias de esos años le permitieron al PCC acumular una experiencia que posibilitó a los comunistas avanzar en la resolución de diversos problemas relacionados con la organización juvenil.
Esta historia comienza con los primeros esfuerzos por organizar a la juventud comunista, los cuales condujeron a la fundación de la efímera Liga Juvenil Comunista en 1934, aunque esta terminó disolviéndose un año después en medio de los debates internos del Partido Comunista Colombiano sobre el papel de la juventud en su proyecto revolucionario y las estrategias de construcción de alianzas para enfrentar la amenaza del fascismo. Entonces, desde ese momento y hasta mediados de la década de 1940, el Partido Comunista limitó el rol de la juventud a la puesta en marcha de la política de frente popular, por lo que no contó con una organización juvenil propiamente dicha.
Sin embargo, la realidad cambiante del país, que para mediados del siglo XX se vio marcada por la violencia y la urbanización, llevó al Partido Comunista a repensar su ponderación de la juventud, y así, le dio forma a la Unión de Juventudes Comunistas de Colombia, la antecesora directa de la actual JUCO.