domingo, marzo 16, 2025
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Bolivia: cuando una huelga no es lo que parece

Esto no intentará ser la estricta crónica de todo lo acontecido. Intentará ser la crónica de las impresiones, análisis y reflexiones de quien estuvo en las calles de La Paz todos estos días. Entre movilizaciones y bloqueos, discursos gubernamentales, entrevistas a un lado y el otro. No será neutral, pero eso ya lo sabemos.

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Gabriela Gurvich

Hace dos semanas que Bolivia llega a las noticias internacionales por la huelga general decretada por la Central Obrera Boliviana (COB).

El pequeño contexto

Brevemente: el conflicto comenzó con la huelga general que convocó la COB en reclamo de una jubilación al 100% de los haberes. Hace poco más de un mes, esta misma central sindical negoció el aumento del salario mínimo. Como antecedente es bueno recordar que pedían un 800% de aumento salarial, en un país donde efectivamente la inflación es poca (4,54% en 2012). Ante el pedido de un desorbitante 800%, los dirigentes sindicales firmaron el aumento del salario mínimo por 10%.

Una jubilación al 100% no tiene asidero en la realidad ni política ni económica del país. Desde que Evo Morales se convirtió en presidente hace siete años y nacionalizó los hidrocarburos, las arcas nacionales crecieron a niveles muy altos. No es fácil administrar de pronto tanta riqueza, pero el Gobierno ha sabido, no sin errores y torpezas, utilizar el dinero para el beneficio del pueblo. No sólo en inversión de infraestructura y en desarrollo productivo. También se implementaron gran cantidad de Bonos. El Bono Juancito Pinto, para combatir la deserción escolar, el Bono Juana Azurduy, para mujeres embarazadas, etc.

Entre estos bonos existe la Renta Dignidad, una suma de dinero que se les entrega a los mayores de 60 años que no han podido jubilarse por no haber aportado a la caja jubilatoria. Teniendo en cuenta que en Bolivia existe un trabajo informal del 75%, según informó el propio ministro de Economía, esta renta representa una política de gran alcance que beneficia -según los últimos datos- a 972.855 personas. Este dinero se saca en gran parte de un fondo creado con los aportes jubilatorios de los empleados formales con mayores salarios, entre ellos, los mineros.

El peligro económico

Catorce días de bloqueos de rutas interdepartamentales, y el paro -que sólo se sintió fuertemente entre maestros rurales, urbanos y mineros- están generando una situación delicada. La mina de Huanuni genera medio millón de dólares por día para el Estado boliviano. Su paralización está provocando grandes pérdidas que podrían llevar al cierre de esta importante e histórica mina, que ha sido nacionalizada por Evo Morales. El gobernador de La Paz afirmó que el sector productivo de su departamento perdió en cinco días 41 millones de dólares, y desde el sector de exportadores aseguraron que las pérdidas son de seis millones de dólares por jornada.

El peligro golpista

El Gobierno ha denunciado intentos desestabilizadores y golpistas, basándose en acontecimientos como la confiscación de gran cantidad de explosivos de alto alcance camuflados dentro de una ambulancia, del intento de toma de un aeropuerto, de afirmaciones de líderes sindicales que aseguran que pueden derrocar a Evo, y del pedido de la COB a un amotinamiento policial. Los dirigentes sindicales han negado algún tipo de intención golpista.

Si bien a primera vista pareciera algo exagerado denunciar una intentona golpista, al pensarlo en el contexto latinoamericano con los sobresaltos que estamos viviendo, no parece ser tan descabellado. Sólo por nombrar la destitución de Lugo en Paraguay y la violencia opositora en Venezuela luego del triunfo de Maduro como antecedentes inmediatos de los peligros que acechan a las democracias progresistas del continente. Las oposiciones locales y el imperio no pierden oportunidad en involucrarse en estas situaciones complejas para voltear gobiernos que no son de su agrado. Miremos a Medio Oriente y los hechos hablan por sí solos.

Un dato para pensar: la huelga empezó justo cinco días después de que Evo expulsara a la Usaid de Bolivia.

En este marco el Gobierno también ha actuado con sus torpezas. Durante los primeros días del conflicto ordenó despejar las carreteras, y detuvo a más de 20 huelguistas. Esto no hizo más que caldear el ánimo de los manifestantes cuando recién había comenzado el conflicto. A partir de allí, el uso de la Fuerza Pública ha sido descartado por el Gobierno, exceptuando los alrededores de la Plaza Murillo -donde se encuentra la sede de gobierno- que se encuentra fuertemente cercada por la Policía, que ha dispersado las manifestaciones de miles de mineros que atacaban con dinamita cuando durante sus marchas por las calles de La Paz intentan ingresar a la plaza.

El trasfondo político

El 7 y 8 de marzo de este año, la COB creó el Partido de los Trabajadores, con vistas a enfrentar la candidatura de Evo Morales en las elecciones presidenciales de diciembre de 2014. El 24 y 25 de mayo se realizará en Huanuni el segundo encuentro fundacional del partido. De ahí que se haya tildado a este conflicto no de sindical sino de político, dejando de lado el verdadero reclamo por construir una plataforma social desde donde lanzarse como partido político. Si bien los dirigentes de la COB se han cuidado de mezclar esto con el reclamo actual, las fechas parecen hablar por sí solas.

Un elemento a tener en cuenta es el carácter anti-Evo que se respira en las marchas. Se escuchan cantos que dicen cosas como: “Qué lindo sería que Evo vaya a la escuela y salga bachiller” y “Evo maricón, dale un chutazo en el poto (pégale una patada en el culo)”.

La negociación

Las negociaciones se encuentran empantanadas. Tires y aflojes de ambas partes, han provocado que aún no se arribe a buen puerto en una resolución del conflicto. Esta semana se avizoran nuevas mesas de diálogo en un contexto complejo.

La semana pasada los movimientos sociales que apoyan el proceso de cambio en Bolivia llamaron a movilizarse y salir a las calles en su defensa. Se anunciaron una movilización este lunes y una gran concentración el jueves. Ante la posibilidad de provocaciones entre ambos sectores, la COB le envió una carta al Presidente, urgiendo a establecer nuevamente la mesa de diálogo, a fin de evitar choques entre hermanos de clase. El Gobierno respondió que nunca abandonó el diálogo y que se dispone a continuar con las negociaciones.

En otro contexto y sobre otro conflicto, la presidenta de la cámara de senadores de Bolivia, Gabriela Montaño, sentenció: “Convirtamos, una vez más, a la disidencia en motor de proyección de futuro”. El gobierno de Evo Morales ha sabido transformar los conflictos dentro de Bolivia en saltos hacia adelante. Confiamos en que esta vez así sea.

Marcha

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