Este Festival está cruzado de muchos eventos significativos e importantes, como el recuerdo de nuestro primer candidato presidencial, asesinado un 11 de octubre, Jaime Pardo Leal.

Manuel Cepeda Vargas propuso hace 31 años la realización del Festival de VOZ, y este se ha venido haciendo a pesar de las circunstancias difíciles de muchos años de guerra sucia, de asesinatos contra nuestros camaradas, bombas contra las instalaciones del periódico, y nunca dejó de realizarse. Siempre acompañados de ese imprescindible hombre de la cultura, Pacho Martínez. Hasta el año pasado estaba en este mismo escenario haciendo la animación del Festival con incomparable alegría y por eso queremos en esta ocasión rendirle nuestro homenaje a un hombre sin igual.
Este Festival está cruzado de muchos eventos significativos e importantes, como el recuerdo de nuestro primer candidato presidencial, asesinado un 11 de octubre, Jaime Pardo Leal, y que desde entonces se ha convertido esta fecha en el día de las víctimas. Este festival tiene que ver con la lucha por la paz y la justicia social, así como los avances en la mesa de La Habana, pero que el gobierno quiere ahora rediscutirlos con el argumento de siempre: el desarrollo de lo pactado, que en el fondo quieren es cambiar el sentido de los acuerdos en Justicia por el temor a la verdad y el resarcimiento de las víctimas, en especial las de la Unión Patriótica y el Partido Comunista Colombiano.
Porque, digámoslo con claridad: sin que se acepte la verdad y que se reconozca el genocidio político contra la UP y el PCC va a ser muy difícil que la paz surja como todos lo anhelamos. La paz de la oligarquía no es la misma que quiere el pueblo colombiano. Para nosotros la paz es con democracia, con reformas políticas y sociales, no una paz romana, sin cambios y sin soluciones para el pueblo.
Este Festival también está atravesado por la lucha internacional, que es ni más ni menos una pelea contra el capitalismo y todas las lacras que arrastra el sistema decadente. Me acordaba por la amenaza que recibí hace algunos días, que demuestra la vileza de esta oligarquía: me dicen que si a mí no me mataba el cáncer, serían ellos los que me mataban por ser un agente de la guerrilla. Y viendo en la televisión a Evo Morales en el foro social internacional, Evo recordaba que el capitalismo es una lacra pero que es derrotable.
El cáncer se puede curar pero la crisis del capitalismo no se va a solucionar, y como va el sistema terminará en el basurero de la historia. La tendencia de la lucha de los pueblos en el mundo es para profundizar los cambios sociales, proteger el planeta, una lucha por cambios a las realidades del mundo, pero todas esas luchas tiene un común denominador: contra el sistema capitalista enemigo del pueblo y la paz.
La campaña electoral es otro de los desafíos por el que atravesamos. Saludamos la presencia del Progresismo con su cabeza de lista, Hollman Morris. Que demuestra la necesidad de avanzar en un solo proyecto de unidad para conquistar el poder del país. En el periódico hemos venido agitando la campaña electoral mediante separatas semanales. Respaldamos a Clara López Obregón en su postulación a la alcaldía, quien nos visitó en las horas de la mañana, y saludó la labor de nuestro semanario.
Y por supuesto acompañamos a Aída Avella, cabeza de lista de la UP al Concejo de Bogotá. Ese equipo es de lujo, jóvenes, mujeres, luchadores como el doctor Román Vega y el defensor de derechos humanos y de víctimas Alfonso Castillo y José Luis Díaz-Granados, solo por nombrar a tres personas entre tantos cuadros de la UP.
El semanario VOZ no se siente solo. El PCC demostró que es un partido indestructible tras superar esa guerra sucia porque no pudieron acabarlo, y todavía tenemos fuerza suficiente para enfrentar a los enemigos del pueblo. Solo con nuestra lucha, la de la paz. Como decía el comandante Timoleón Jiménez, llegó la hora de actuar por las vías legales y si las FARC-EP, que tienen tantos enemigos, lo van a hacer, nosotros estamos llamados a lo mismo, porque tenemos claro que nuestro partido está en el corazón de los campesinos, de los obreros, de la intelectualidad y somos muchos, incluso los que vienen del exilio. ¡Que viva la Unión Patriótica!