Queremos organizarnos y que nos ayuden a luchar y defender nuestro territorio. Para ello venimos realizando algunas actividades. Ha sido un trabajo con las uñas para el cual esperamos encontrar aliados estratégicos y poderla hacer realidad.

Estefany Grajales
Fundación Comunidades Unidas de Puerto Boyacá
Muchos sabrán de Puerto Boyacá por estar estigmatizada como capital antisubversiva de Colombia, donde se engendró la cuna de los paramilitares del Magdalena Medio. Hemos pasado por los fenómenos más violentos de nuestro país: primero la guerra de los partidos conservador y liberal, la guerrilla, los paramilitares, el narcotráfico, y ahora el fenómeno de las multinacionales extractivistas de hidrocarburos.
Desde la colonización de nuestro territorio se viene realizando la actividad petrolera, la cual haciendo una línea de tiempo ha sido la causante de irreparables impactos ambientales por la contaminación de espejos de agua. Un ejemplo de ello es la contaminación de la ciénaga de Palagua, la cual hoy día, 20 años después de haber interpuesto y ganado una acción popular, no se ha descontaminado ni cumplido con las ordenanzas dictadas por el juez del juzgado del circuito sexto de Bogotá de esa época.
Por el contrario se vienen adelantando solicitudes para modificaciones a los Planes de Manejo Ambiental (PMA) de los bloques petroleros. Además pretenden perforar alrededor de 300 pozos más en uno solo de los bloques de transición en área de influencia de la ciénaga de Palagua, sin dejar a un lado que los operadores de este bloque denominado Campo Velásquez son dueños del suelo y subsuelo, siendo este el único caso a nivel nacional.
En el año 2008, después de haber realizado un sinnúmero de estudios, la Contraloría ordena a la Corporación Autónoma Regional de Boyacá que declare como Parque Natural Regional Serranía de las Quinchas una extensión de más de 21 mil hectáreas en Puerto Boyacá, y otras tantas en el municipio de Otanche, estando estas entre límites con Santander y Cundinamarca, quedando este inscrito en el acuerdo 0028 del 16 de diciembre de 2008, acuerdo que a la fecha no ha sido cumplido ni ejecutado su PMA.
En el año 2009 por la misma zona declarada PNR da inicio la multinacional TGI al paso del gaseoducto Cosacol-Confurca, generando la desaparición de nacimientos de fuentes hídricas y sedimentación en la quebradas La Cristalina y río Guaguakí, entre otros afluentes hídricos de la zona, quedando esto en silencio y sin presenciar las inversiones por compensación social y ambiental.
Se han rechazado más de 300 solicitudes de adquisición de predios, algunos dicen que por ser declarado Parque Natural Regional y algunos documentos nos revelan que alrededor de los 5 Km de radio de los pozos de hidrocarburos no se puede hacer adjudicación, razón por la cual estamos confundidos ya que sabemos que existen recursos naturales renovables y no renovables, inclusive socializaciones para un bloque denominado Morpho que abarca parte de lo declarado PNR.
Nadie da respuesta y mucho menos alternativas de solución a las problemáticas sociales, ambientales y económicas que se viven, pero sí se tilda y estigmatiza a los campesinos por verse obligados por las circunstancias a dedicarse a los cultivos ilícitos, sabiendo que el Gobierno no ha cumplido con sus compromisos de ley. Se interpuso una acción de cumplimiento ante el acuerdo, pero esta fue denegada en las dos instancias y el que la interpuso dice haber recibido amenazas y salió del municipio.
Las comunidades están bastante inquietas, aunque la cultura que ha imperado no permite tener mucha libertad de expresión, no por grupos armados sino porque la mayor fuente laboral la genera la actividad extractiva y temen perder sus trabajos. Aun así, ya están mirando la manera de organizarse y han presentado varios pliegos de peticiones que las empresas en su gran medida no cumplen, y ahora con la Ley de la Bolsa de Empleo, las alarmas se encendieron. Al ver esto, el gobierno central en cabeza de la ANH ha creado una estrategia llamada diálogo democrático, con lo cual dicen buscar diálogos con los del alto gobierno y evitar los ceses de actividades en cada uno de los campos petroleros, estrategia que no ha logrado convencer a la mayoría de líderes de la región.
Después de la desmovilización de los paramilitares aumentó la presencia de empresas, aumentó también la drogadicción, prostitución, delincuencia común, entre otros fenómenos de degradación del tejido social y ambiental.
Se han asignado más de 18 bloques sin tener estudios geológicos, hidrológicos, ambientales ni mucho menos la consulta popular. Para terminar de empeorar la situación, encontramos que existen dos bloques suscritos en el contrato de exploración y producción Nº 51 del 2012 y el Bloque VMM-16, suscrito entre Ecopetrol S.A. y la ANH para la implementación del método de fracturación hidráulica -(fracking).
Si no hay control por parte de las autoridades ambientales para los pozos existentes convencionales, mucho menos lo van a tener para el control de estos otros métodos no convencionales. Necesitamos ayuda de organizaciones para evidenciar y frenar un poco esta explotación insensata que se está llevando a cabo en el municipio de Puerto Boyacá. Queremos convertirnos en un territorio de paz, pero si continúan estos atropellos contra la naturaleza y la humanidad, se despertará de nuevo el demonio de violencia que está dormido por algunos años y nuestros hijos no merecen eso.
Queremos organizarnos y que nos ayuden a luchar y defender nuestro territorio. Para ello venimos realizando algunas actividades. Ha sido un trabajo con las uñas para el cual esperamos encontrar aliados estratégicos y poderla hacer realidad. Estos son algunos de los problemas que vive la gente de Puerto Boyacá, sin contar todavía con los impactos socioambientales de la construcción de la Ruta del Sol, la vía Chiquinquirá-Puerto Boyacá y el dragado del río Magdalena.