La administración del semanario ha llamado la atención que el precio del ejemplar de VOZ está inalterable desde hace tres años. Los $2.000 no se corresponden con el cuadro de costos de cada ocho días. Hay que pagar no solo la impresión, sino también los fletes y despachos, la elaboración, los salarios de los funcionarios y otros gastos directos e indirectos que afectan el proceso de producción de la verdad del pueblo para que llegue al consumidor, que son los lectores, público selecto y de calidad que espera mucho más del contenido, pero que muchas veces tiene que ver con las limitaciones propias de los recursos financieros.
La propuesta es hacer un reajuste en el precio del ejemplar, siquiera a $2.400. Es una decisión odiosa, rechazada de antemano por varios militantes. Pero la administración no puede seguir subsidiando a los lectores y a los suscriptores.
Para este año, por propuesta de los regionales, se decidió aumentar a 20 las páginas del semanario. Bien a través de separatas o de mayor información. De hecho se está haciendo ya. Pero falta el compromiso de los regionales y de la Juventud Comunista que no asumen la decisión de la venta y difusión de VOZ.
Para evitar el aumento drástico del ejemplar, tendría que triplicarse la venta semanal, por lo menos, para que se modifique la contabilidad de costos. No hay alternativa.