El Magdalena, corazón histórico y cultural de Colombia, renace como destino turístico con el crucero de lujo AmaMagdalena. Tras décadas de olvido, este viaje de siete noches entre Barranquilla y Honda revive su legado, combinando turismo sostenible, paisajes biodiversos y pueblos coloniales como Mompox. Es una honra al río que inspiró la música, la literatura y el desarrollo del país
Anna Margoliner
@marxoliner
Descansando sobre el inmenso Caribe, el Río Grande de la Magdalena termina su viaje por el país de la belleza. Nacido en las entrañas de los Andes, alimenta de vida e ilusiones a millones de personas a lo largo de su paso. Ha sido representado a lo largo de la historia en miles de relatos y retratos, inerme y majestuoso. Por sus aguas ha navegado las líneas de los años coloniales y republicanos.
Podría decirse que es el afluente más famoso del país, dado que su recorrido conecta la capital con la costa norte, lo que ha permitido la conexión con el mundo exterior. El tráfico de ideas y productos se hizo efectiva gracias a los 886 kilómetros navegables.
Así volvió el crucero
AmaWaterways es una compañía de cruceros fluviales de lujo, fundada en 2002, reconocida por sus experiencias premium en ríos como el Danubio, el Rin y el Mekong. La empresa ha sido pionera en explorar destinos menos convencionales, llevando el turismo de alta gama a paisajes remotos con un impacto positivo en las comunidades locales.
En 2024, AmaWaterways hizo historia al reintroducir los cruceros turísticos en el Río Magdalena, el principal de Colombia, que no veía este tipo de turismo desde hacía décadas. Este proyecto se realizó en colaboración con Trenes Turísticos de Colombia y el Gobierno nacional, como parte de un esfuerzo para revitalizar la región y mostrar su riqueza cultural y natural. El barco estrella, el AmaMagdalena, fue diseñado específicamente para navegar por estas aguas, combinando comodidades modernas con un toque local.
El itinerario de siete noches, impulsado el 10 de abril del 2025, recorre desde Barranquilla hasta Honda, pasando por lugares como Mompox ─declarada Patrimonio de la Humanidad por su arquitectura colonial─, las ciénagas repletas de biodiversidad y pueblos que preservan tradiciones centenarias. Además, el proyecto promueve el turismo sostenible, generando empleo local y protegiendo los ecosistemas del río. El regreso de los cruceros al Magdalena marca un hito para el turismo en Colombia.
Fin de la navegación a vapor
El río Magdalena dejó de ser navegable de manera regular y masiva principalmente en la década de 1960. Las causas de la pérdida de su navegabilidad son múltiples y se relacionan tanto con factores naturales como con la intervención humana.
Desde siempre, la navegación en el Magdalena fue difícil debido a la topografía empinada y erosionable de su cuenca, lo que favorece la formación de bancos de arena y aguas torrenciales. Estos obstáculos naturales complicaban el tránsito de embarcaciones, especialmente en épocas de lluvias o sequías extremas.
La situación empeoró con la deforestación masiva en la cuenca, el aumento de la sedimentación y la erosión, así como el desarrollo de actividades agropecuarias y asentamientos humanos. Estos factores incrementaron la inestabilidad del cauce y la frecuencia de obstrucciones, haciendo cada vez más difícil mantener rutas navegables estables.
Sin embargo, eso no fue lo único que ocurrió para que el río dejara de ser el principal conector de transportes. A partir de finales del siglo XIX y, especialmente, en el siglo XX, la construcción de ferrocarriles y carreteras ofreció alternativas más rápidas y eficientes para el transporte de carga y pasajeros. Para 1960, ya existía una carretera que permitía llevar carga desde los puertos caribeños hasta Bogotá en solo 24 horas, desplazando así la importancia del río como vía principal.
Finalmente, el incendio del vapor David Arango en 1961 en el puerto de Magangué es considerado un hito simbólico que marca el final de la era de los grandes vapores de pasajeros y carga en el Magdalena. Sin embargo, la navegación comercial nunca desapareció por completo, sino que se transformó y especializó en el transporte de ciertos tipos de carga, aunque en volúmenes menores y con mayores dificultades técnicas.
Oportunidades de proyección
De acuerdo con el Proyecto de Navegabilidad del Río Magdalena, las seis ventajas más importantes de recuperar su uso de navegabilidad consisten en: “Eficiencia energética: Es de 4 a 5 veces mayor que el transporte terrestre y 1,5 veces mayor que el ferrocarril; Seguridad: Incluye seguridad vial y laboral, así como la prevención de accidentes ambientales; Congestión y tráfico: La reducción de carga en las vías alivia la congestión; un convoy fluvial equivale a 240 tractocamiones.
»Contaminación del aire y ruido: Los niveles de contaminación y ruido son significativamente menores en comparación con otros medios de transporte; Uso del suelo e impactos sociales: Pasa por áreas más abiertas, evitando la fragmentación del paisaje causada por la construcción de carreteras y Efectos ambientales mínimos: Controlables con planes de manejo adecuados, con menos impacto en temas como derrames y contaminación del agua en comparación con otras actividades fuera de los cuerpos de agua”.
Volver a sumergirse
Ahora se podrá volver a surcar las aguas con aquel río que de acuerdo con la introducción Navegando el Magdalena del Museo Nacional de Colombia: “Los caribes lo llamaron Karakali (gran Río de los caimanes) o Karihuaña. Las tribus del lugar Tora, cerca de Barrancabermeja, se referían a Arli (Río del pez). En el alto Magdalena era llamado en Quechua Guacahayo (Río de las tumbas) y los músicas lo de nominaron Yuma (Río del país amigo)”.
El mismo que quedó inmortalizado en las letras al son de la cumbia que acompaña su aire durante el trayecto de sus aguas: “Río magdalena / que te la pasas viajando / en mi barranquilla / el puente te está esperando // río Magdalena / que cruzas por tanto pueblo / pasas orgulloso / bajo el Puente Pumarejo”, ahora espera a los y las colombianas para que conozcan la fuente de inspiración de la música que nos ha hecho bailar y de personajes inolvidables como Florentino Ariza y su amor indeleble.