¡Nada que celebrar!

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Sandra Liliana Montealegre Castrillón
consultoradhgenero@outlook.es

El 17 de mayo de 1990, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de la clasificación internacional de enfermedades mentales. Por esta razón, en 2004, la ONU proclamó esta fecha como el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.

Sin embargo, preocupa el aumento en las cifras de crímenes motivados por prejuicios, cuyas cifras, aunque alarmantes, se conocen gracias a la mejora en los mecanismos de reconocimiento de las víctimas. Estos avances son el resultado de la movilización de las organizaciones sociales y de mujeres que denuncian y se movilizan sin miedo.

Según Mercosur, en el mundo más de un tercio de los países penaliza las relaciones entre personas del mismo sexo y tan solo 24 reconocen el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y solo nueve países del continente, entre ellos Colombia, disponen de una ley o normativa sobre el derecho a la identidad autopercibida.

De acuerdo con el informe de 2024 titulado Con permiso para despreciar, de Caribe Afirmativo ─organización que desde 2009 documenta las graves violaciones de derechos humanos─, durante ese año se reportaron 164 asesinatos y cuatro amenazas diarias contra personas LGBTIQ+. Esto equivale, aproximadamente, a un asesinato cada dos días.

El informe también señala que estos hechos presentan altísimos niveles de sevicia y crueldad, lo que contribuye a la generación de un ambiente de intimidación a todo un colectivo social. Esta situación perpetúa un ambiente de impunidad típico en los crímenes por prejuicio ejercidos contra las personas Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans, Intersex y no Binaries.

El 17 de mayo, el mundo alzó su voz para denunciar la impunidad frente a las víctimas. Se reconoce, en el ámbito global, la existencia de una situación de eliminación sistemática de las personas LGBTIQ+. En Colombia, aunque las personas LGBTIQ+ son reconocidas como sujetos de protección constitucional, los casos de violencia continúan en aumento y, en su mayoría, siguen sin resolver. El sistema de justicia aún es incipiente en la investigación de estos crímenes, y el subregistro de las agresiones sigue siendo muy alto.

Es de anotar que, según las cifras de 2024, los crímenes por prejuicio fueron particularmente ejercidos contra mujeres y hombres trans, lesbianas y bisexuales; lo que demuestra que aún seguimos habitando un país en donde persiste el odio contra las mujeres, los altos niveles de impunidad y el feminicidio como un fenómeno que se profundiza más en Colombia.

Por eso, el 17 de mayo de cada año no hay nada que celebrar, sino todo por conmemorar. Como dice la consigna, dicha a voz en cuello: “Por nuestros muertos ni un minuto de silencio, toda una vida de combate […]”. En esta fecha, más bien, nos encontramos en las calles, en la movilización y en la vida, para defender los derechos humanos, porque no queremos seguir siendo una menos.

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