domingo, abril 20, 2025
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La guerra cibernética contra la insurgencia

Boris Guevara
integrante de la Delegación de Paz de las FARC-EP

Los reiterados llamados de las FARC-EP a la imparcialidad de la información en los medios de comunicación no solo se refieren a la prensa hablada y escrita; también se refieren a otros espacios que nunca se han tocado. Me refiero a lo revelado recientemente por el disidente Snowden, en cuanto al espionaje cibernético por parte de la NSA.

Blog.Guerra-cibernetica.

A las FARC-EP, estas noticias no nos sorprenden, al contrario, ratifican lo que veníamos diciendo desde hace mucho tiempo, y seguramente así pasará con otros temas que hoy son negados o ignorados por la opinión pública.

Nosotros hemos sido víctimas del sabotaje y el espionaje hace mucho tiempo, especialmente cuando se trata del manejo de espacios virtuales en la red para expresar nuestras ideas y razones de lucha.

Aparte del tratamiento gubernamental violento que han tenido las manifestaciones por estos días, o de otros factores que hacen difícil la actividad política en nuestro país, hay un tema que se menciona muy poco, “la guerra cibernética contra la insurgencia”, el bloqueo permanente de nuestros esfuerzos por lograr hacer visible nuestra posición sobre varios temas. Esta guerra es permanente y continua, desde hace mucho tiempo.

En recientes días, la página AFP (Agencia Fariana de Prensa‎) fue bloqueada por “agentes desconocidos”, violando la libertad de expresión y demás libertades propias de una democracia. Esto solo lo reseño como un ejemplo de un sinnúmero de acciones que se llevan a cabo, dejando en claro la precariedad de las cacareadas garantías que pregona el Estado.

Otro caso muy diciente es la reciente campaña de desprestigio que corre por diferentes redes sociales como el tal video “Quizás, quizás, quizás” que fuera de tener un carácter de marcado tinte político de derecha es un virus que ha sido distribuido por correo electrónico como método de espionaje a los posibles simpatizantes de la insurgencia (para más detalle visite original en inglés: http://farc-epeace.org/index.php/component/k2/item/181-colombian-farc-sympathizers-apparent-targets-of-malware-campaign.html en español: https://pazfarc-ep.org/index.php/articulos/tras-la-noticia/1488-ataques-malware-dirigidos-contra-las-farc-ep.html). Ahí demuestran cómo, a través de falsos mensajes, supuestamente de la Delegación de Paz de las FARC-EP, se infiltran en los PC de los ingenuos usuarios.

Han cerrado los canales donde la Delegación de Paz de las FARC-EP ha querido informar al mundo nuestra visión sobre los diálogos de paz. Canales como YouTube, Google+, Facebook, Blogs (http://www.pazfarc-ep.blogspot.com) son cerrados tan pronto ven el auge de las visitas, y ni qué decir de las páginas que aún funcionan como la página oficial de las FARC-EP www.farc-ep.co y las páginas de la Delegación de Paz de las FARC-EP que son atacadas varias veces por semana, por fuerzas «oscuras e invisibles».

Agencias de prensa que se destaquen por describir la otra realidad que vive Colombia son atacadas y a veces incluso recurren a la judicialización de sus periodistas, como en el caso de ANNCOL, o a la persecución de los mismos, en otros medios de prensa alternativa.

El Tiempo, El Espectador, Semana, El Colombiano, y una gran cantidad de blogs y páginas expresando posiciones de derecha o ultraderecha, son medios que acaparan el mayor tráfico de noticias y actualidad en Colombia, casi todos con un discurso derrotista y denigrante al referirse a nuestra fuerza guerrillera y ni qué hablar de los comentarios que por arte de magia aparecen casi automáticamente, apoyando la guerra y el odio. Extrañamente, en las redes se pueden expresar libremente posiciones ultraderechistas, por no decir fascistas, sin ser atacadas por nadie. Eso sí, el que se exprese a favor de las FARC o de nuestras propuestas, es aniquilado a punta de insultos y si los comentarios los dejan sin argumentos, son borrados del mapa.

Y los miles de falsos perfiles en Twitter, YouTube, Facebook y otras tantas redes que mayor tráfico representan en Colombia; perfiles que azuzan la guerra y la justifican, copiando casi por completo el discurso de sus jefes guerreristas, que podrían ser los directos responsables de alguna unidad especializada de algún ejército virtual, vaya uno a saber.

Si esta es la matriz que nos quieren imponer como muestra de la libre expresión de mi querida Colombia, estamos lejos de obtener al menos la libertad de poder exponer otros puntos de vista diferentes a la verdad impuesta como oficial. ¿Cuál será el temor? ¿Por qué no quieren dejar que el pueblo colombiano conozca la otra cara del conflicto colombiano?

Por estos días se escucha el anuncio del gobierno, con bombos y platillos, que están dadas las condiciones para que los integrantes de la guerrilla cambien sus armas por votos, que la falta de garantías para hacer política que pregonan los insurgentes es mentira, y sostiene que en este país sí hay libertad de expresión, sí hay democracia…

Si estas son las garantías que nos ofrece el Estado para convertirnos en opción política, nos hacemos la pregunta: ¿Será que Colombia sí está lista para los profundos cambios democráticos que necesitamos?

Juzguen ustedes…

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