sábado, abril 12, 2025
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La Habana: La visita de Obama vista desde un taxi

Los cubanos se preparan para un acontecimiento histórico. Un presidente de Estados Unidos visita oficialmente la isla

Hernán Camacho
@camachohernan

Fernando González es un cubano de 59 años, maneja un taxi de color azul, marca Lada, uno de los automóviles soviéticos que inundaron la mayor de las Antillas por décadas producto del intercambio comercial que se mantenía entre las naciones comunistas. Dicen los conductores en la capital cubana que los Lada están hechos para tiempos de crisis, que según Fernando pueden estar por terminar. Todo dependerá de la voluntad política de los Estados Unidos.

En el carro de Fernando iniciamos el recorrido del Aeropuerto José Martí al centro de La Habana. Habla sin tapujos de política internacional. Dice que se ha encontrado con turistas de todas las nacionalidades y con todos tiene tema para hablar. A los europeos les comenta su visión de la crisis económica y con los “norteamericanos hablamos hasta de las elecciones primarias”, que analiza, deben favorecer a Hillary Clinton, para tener continuidad en la política exterior en favor de la normalización de las relaciones económicas y políticas entre los gringos y Cuba. “Con Trump no sabemos qué puede pasar, y por los demócratas a Sanders no lo veo ganándole a un republicano. Me preocuparía una eventual contienda entre Marco Rubio y Hillary Clinton, porque ese cubano es hábil para los debates”, afirma González.

Para Fernando su país ha estado en el centro del mundo diplomático. Asegura que el impacto mediático que generó el encuentro del Ministro mayor de la Iglesia Ortodoxa rusa Kirill con el Papa Francisco, más la visita de este último hace cinco meses; el valioso aporte a la conversaciones de paz para Colombia como país garante, y presidir la Celac, “son asuntos serios, ¿o te parece poco?”.

La visita

Antes de llegar a nuestro primer destino, pasamos por el emblemático Malecón de La Habana, justo en frente de la embajada gringa, sitio de visita obligada del turismo.

Fernando confiesa su expectativa por la vista de Barack Obama los próximos 21 y 22 de marzo: “El Presidente norteamericano quiere estar con su esposa en La Habana, en una visita histórica que nadie se iba a imaginar hace tres años que se pudiera realizar. Nosotros los cubanos vamos a recibirlo con la hospitalidad que nos caracteriza”. Pero además añade con certeza que Obama es un presidente inteligente que en el fondo tiene una simpatía especial por el pueblo cubano, que se la adjudica al origen de sus padres: Kenya.

El primer día de transporte en el Lada terminó en la avenida Concordia con Córdoba, en una casa de alquiler con licencia para alojar turistas junto a la famosa casa donde se filmó la película cubana Fresa y Chocolate, el Café La Guarida. La capacidad hotelera de la isla, ante la ola de visitantes, se queda corta, se dice que hay reservas listas para los próximos dos años, y que después de la visita de Obama se puede multiplicar porque la isla prohibida ya no lo será tanto.

Doce horas después de dejarnos allí, Fernando nos vuelve a encontrar. Esta vez la ruta apunta al hotel El Palco, sede de los diálogos de paz entre las FARC-EP y el Gobierno. En el trayecto le seguimos preguntando sobre la visita del presidente 44 de los Estados Unidos: “¿Qué tal será la seguridad para Obama?” Responde sin vacilación: “Si hay un país seguro en el mundo es Cuba. Y por eso no tienen por qué preocuparse Obama y su esposa, acá estarán más seguros que en su propio suelo”.

Lo imperativo

El bloqueo viene a la conversación. La estrategia del Pentágono para buscar derrocar la democracia cubana desde hace décadas ha sido la asfixia económica para el pueblo cubano que éste lo convirtió en un principio de lucha, soberanía y amor patrio.

Del bloqueo dice Fernando de manera pragmática: “Evidentemente hay mucha alegría con la visita pero no somos ciegos a la realidad. Nosotros sabemos que Cuba necesita de las relaciones con los Estados Unidos después de cincuenta años de un bloqueo que afecta la vida cotidiana del cubano. Mira, la importación de productos chinos o coreanos hace la vida muy costosa”. Y es que cada actividad económica de los cubanos se ve afectada de una u otra manera por el bloqueo económico. Desde la reparación de un computador hasta un transporte más eficiente para la capital.

“Conversar con el país que está a 140 millas de distancia y poder tener relaciones comerciales nos ahorra mucho dinero. Las relaciones comerciales son vitales para desarrollar aún más la isla y por eso somos optimistas, con cierto recelo porque el bloqueo está intacto”. Para el gobierno cubano levantar el bloqueo es un inamovible para la normalización de las relaciones.

Cambios

Cuba está pasando por una metamorfosis económica importante para desarrollar el país. Lo notan los visitantes. La entrada del internet ha hecho que en los parques de la ciudad se vean centenares de jóvenes con celulares y portátiles navegando en la red pública de comunicaciones, auspiciada por la estatal Etecsa.

Según lo previsto la entrada del internet se hace paulatinamente y dependerá de la exitosa normalización de relaciones con el vecino del norte. La carencia de internet es otro de los efectos del bloqueo. Los cubanos están seguros que la apertura total del internet no será la fisura para gestar desde allí una de esas rebeliones denominadas “primaveras” que hacen dimitir los gobiernos. Dicen en el parque San Lorenzo, uno de los lugares con internet en Centro Habana, que el pueblo cubano no es analfabeta y tiene criterio y conciencia revolucionaria.

Pero los cambios también se ven en la infraestructura. Fernando se anima a sentenciar una verdad de a puño: “Cuba avanza con paso firme”, y explica “tenemos proyectados puertos como el del Mariel, estratégico para el comercio. Esto sucede por la ley de comercio que se está implementando y que aspira a tener una inversión de unos dos mil millones de dólares. Lo mismo sucede al interior del país donde se construyen los ferrocarriles que conectan la isla. Es decir un sinnúmero de desarrollos propios de la ley. Todo pensando en los aliados de Cuba en todos los continentes”.

Meridiana claridad

Los cubanos están seguros que no se puede confiar en el imperio, como decía el Che: “Ni un tantito así”. Y por eso tienen la certeza que no solo será Estados Unidos el único país con quien habrá relaciones comerciales. “Nosotros exportamos servicios médicos y biotecnológicos que son importantes pero no suficientes. Por eso vemos con buenos ojos la apertura diplomática que ha hecho nuestro gobierno con los Estados Unidos para impulsar desarrollos internos y eso nos lleve a intercambios comerciales con el resto del mundo como indican los lineamientos estratégicos de nuestra economía”.

Está seguro que los cambios serán positivos. Cada cubano debatió la línea económica estratégica planteada en el pasado Congreso del Partido Comunista de Cuba y hacen lo mismo para el venidero que se realizará en abril. Por eso dice que se avecinan cambios: “La Habana en 10 años tendrá una fotografía distinta por el desarrollo que va a tener. Quienes vienen de visita hoy tienen una ciudad natural, bella. En 10 años no sabemos qué nos vamos a encontrar pero lo seguro es que con los cambios, no perderá grandeza y belleza”.

Arribamos al sector Playa, destino final. Fernando se despide desde su Lada, me dice que le avise el día de la publicación del reportaje y se devuelve a recoger otro turista. Se va no sin antes desearnos mucho éxito: “Colombiano, ojalá que se firme la paz para que sean más felices”.

Si llega la firma del acuerdo final, Fernando tendrá razón, en que esa es otra victoria diplomática y política del pueblo cubano.

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