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“No descansaré hasta que se haga justicia por el caso de mi hija”

Yaneth Suárez es una mujer de paz y todo lo que ha hecho por un buen tiempo, ha sido tratar de conciliar con un hombre maltratador (funcionario público) verdugo de su hija y de su pequeña nieta

Renata Cabrales

Carlos Guillermo Sánchez Guaqueta es funcionario de la Personería de Bogotá: Profesional de la Personería delegada de asuntos de gobierno y, después de ser testigos del caso de acoso sexual, protagonizado nada menos que por el Defensor del Pueblo, quien, como su nombre lo indica debe encargarse de defender nuestros derechos y no, por el contrario, acosar sexualmente a su secretaría, confirmamos así, que los funcionarios públicos, cuyo deber es velar por la protección de los derechos humanos están abusando de su poder para hacer todo lo contrario, esto es, maltratar a quien se le venga en gana, aprovechándose de su posición social.

Este funcionario de la Personería vivió en unión libre con la hija de nuestra denunciante, por poco tiempo, pero durante el cual, concibieron una hija. A la joven mujer ya la había conquistado desde que era menor de edad, según testifica la madre, pero en vista de las circunstancias, esta hizo que se alejara, pero luego apareció cuando la joven ya tenía la suficiente madurez para convertirse en su compañera. Y no esperó a que pasara mucho tiempo, cuando este se sacó la máscara de oveja y dejó ver sus colmillos de lobo. Así, la joven madre empezó a ser víctima de una serie de maltratos, incluso, según Yaneth, la golpeó estando embarazada. En vista de que era muy joven, esta se volvió dependiente afectivamente y lo único que hacía era “perdonarlo una y otra vez, pues él le prometía que cambiaría y además, tenía el descaro de revictimizarla acusándola de que ella era la culpable de su agresividad”.

Hay otras víctimas

Cuenta también la madre de la víctima, que la primera vez que la golpeó fue delante del hijo mayor que este tuvo con otra mujer, quien a su vez “tuvo que huir, pues supimos más adelante que también fue víctima de su agresión”… ”Mi hija, sin saber, lo vio como a un príncipe, pues le prometió bajarle las estrellas, pero luego se le convirtió en príncipe de las tinieblas”, cuenta Yaneth con temor por la suerte de su hija.

Sin embargo, a pesar de que su hija ya tenía una niña y viendo la situación en la que estaba, Yaneth le pagó la universidad con la esperanza de que algún día se alejara, pero la joven, al haber crecido sin padre, temía que su pequeña corriese con la misma suerte. Y el mismo abusador aprovechaba para maltratarla psicológicamente, recordándole que “ella no era nadie por no haber tenido un padre”.

Y así la joven madre intentaba mantener un hogar que se caía a pedazos por culpa del maltrato de un funcionario público, que se aprovechaba de su poder para amenazarla con tildarla de loca y quitarle a la hija. Asimismo, en un intento de independencia, la joven mujer empezó a trabajar en un colegio, trabajo que le duró poco, pues este hizo lo posible porque la despidieran.

¿Complicidad de la Comisaría?

Cuando la hija de ambos tenía cinco años de edad, esta por fin se separó y lo demandó en la Comisaría 12 de Familia de Barrios Unidos, por maltrato, y con el fin de exigir medidas de protección para ella y su pequeña hija, “pero Carlos violó todas las medidas e incluso el comisario Pablo Emilio Flórez Salamanca de dicha comisaría, se atrevió a invitarla a comer con el fin de hablar y mirar cómo iban a arreglar la sentencia”. Afirma la mujer y agrega que, “cuando salió la sentencia en el 2014, Carlos no fue y se excusó por escrito, entonces el comisario volvió a llamar a mi hija y al preguntarle esta qué pasaría, el hombre intentó otra vez convencerla de ir a comer para hablar del caso”.

Pero el acusado siguió persiguiendo a la joven y se llevaba a la pequeña hasta que “un día quiso obligarla a firmar un acuerdo privado donde exigía visitar a la niña cuando quisiera”, dice Yaneth, quien afirma también que hace poco tiempo, cuando él estaba con la niña y la joven madre pasó por esta, el hombre la golpeó delante de la pequeña.

Así mismo, narra Yaneth, que hace poco, Carlos Sánchez fue hasta la residencia de esta, donde habitan también su hija y su nieta, y al ver que el hombre estaba alterado, ella bajó a intentar conciliar y “le toqué la ventana de su carro, le dije, necesito hablar contigo, y él me hizo la seña de que pasara al frente de su camioneta, cuando yo ya estuve al frente soltó la camioneta y la paró, y claro, yo me pegué un susto terrible y le dije: ¿qué le pasa?, ¿está loco?” y él siguió, entonces le dije: ahora me va a atacar a mí también y eso lo hizo durante el transcurso de una cuadra. Yo ya no sabía qué hacer hasta que el prometido de mi hija lo cogió del cuello, y por fin paró. Ese mismo día, él le pegó al prometido de mi hija y a mí me pegó un puño en la cara, que me dejó inconsciente en el piso, y cuando llegó la ambulancia él ya se había escapado. Al día siguiente yo hice el denuncio en la Procuraduría, y la Fiscalía me mandó 6 días de incapacidad”.

Últimos hechos

El 16 de diciembre de 2015 comenta Yaneth, “le di a conocer el caso a la Consejera Presidencial para la Equidad de la Mujer y me ilustró el tema sobre violencia hacia la mujer y me preguntó si yo ya había denunciado con Personería, le informé sobre la respuesta que había obtenido de parte del Personero de Bogotá y me habló de mis derechos y de la ley 1257 de 2008”. Por otro lado “El Personero de Bogotá (veedor, en cuyas funciones se encuentra la de ser garante de derechos humanos en la ciudad) me mandó a llamar para una cita el 21 de diciembre de 2015, apenas me vio me reconoció, pues yo ya había solicitado su ayuda y me dijo lo mismo de siempre: que era la suegra del hombre equivocado y que si no pensaba algún día parar, que si no me cansaba, que si estaba empeñada en seguir adelante con este tema, y que eso era de la vida privada del agresor, que es funcionario de la Personería, que él no se metía”. La mujer con asombro no pensó que este actuaría a favor del maltratador. Y continúa, “después fui a hacer la denuncia en la Fiscalía Cavif, de los últimos hechos de violencia física contra mi hija, que ocurrieron en octubre de 2015 y me dijeron que como ella era mayor de edad yo no tenía por qué hacer el denuncio, me tocó decirle al funcionario que yo había ido a hablar con la Consejera Presidencial para la equidad de la mujer y que yo creía que sí me podía recibir la denuncia porque la ley 1257 de 2008 así lo dice, además que ese no era un delito querellable, por lo tanto yo podía denunciar”.

Después de todos estos hechos de injusticia, Yaneth advierte que: “Me llama la atención que los funcionarios como el Personero de Bogotá y el funcionario de la Fiscalía, que me atendió, desconozcan la ley. Desde la Fiscalía enviaron un oficio a la Comisaria de Familia de Barrios Unidos, allá mandaron las citaciones y mi hija se ratificó en la denuncia. Algo que tengo muy presente es que no descansaré hasta que se haga justicia por el caso de mi hija y que no quede en impunidad”.

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