En el contexto de la violencia que desangra al Catatumbo, alzamos la voz para abrazar a su población, especialmente a sus mujeres y niñas, quienes históricamente han sido las más golpeadas por la guerra
Mujeres por la paz
Mujeres de todos los rincones de Colombia y del mundo, constructoras de paz, guardianas de la vida y tejedoras de esperanza, rechazamos con firmeza la ofensiva cruenta del Ejército de Liberación Nacional, ELN, y actores armados, que, en contravía de los esfuerzos del Gobierno nacional por alcanzar una Paz Total, ha cobrado la vida de decenas de pobladores civiles de la región, de los liderazgos de mujeres, sociales, políticos y firmantes de paz y ha generado el desplazamiento de más de 40 mil personas. ¡Este sufrimiento indigna y no es tolerable!
Su accionar no refleja ninguna vocación revolucionaria ni el compromiso auténtico con las causas del pueblo. Detrás de esta violencia subyace un entramado de intereses oscuros, ajenos a las necesidades de las comunidades, que degradan el conflicto y perpetúan un ciclo de horror.
La guerra ya no es el medio para alcanzar fines que se proclaman populares. No pueden seguir ignorando el clamor de un país exhausto, que exige una paz integral con todos los actores armados, para que, como nación, cerremos por fin ese capítulo de terror y muerte.
Respaldamos al presidente Gustavo Petro en las medidas adoptadas para abordar esta crisis humanitaria e instamos a que toda acción estatal priorice, con especial atención a las mujeres, quienes enfrentan riesgos diferenciales por el hecho de ser mujeres, a los niños, niñas, adultos mayores y personas en situación de discapacidad y firmantes de paz.
Respeto a la población
Por tal razón, hacemos un llamado al Gobierno nacional a redoblar esfuerzos para avanzar en la implementación del Acuerdo Final de Paz, las demandas estructurales y concretas que reclaman las mujeres víctimas del conflicto armado, las firmantes de la población en el Catatumbo y otros territorios.
Garantizar el retorno de la población víctima del conflicto armado y el desplazamiento forzado en el Catatumbo. Garantizar condiciones de seguridad para organizaciones defensoras de derechos humanos, ambientales y sociales, su liderazgo social y político en el Catatumbo y otros territorios.
La paz no puede seguir esperando: exige voluntad, coordinación institucional y la articulación urgente de los gobiernos locales con las acciones nacionales para garantizar soluciones prontas y efectivas.
Asimismo, a los actores armados cesar la guerra, respetar el derecho internacional humanitario y a la población civil.
A la ciudadanía, a las organizaciones sociales, a los sectores públicos y privados, y a la comunidad internacional, para unirse activamente en la defensa de la vida y la construcción de un territorio donde el diálogo sustituya a las armas.
Y a la comunidad internacional hacer veeduría para el cumplimiento de las medidas, el tránsito digno para las mujeres en este contexto de conflicto.
Mujeres valientes y resistentes
Las mujeres colombianas y del mundo no nos rendimos. Hoy, más que nunca, abrazamos a las mujeres del Catatumbo, resistentes y valientes. Su lucha es la nuestra. Juntas seguiremos tejiendo redes de solidaridad y sembrando los cimientos de una paz con justicia social.
Somos mujeres constructoras de paz que insistimos en la solución política y negociada del conflicto político, social y armado que se vive en el Catatumbo y en otras regiones del país.
¡Por la vida, la dignidad y un territorio en paz para las mujeres del Catatumbo!