Se logró reducir el indicador a un digito, 9.3 por ciento, cifra que no se registraba en los últimos cuatro años. La incógnita gira en torno a si se puede sostener la disminución del desempleo mientras la economía se desacelera
Iván Posada Pedraza
El informe de junio del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, da cuenta sobre el incremento de los empleados en el país en el último año, periodo durante el cual más de un millón de personas ingresaron al mercado laboral.
La tasa de desempleo entre mayo de 2022 y junio de 2023 ha fluctuado entre 11.6 (la máxima) y la de junio de este año, 9.3 por ciento (Gráfico 1).
Por sectores o actividades económicas, las que más aportaron nuevas plazas laborales fueron la administración pública (educación, salud y defensa); las actividades técnicas y científicas, con mano de obra calificada; los servicios en el sector del transporte; luego le siguen las actividades de entretenimiento; la industria y manufactura aportaron menos empleos, 58 mil en total con una baja participación con relación al sector servicios (Tabla 1).
Persisten altísimas cifras de desempleo
El peso de la rama de los servicios en el total del empleo, también es el reflejo de la relevancia de estos dentro de la economía nacional en detrimento del sector industrial y manufacturero. Producto de la desindustrialización, de los Tratados de Libre Comercio, de la importación de alimentos y bienes de capital, la mano de obra que ocupaba la industria, ha venido migrando paulatinamente hacia la esfera de los servicios con desmejora de los salarios.
Por ciudades, persisten altísimas cifras de desempleo en capitales como Quibdó 26.7; Riohacha 14.6; Ibagué 16.1; Valledupar 14.0; Montería 14.3; y Bogotá, centro industrial, comercial y de servicios, 10.1 por ciento, indicador que aún la capital del país no tiene capacidad de crear puestos de trabajo.
Por género se recuperó el empleo femenino en 6.6 por ciento, que pasó de 8.94 millones a 9.53 entre junio 2022/2023. Lo anterior se explica por la reincorporación de las trabajadoras a la actividad laboral, una vez superada la pandemia.
La población joven
El total de población entre 15 y 28 años es de 11.3 millones, de los cuales el 18 por ciento se halla desempleada, porcentaje mucho más alto que el promedio nacional, 10.7 por ciento, preocupante situación que debe llamar la atención para la adopción de políticas públicas para generar empleo para este importante segmento de población.
En cifras redondas son 1,1 millón de jóvenes sin empleo, el 42 por ciento del total de desempleados en el país. En cuanto a género, las mujeres son las más golpeadas con una tasa de 22.9 en tanto para hombres es de 14.5 por ciento. Además, según el DANE, 2.74 millones de jóvenes en el citado rango, ni trabajan ni estudian.
De conformidad con el citado informe la población en edad de trabajar es de 39.5 millones, de los cuales el 23.05 es la población ocupada, en tanto, los desempleados descendieran a 2,3 millones.
Expectativas
El más reciente pronóstico de crecimiento económico del Banco de la República para 2023 es de 0.9 por ciento, que comparado con 2022 (7,5 por ciento) implica una drástica reducción. El interrogante que plantea esta situación es si se puede mantener la reducción del desempleo en condiciones de mínimo crecimiento. Por lo general, si el crecimiento disminuye, igualmente disminuye la demanda y, en consecuencia, las empresas emplean menos mano de obra.
El presidente de la República Gustavo Petro ha señalado que una de las vías para generar empleo de calidad, es la creación de las cooperativas de producción industrial y que la ruta para crear más empleos, es aumentar la capacidad de producir, es decir, incrementar sustancialmente la productividad. También señaló el jefe Estado que la reforma agraria es el camino para industrializar el país.
Por su parte, la ministra del Trabajo Gloria Inés Ramírez se mostró complacida con esa buena noticia y señaló: “los resultados que se están viendo reflejados en materia de empleabilidad son producto de los programas para la formación para el trabajo, la formalización y los esfuerzos del Gobierno del cambio en los territorios, hasta donde estamos llegando con las ofertas institucionales. Seguiremos trabajando con la economía popular, solidaria y comunitaria, pero además con organismos internacionales como la OIT, para la generación de empleos dignos y decentes”.
