El arte cinematográfico puede utilizarse como una nueva forma de aprendizaje. Directivas, docentes y estudiantes deben apostarle a lo lúdico como una pedagogía para promover la libertad y compromiso social
María Libertad
Se hace necesario darle un vuelco total al sistema educativo y preguntarse constantemente ¿Qué tipo de ciudadanos y ciudadanas se deben formar en el país? ¿Cómo abordar estos temas históricos y sociales? En opinión personal, la mejor forma de llegar a la juventud es por medio del arte, tocando su más profunda sensibilidad, pues permite pensar no solo su entorno sino sobre sí mismos, objetivo que el cine cumple a cabalidad.
Por ello se propone al Ministerio de Educación se incluya en el pensum para docentes y estudiantes otra forma de aprender a partir del arte, es decir, incluir una cátedra, que recoja los últimos 100 años de historia, pues desde esa época ya existen registros cinematográficos en Colombia. Este proyecto no se empieza de cero. En la publicación Cuadernos de cine colombiano se encuentra un escrito del investigador Yamid Galindo Cardona titulado “Referencias internacionales en el cine del proyecto educativo y cultural de la Repú-blica Liberal, 1930-1946” donde se registra un hecho de avanzada para esa época.
Experiencia histórica
Durante la República Liberal, el Estado implementó un proyecto educativo y cultural enfocado a disminuir los altos índices de analfabetismo. Algunas regiones del país experimentaron jornadas donde el cine, la música y el libro servían de ejes cohesionadores en un plan ambicioso con éxitos relativos. En el caso del cine, Colombia tuvo como referentes las experiencias de México con sus misiones culturales durante su proceso revolucionario y España a través de las misiones pedagógicas en la Segunda República.
El artículo, además establece una polémica en el Departamento de Instrucción Pública de Cundinamarca con respecto a la relación cine-pedagogía, demostrando como el uso del cinematógrafo de la Biblioteca Nacional de Colombia contribuyó a los usos políticos a través del documental institucional.
Cine al colegio
Ya desde esa época se plantea una nueva forma de aprender, no solo desde la imagen y el sonido sino desde la filosofía que nos plantea el cine en sus relatos, porque esta se dirige a la juventud, para liberarla de las ideas antiguas y así empezar en la formación de un “ser humano nuevo”, que será quien construya el país que se sueña queriendo encontrar las rutas para consolidar la paz y la democracia.
Muchos docentes han usado el cine en sus clases de ciencias sociales, han escrito guías al respecto y han participado en el proyecto bogotano ‘Cine al Colegio’ desde el 2006. En el marco de esta campaña 187 instituciones educativas y 8.000 estudiantes semanalmente se vieron una película, se analizó desde el punto de vista cinematográfico y de su contenido para relacionarlas con la vida de cada estudiante cineclubista.
Discurso liberador
El discurso a partir de las competencias es para instrumentalizar a las personas. El nuevo aprendizaje a partir del arte cinematográfico es un discurso liberador. La academia tiene una fractura con la vida que debe ser superada. En esta nueva forma de aprender, docentes y estudiantes deben apostarle a cómo desde lo lúdico se instala una nueva forma de pedagogía para hacer del arte un acto de libertad, de creación y de compromiso social.
El feminismo también ha entendido que este ejercicio pedagógico sirve para politizar en las ideas a la clase trabajadora. Es por ello que un grupo de sindicalistas de Federación Colombiana de Educadores, Fecode, la Asociación Distrital de Educadores, ADE, los sindicatos de la Fiscalía, la DIAN, entre otros, han constituido un cine club llamado “Cine Púrpura Sin Censura”, que apunta a partir del arte y del análisis político, a entender como es el entramado de este sistema patriarcal que rige al mundo entero, pero que al igual que el capitalismo ha iniciado su derrumbe.