A pesar de su desarrollo en infraestructura, los barrios del sur siguen en exclusión, pobreza y abandono por parte del charismo
Valentina Bolaño Senior
Entre el mar y el río Magdalena, entre las brisas de la tarde y el sol del medio día, se encuentra Barranquilla, la Arenosa, la Puerta de Oro, que tiene un Carnaval patrimonio de la Humanidad; musa de múltiples artistas, uno de ellos fue Nelson Henríquez, quien cantó sobre la vieja Barranquilla, la extrañada ciudad que se pierde cada vez más.
“Las calles de mi vieja Barranquilla
Doradas por el sol y las arenas
El caño saludando al Magdalena
Con flores de bonitas batatillas Jardines con noches de serenatas
Faroles bajo la lunita grata
Repleta de la plaza al canellón
Y los palitos de mata ratón”
En los últimos años se ha dado el debate frente al desarrollo de la ciudad, en los mandatos de Char y sus aliados se ha visto inversiones hacia las infraestructuras, como el Malecón del Río, La Ventana al Mundo, La Aleta del Tiburón y más espacios que han puesto a Barraquilla como destino turístico, sin embargo, cuando se va a los barrios del sur, se encuentra una ciudad completamente distinta, pobre, olvidada y excluida.
Políticas de cemento
Más que políticas sociales, hay políticas de infraestructura y cemento. “Desde la primera administración de Char se empezó con la canalización de los arroyos en la ciudad, la cual fue una inversión extremadamente grande, sin embargo, se acabaron unos arroyos, pero aparecieron otros”, dice Luis Cruz Orozco, dirigente sindical y militante del Partido Comunista desde 1973, no ha sido suficiente, puesto que el sistema tiene rejillas que se obstruyen por la basura y la administración no hace el debido mantenimiento, por ende, no fluye el agua y siguen los problemas de los arroyos.
Los Char se dan el lujo de decir y posicionarse como filántropos en el desarrollo de Barranquilla, no obstante, en la investigación hecha por La Silla Vacía se demuestra que la concentración de los contratos y un billón de pesos en 2019 quedó en cuatro empresas: “A Construir y Valorcon son, de hecho, los grandes megacontratistas de Barranquilla, pues están en los primeros lugares de empresas con más contratos desde que arrancó la era Char en 2008 (con el primer mandato de Álex Char) (…) los hermanos Daes (Christian y José Manuel ‘el Yuyo’ Daes) son un poder en ascenso en el Caribe, y Julio Gerlein es hermano del exsenador conservador Roberto Gerlein y hoy está imputado por presuntamente estar relacionado en la red de compra de votos de su amiga, la exrepresentante goda Aída Merlano”.
Así pues, el clan Char, a través de sus diferentes gobernantes, ha aplicado a ultranza las políticas neoliberales de desarrollar la infraestructura de la ciudad para adecuarlas al desarrollo del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Colombia, entre otros; proyectos que se han desarrollado con las entidades descentralizadas del distrito, tales como Transmetro S.A., la Empresa de Desarrollo Urbano de Barranquilla, Edubar, el Terminal de Transportes de Barranquilla S.A. y demás, lo que ha impedido desarrollar obras de infraestructuras en beneficio de los sectores populares.
Como lo argumenta el líder sindical Luis Cruz: “hicieron el mega tanque para darle agua al suroriente de la ciudad, por la circunvalar, pero ha sido un completo robo, se han gastado más de 37 mil millones de pesos y todavía no funciona el tanque, y las personas siguen sin agua en sus viviendas”.
La Barranquilla endeudada
Así pues, Barraquilla es una de las ciudades con una de las deudas más preocupantes del país, según el informe de Fundesarrollo, “para la vigencia 2022 y según el último informe de Viabilidad Fiscal (IVF) del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, se estima que la deuda total de la ciudad es casi tres veces el valor de sus ingresos corrientes”. Al cierre del 2022, la ciudad tenía una deuda de alrededor de 2.9 billones de pesos, según Fundesarrollo, cada barranquillero y barranquillera tendría que aportar 2.2 millones de pesos para solventarla.
Asimismo, el Ministerio de Hacienda, en el Informe de Viabilidad Fiscal, IVF, expresa que “se recomienda evaluar la conveniencia de seguir aumentando el endeudamiento, dada la creciente participación en los últimos años y el servicio a la deuda ya existente, que durante 2022 presentó un incremento significativo”.
Esta deuda, evidentemente compromete de manera drástica los recursos financieros para desarrollar políticas sociales en beneficio de las generaciones barranquilleras venideras, en este sentido, según Luis Cruz, hasta el año 2050 la ciudad estará empeñada por las nulas garantías de sostenibilidad que han tenido las alcaldías.
Dos ciudades en una misma
“En el norte se ve una ciudad opulenta, con infraestructura moderna, espacios de recreación y después está el sur, la ciudad pobre, abandonada y llena de peligros. Los turistas vienen a Barranquilla y dicen que la ciudad está linda, pero no se dan cuenta que no hay desarrollo social”, sostiene Cruz.
En los barrios del suroriente, como el Rebolo, Las Nieves, La Chinita, La Luz y otros, no hay oportunidades laborales, se escucha con frecuencia las noticias de asesinatos a jóvenes que no tuvieron la oportunidad de estudiar, no hay un interés por el avance de la ciudadanía, por las garantías de un buen futuro de la juventud currambera.
Hay treinta y cinco universidades en la ciudad, entre las cuales la Universidad del Atlántico, la única pública, tiene problemas de infraestructura, por ejemplo, en el edificio de Bellas Artes, los jóvenes artistas no pueden estudiar satisfactoriamente porque no hay un avance en las obras de recuperación.
El Carnaval del pueblo
La cultura está en manos de la privatización, el Carnaval de la Arenosa ya no es como antes, están sacando a la gente de las casetas, de su carnaval de bordillo, que con sus bailes, disfraces y carrozas expresan la cultura de rebelión y resistencia negra caribeña, sin embargo, ahora el atractivo es estar junto a famosos en la Vía 40, donde las personas deben pagar para verlos cómodamente, y esto no es culpa del pueblo currambero, sino de los políticos locales que lo entregan a manos de personas con dinero que ven a la cultura como un negocio.
La Arenosa está en manos de unos políticos tradicionales que creen que solo hay desarrollo en el cemento, y parecieran olvidar la maravilla de ciudad, cultura y personas que están en ella.
Los barranquilleros merecen mejores gobernantes, para que vuelva a ser la Puerta de Oro, que el desarrollo social llegue a todos los sectores y no se quede en un trancón en la Vía 40.