Injustas rectificaciones
Como se plantea en un nota publicada el día de hoy (06 de octubre) en la web del Partido, yo también creo que todo esto estaba libreteado alrededor de los Acuerdos de La Habana. Y en las últimas semanas el periódico se tornó depositario de ese tipo de intervenciones. Las injustas rectificaciones publicadas en VOZ a la nota de Acevedo dando cuenta de las actuaciones de algunos líderes de Los Cimarrones en el complot contra Cuba dan testimonio de ello: estos señores no rectifican nada.
Por el contrario, lo que hacen es corroborarlo con su silencio frente a la participación de ellos en el cónclave señalado, bajo los auspicios de USA. El tema entonces fue Cuba: ¿y cuando el tema eran las negociaciones con la guerrilla? Es una infamia que el periódico para ahorrarse líos judiciales tenga que abrir sus páginas a aparentes protestas de este estilo. Juan de Dios no desmiente las acusaciones en su contra, como tampoco su compadre, ambos preocupados eso sí por la pillada en fragancia y su cuestionable prestigio en el movimiento popular colombiano. Suerte y abrazos, Pabloé (vía Internet).
El derecho a la paz
La paz silencia los fusiles, se acaban sesenta años de tragedia y violencia en el campo. Se acaba la guerra y florece la esperanza de una paz duradera. Se acaba el dinero de la guerra y queda el derecho de trabajar unidos por Colombia. Una Colombia nueva con el derecho de exigir al derecho colombiano, una inversión social que garantice el fortalecimiento en hospitales, puestos de salud, universidades, colegios, escuelas, carreteras y fortalecimiento en el campo de la salud. El pueblo tiene derechos soberanos de vivir en paz, invitamos a todo el pueblo colombiano, a trabajar por el “Sí” como bandera de solución a la guerra y al conflicto que no deja vivir en paz. Por el derecho a la vida la paz y la soberanía de los pueblos ¡Sí! a la paz. Jesús López (vía Internet).
Lo negativo de un plebiscito
El plebiscito luce bello ropaje democrático pero padece de deformidades que lo hacen cojear. Tiene la particularidad de que todo lo reduce a dos respuestas, Sí o No, eliminando así la complejidad que pueda caracterizar la consideración de un importante proceso político; por esto mismo, es más vulnerable a la desinformación, más acondicionado a la mentalidad ignorante y más eficaz en crear la ilusión de un proceso democrático. De por sí permite poner a un lado la reflexión cuidadosa del asunto en cuestión; de manera muy sutil, suspende el ejercicio del poder legislativo y diluye los partidos políticos; era el arma predilecta de Hitler y Napoleón.
Uribe, el exdictador, cuando ejerció la presidencia de Colombia quiso utilizar un plebiscito con el fin de perpetuarse en el poder; lo presentó como “el derecho a la opinión”. Ha revelado la historia que los plebiscitos pueden ser manipulados más fácilmente que otros procesos electorales, más aun si se convocan en medio de una crónica y elevada abstención. Así, el No obtuvo una minúscula mayoría, el 18,43 por ciento del padrón electoral, pero suficiente para que se alzara de nuevo el exdictador. Este desconcertante resultado ha evidenciado, una vez más, la dinámica negativa de los plebiscitos y ha puesto de manifiesto las debilidades del gobierno en curso. Juan Evangelista Duque (vía Internet).