martes, mayo 14, 2024
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Los congresos del Partido Socialista Democrático

Momentos de crisis en el movimiento obrero y sus desenlaces en la historia del país

Alejandro Cifuentes

Durante el II Congreso, el PCC decidió cambiar su nombre a Partido Socialista Democrático, PSD, denominación que además denotaba un cambio en la política partidaria. Este nombre se mantuvo vigente hasta 1948, y es por eso que los dos siguientes Congresos de los comunistas colombianos, el III y IV, se conocieron como los congresos del PSD.

Estos encuentros se llevaron a cabo entre 1945 y 1946, y en ellos se debatió la validez de los postulados browderistas. Y no era para menos, pues este fue un momento crítico para el país y el movimiento obrero. A la vez que aumentaba la movilización, las fuerzas más reaccionarias, ligadas al latifundio y con un programa antiobrero, se iban abriendo paso, mientras que, tras la derrota de Hitler, comenzaba a quedar claro el rol del imperialismo norteamericano en el mundo de posguerra.

El auge de la reacción

Ante la inflación que se experimentaba en Colombia como consecuencia de la Guerra, la movilización obrera aumentó. Hubo conflictos en el sector industrial, así como entre los trabajadores petroleros y los del transporte. El hecho de mayor resonancia fue la huelga de diciembre de 1945 de la Federación Nacional del Transporte Fluvial, Marítimo y Aéreo (Fedenal), que concentraba a los trabajadores del Río Magdalena, y cuya derrota mostró el viraje total del gobierno frente a la clase obrera.

Durante su segundo mandato López defraudó a sus electores por no retomar el reformismo. Sin embargo, las clases populares le defendieron ante la arremetida de la reacción, protagonizando la movilización que frenó el golpe de Estado de 1944. No obstante, López terminó cediendo a la presión, y renunció un año antes de terminar su periodo, el 7 de agosto de 1945.

Lo reemplazó Alberto Lleras Camargo, quien abrió acuerdos con los terratenientes y empezó una dura arremetida antisindical, como se pudo ver durante el conflicto de Fedenal. El gobierno declaró la huelga ilegal y permitió el esquirolaje, además el presidente promovió el sindicalismo de tendencia para evitar un movimiento de solidaridad.

El 1º de enero de 1946 la huelga se levantó, siendo un duro golpe para la Federación, así como para la central clasista, la CTC, que desde entonces comenzó a menguar. Estos hechos eran una muestra de lo que se preparaba para el país. Los conservadores, que aprovecharon la división liberal para imponerse en las urnas en 1946, dieron rienda suelta a una ola de violencia con la que buscaban afianzarse en el poder, desarticular la organización popular y así facilitar la concentración de riqueza.

El III Congreso del PSD

Este evento se instaló el 12 de diciembre de 1945. Las circunstancias de este momento comenzaron a desgastar las ideas de Browder sobre la concordia de clase y el fin del imperialismo tras la derrota del fascismo. Los ejércitos de Hitler habían sido sepultados, pero tras esto los Estados Unidos comenzaron a proyectar su injerencia sobre América Latina.

Durante los seis meses previos al encuentro, dentro del PSD comenzaron a presentarse diversas críticas a la posición adoptada por el partido desde 1944, las cuales habían sido inspiradas tanto por los análisis de la situación nacional, como por los debates en el movimiento comunista internacional.

Por un lado, respetadas voces de los partidos comunistas de Francia e Italia denunciaron que los postulados de Browder condujeron a la liquidación del Partido Comunista de los Estados Unidos, e insistieron en el equívoco del líder comunista norteamericano de considerar la declaración de la Conferencia de Teherán como una plataforma de paz, cuando se trataba de un simple documento diplomático en el marco de la Guerra.

Por otro lado, los hechos que habían llevado a la renuncia de López, y las actuaciones de la diplomacia colombiana en la Conferencia de San Francisco, fueron valoradas por militantes como Gilberto Vieira, como una muestra del error de haber subestimado al imperialismo norteamericano a la luz del browderismo.

Así pues, el III Congreso abrió el debate sobre los problemas que había causado la adopción de esta política en Colombia, aunque sus aspectos centrales no llegaron a ser derrotados. La discusión la abrió una ponencia del Comité Central titulada Los errores de Browder y su reflejo en Colombia, en donde se señalaban los principales problemas que conllevó la adopción del revisionismo de la teoría del imperialismo de Lenin.

Las críticas llevaron a problematizar las prácticas organizativas del PSD, así como a subrayar la necesidad de la formación teórico-política de la militancia, y especialmente de la dirección partidaria. En este sentido, el Congreso decidió, para fortalecer la identidad, que el integrante del Partido era aquella persona que aceptaba el programa y los estatutos de la organización; además, dio más relevancia a la militancia por su lugar de trabajo, en contraposición a la que se desarrollaba en los comités barriales que se habían impulsado desde 1944; y, por último, se retomó el principio de afiliación individual del militante, sobre la práctica de afiliación masiva inaugurada en el II Congreso.

Pero Augusto Durán logró mantener una posición predominante al interior del PSD. En primer lugar, el secretario general mantuvo vigentes tesis como la de la “unidad nacional” y las alianzas con la burguesía progresista, las cuales apuntaban a conservar el compromiso con el oficialismo liberal, y todo ello de cara a las elecciones de 1946. En segundo lugar, Durán logró que el Congreso aprobara resoluciones contra varios de sus detractores, tales como la expulsión de 11 integrantes del PSD, dentro de los que se encontraban Jaime Cuéllar y el sindicalista Manuel Marulanda.

IV Congreso del PSD

El 5 de mayo de 1946 se concretó la sorpresiva victoria del conservador Mariano Ospina en las elecciones presidenciales. Los votos liberales, mayoritarios, se dividieron entre Gabriel Turbay, candidato oficial, y Jorge Eliécer Gaitán, lo que allanó el camino para un electorado conservador unificado bajo una sola candidatura. El PSD, que había adherido a la candidatura de Turbay, convocó para el 25 de junio de ese año su IV Congreso, con el fin de analizar la situación tras el ascenso conservador.

En este encuentro se profundizó el conflicto entre Durán y su grupo, y quienes defendían la restauración de los principios leninistas de organización. El IV Congreso se ocupó principalmente de caracterizar el régimen que se iba a iniciar, señalando que Ospina respondía ante todo a los intereses de los cafeteros, y que este haría grandes esfuerzos por afianzar al conservatismo en el poder, incluso usando la represión si era necesario.

Además, se señaló la creciente influencia de los Estados Unidos en América Latina, aunque de cara al imperialismo se continuó invocando el papel de una supuesta burguesía progresista que buscaría la liberación nacional.

Los críticos de Durán insistieron en que se debía dar al traste con los vicios burocráticos y las posiciones antileninistas, y logró derrotar las tesis que asignaban a la burguesía el protagonismo en la lucha contra el imperialismo. Además, se rectificaron las duras críticas que el PSD había hecho de Gaitán, valorando el giro hacia la izquierda de las masas populares que habían apoyado su candidatura. Empero, Durán y su grupo lograron mantener una posición mayoritaria en la dirección, y desde allí, para encarar las críticas que entendían como una amenaza, comenzaron a promover el fraccionalismo.

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