La Secretaría de Salud recomendó a los habitantes que usaran tapabocas, mantuvieran las ventanas y puertas de sus casas cerradas, y la utilización de gotas artificiales para los ojos
Una bodega en la que se almacenaban más de 600 mil llantas se incendió el pasado martes 4 de noviembre, y al cierre de esta edición el olor a caucho se respiraba en las localidades de Fontibón, Puente Aranda, Kennedy, Chapinero, Teusaquillo y Barrios Unidos.
A pesar de que le incendio fue controlado después de 30 horas, gracias a la labor del Cuerpo Oficial de Bomberos, los efectos de este incidente fueron tan graves que el Gobierno Distrital se vio obligado a declarar la alerta naranja ya que se afectó gravemente la calidad del aire por el humo de la conflagración.
El nivel naranja se declara cuando la concentración de partículas en el aire hace que personas sensibles como niños, adultos mayores, mujeres embarazadas y personas que hayan tenido enfermedades respiratorias estén en alto riesgo en comparación con otros días.
En este sentido la Secretaría de Salud recomendó a los habitantes de las mencionadas localidades que usaran tapabocas, mantuvieran las ventanas y puertas de sus casas cerradas, la utilización de gotas artificiales para los ojos y además informó que los hospitales están atendiendo a los afectados.
Estudios de la Dirección General de Salud Ambiental del Perú han demostrado que la quema de objetos como llantas genera gases altamente tóxicos que se acumulan en el organismo y producen cáncer a largo plazo, ya que de la combustión de estos productos desechables emanan la dioxina y el furano, gases que ingresan por las vías respiratorias y la piel de las personas que se encuentren en los alrededores.
Esto trae como consecuencia problemas en el sistema respiratorio humano, dando lugar a la aparición progresiva de enfermedades bronco-respiratorias, ahogos, asma y hasta cáncer. También generan afecciones a la piel, ojos e inclusive insuficiencias cardiacas.
