Habitantes de varias localidades señalan a la Policía de tener nexos o intereses en ollas expendedoras de drogas. Secretario de Gobierno, Hugo Zárate, dice que Policía Metropolitana no realizó operativos a pesar de haber tenido la información
Redacción Bogotá
La semana pasada Hugo Zárate, secretario de Gobierno de la ciudad, sostuvo que la Policía Metropolitana de Bogotá en cabeza del general Édgar Sánchez, su comandante, ha ignorado problemas de corrupción al interior de la institución.
Para el funcionario de la alcaldía este es un asunto que debe abordarse con seriedad y con medidas concretas y rápidas, toda vez que el gobierno distrital ha recibido denuncias de cientos de ciudadanos en las que se afirma las relaciones de miembros de la Policía con bandas organizadas y redes de microtráfico.
“Recibimos permanentemente cientos de quejas de los ciudadanos de las diferentes localidades de Bogotá sobre corrupción entre los uniformados, en su mayoría por vínculos con el microtráfico y pandillas”, señaló el funcionario a un medio de comunicación.
Zárrate contó cómo habitantes de Ciudad Bolívar le proveyeron las direcciones de las casas expendedoras de drogas, lo que se informó oportunamente a la Policía Metropolitana de Bogotá para que tomara las acciones debidas, pero no lo hizo.
El asunto de las manzanas podridas dentro de la institución viene de tiempo atrás. El año pasado en el mes de julio fueron capturados la teniente Yéssica Alejandra Barrera Rueda, los subintendentes Nebardo Chiquillo y Frank Diver y el patrullero Andrés Torres de la Policía Nacional (Bogotá) por dar información de operativos y alertar a los miembros de una banda criminal. La banda denominada La Empresa se dedicaba a establecerse a las malas en residencias, moteles, bares y prostíbulos con el objetivo de vender alucinógenos, licor adulterado y hasta armas. También tenían nexos criminales con Buenaventura (Valle del Cauca).
Testigos informaron que los policías favorecían a los criminales suministrando información confidencial y guardando estupefacientes en establecimientos comerciales del centro de la ciudad.
En julio de 2011, 25 uniformados de la institución fueron destituidos por entregar información a una red de microtráfico cuando sus integrantes eran denunciados. Entre los destituidos figuraba un mayor.
Frente a las declaraciones del secretario de Gobierno, Hugo Zárate, el comandante de la Policía Metropolitana, general Édgar Sánchez, informó que los presuntos actos de corrupción al interior de la institución ya fueron puestos en manos de la Fiscalía y de la Procuraduría.
Un mal nacional
Desafortunadamente este es un mal que trasciende los límites de la capital de la República y se extiende a nivel nacional. En enero de este año el juzgado quinto penal especializado de Bogotá avaló cerca de 70 elementos materiales probatorios en el juicio contra un suboficial y dos agentes de la Policía que harían parte de una banda de narcotraficantes en Chocó.
Al suboficial Luis Bernardo Ruiz Muñoz y los agentes Aldemar Quinto Torres y Walter Muriel Valencia se les está juzgando como presuntos responsables de los delitos de concierto para delinquir agravado, tráfico, fabricación o porte de estupefacientes agravado y cohecho propio.
La Unidad Nacional Antinarcóticos y de Interdicción Marítima de la Fiscalía General los acusa de ser integrantes de una organización ilegal que facilitaba el narcotráfico en el departamento del Chocó.
La investigación se originó tras declaraciones del coronel Pablo Alberto Rodríguez Niño, del batallón de Infantería de Marina No. 3, quien informó acerca de un grupo armado ilegal que estaría realizando actividades de producción, almacenamiento y tráfico de estupefacientes entre los municipios de Pizarro y Nuquí, en Chocó.
