jueves, mayo 2, 2024
InicioEdición impresa¿Por qué ampliar la senda de la unidad? (II)

¿Por qué ampliar la senda de la unidad? (II)

Giovanni Libreros

La revolución democrática contra la autocracia rusa en 1905 y los debates suscitados por la decisión del III Congreso del Partido Obrero de participar en el gobierno provisional burgués enseñaron a comprender mejor la dialéctica entre defensa intransigente de principios y necesidad de una táctica flexible. “La prolongada época de reacción política –explicaba Lenin– que reina en Europa casi sin interrupción desde los tiempos de la Comuna de París, nos ha familiarizado demasiado con la idea de la acción sólo desde abajo, nos ha acostumbrado demasiado a considerar la lucha sólo desde el punto de vista defensivo” (1905).

No podemos separar la lucha electoral de la movilización popular
No podemos separar la lucha electoral de la movilización popular

La nueva época que por entonces comenzaba exigía de los revolucionarios pasar a la ofensiva política; significaba vencer los viejos clichés enquistados durante ese largo periodo de repliegue de los revolucionarios, para pasar a “un nuevo procedimiento de lucha, casi nunca visto hasta ahora” (Lenin, 1905) e implicaba necesariamente asumir el riesgo de maniobrar políticamente desde arriba y desde dentro, es decir, desde las instituciones del poder constituido a la manera de trincheras conquistadas a través de la combinación entre coaliciones políticas y luchas sociales.

Pero dado este paso –concluía Lenin– “estamos obligados a presionar desde abajo sobre el gobierno provisional revolucionario” (1905).

Es cierto que las circunstancias históricas colombianas son diferentes. Pero también es cierto que aquí el movimiento democrático y revolucionario ha tenido que transitar por un largo periodo de violencia y reacción política, de terrorismo de Estado y guerra sucia, de restricción a las libertades civiles y limitación de los espacios democráticos, que hacen de nuestra lucha una acción defensiva permanente casi en el plano exclusivo de las resistencias.

A este fenómeno contribuye la constante dispersión del pueblo. La falta de convergencia de la izquierda, los problemas de coordinación de los sectores en conflicto y el repliegue corporativo de la organización sindical, que impiden hasta ahora una vinculación más efectiva de las mayorías urbanas excluidas con la creciente ola de movilización de masas proveniente del campo y de las regiones más apartadas de la metrópoli.

La situación concreta

Si este es el real significado de la situación concreta, entonces cabe preguntarse en el actual momento: ¿Se hace necesario ampliar el marco de alianzas y compromisos de la política de unidad? Y, frente a esta circunstancia, ¿cuál debe ser la actitud más consecuente de la izquierda unitaria?

La resolución política del XXI Congreso ayuda a responder adecuadamente a estos dos dilemas: frente al momento político declara que “existen condiciones para avanzar hacia un cambio político que posibilite la construcción de un nuevo poder” y afirma que en este propósito “puede cumplir un papel decisivo la conformación de un gobierno democrático de amplia participación popular comprometido con la paz democrática”, por lo que es necesario actuar con una política de alianzas muy amplia y flexible dado que “el momento político convoca a potenciar las fuerzas con la unidad para vencer la inercia del ambiente político y avanzar en el proyecto de un cambio en el poder que permita liberar las energías populares” (2012).

Frente a la segunda cuestión la resolución llama “a todos los procesos sociales y populares, a los movimientos políticos y sociales, a los partidos de izquierda, a los diferentes procesos regionales a construir mancomunadamente un frente amplio de convergencias y procesos, con base en acuerdos programáticos que recojan los elementos comunes de las diferentes plataformas políticas e idearios de unidad, sin perjuicio de mantener las propias dinámicas organizativas y políticas, como lo enseñan múltiples experiencias de Nuestra América” (2012).

El camino a recorrer

La actitud de la izquierda unitaria debe ser en primer lugar comprender “que su principal contradictor es el imperialismo, la oligarquía y los sectores de la derecha que hoy hegemonizan el bloque de poder” (2012). En segundo lugar, combatir el pragmatismo y el individualismo como ejes de la acción política, incluso en los sectores populares, para no permitir que la política sea despojada de su contenido programático y quede reducida a un problema de mecanismos y formalidades.

“Transformar el ejercicio de la política en el campo popular y confrontarla con la política de las élites requiere del PCC una fuerte lucha de ideas y de un debate abierto, franco aunque respetuoso, de cómo afecta la ideología dominante al accionar del campo popular”.

La complejidad del contexto hace necesario impulsar decisiones audaces que permitan la reorganización del proyecto de la izquierda, vencer la desconfianza en la participación electoral, mantener y hasta donde sea posible ampliar la bancada alternativa en el parlamento para acompañar el proceso de paz. Es imperativo acrecentar los caminos de la unidad recomponiendo los acuerdos desde los cuales hacemos participación en el cuestionado régimen electoral.

El XXI Congreso así lo entendió y en consecuencia orientó la construcción de “una convergencia política que parta de reconocer la experiencia crítica del PDA y que recoja las aspiraciones de los sectores que desde la movilización y la acción popular hoy emergen en la escena política”.

“Nuestra participación electoral debe articularse con esta realidad, no podemos separar la lucha electoral de la organización y movilización popular. El Partido debe buscar en sus relaciones con estos sectores candidaturas propias y de aliados que permitan cumplir con este propósito” (2012).

En consecuencia, el PCC y la UP impulsan colectivamente la iniciativa de la Mesa Exploratoria para una Convergencia que, además de discutir una fórmula presidencial unitaria y alternativa, permitió la conformación de una lista única por la paz al senado con el aval de la Alianza Verde, pero integrada por liderazgos provenientes de la UP, el PCC, la Coalición Popular, Dignidades por Colombia y el apoyo de los candidatos presidenciales Aída Avella, Feliciano Valencia y César Pachón.

Lenin no se equivoca cuando nos enseña que la política no es sólo ciencia sino también un arte.

La agitación electoral de los comunistas tendrá inevitablemente un doble filo: al senado con Carlos Lozano en la lista de la Alianza Verde pero con identidad hacia un proyecto de convergencia muy amplio por la paz, con presencia mayoritaria de la izquierda saliente del PDA, fuerzas independientes y liderazgos nacidos al calor del paro agrario.

A la cámara la campaña tendrá una identidad unitaria con la Unión Patriótica y expresa su amplitud con la vinculación de varios líderes regionales que otrora participaron en elecciones locales con avales del PDA y la ASI. Pero mayoritariamente estas candidaturas evidencian liderazgos territoriales emergentes de nuevos actores políticos como la Marcha Patriótica.

Puede apreciarse en el nivel nacional y regional la existencia de fuerzas que cobran relevancia por su capacidad de recoger el entorno de inconformidad y movilización desde el espectro democrático urbano y la entraña popular agraria. La campaña electoral al Congreso de la República tendrá necesariamente este doble carácter. ¿Acaso es esto una contradicción? ¡Claro que sí! Pero también es evidente su carácter multilateral y dialéctico. La primera prueba de esta nueva configuración de fuerzas será la unidad que logren en defensa de la Bogotá Humana y la eventual unificación de un pliego y una agenda nacional de movilización en la Cumbre Agraria y Popular.

Trabajos citados

Garcia Linera, Á. (2010). El Estado campo de lucha. La Paz: Clacso.

Lenin, V. I. (1905). Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática. Moscú: Editorial Progreso.

Partido Comunista Colombiano. (2012). Conclusiones. XXI Congreso Nacional. Bogotá.

RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments