H. L.
–¿Qué significa la “pausa” en la mesa de diálogo?
–La pausa fue un breve espacio de tiempo tomado por la delegación de las FARC-EP para consultar internamente y fijar la posición definitiva sobre el llamado referéndum, que sorprendió a todos los colombianos.
–Es bien distinto a “levantarse de la mesa” y mucho menos equivale a una ruptura. Así lo están presentando algunos medios. ¿O no es así?
–No ha sido una ruptura. De hecho se regresa a la mesa el día lunes 26 de agosto.
–¿El anuncio por parte del presidente Santos de presentar el acto legislativo que le permita convocar un referendo en las elecciones parlamentarias o presidenciales, equivale a una violación del Acuerdo General de La Habana, que establece que el mecanismo de refrendación es parte de la agenda?
–Viola el espíritu y la letra del Acuerdo General. Empecemos por decir que viola el carácter bilateral de la Mesa, donde todo debe ser acordado por las dos partes. Es la segunda vez que acude a esta artimaña. El otro caso se presentó con el llamado marco jurídico. Las FARC-EP ratifican que no acoge, no apoya ninguna disposición oficial que se tome a nombre de la paz si no consulta con nuestra opinión y la de los colombianos. En las intenciones que tiene dicha ley, empieza el debate y ya diversos sectores la clasifican como una maniobra electoral. Además es un indebido mecanismo de presión contra las FARC-EP al imponerle tiempos y ritmos que solo se ajustan a los intereses particulares del presidente.
–¿Se puede decir que hubo una “crisis” en la mesa?
–Es una acción política de dignidad de las FARC-EP dirigida a informarle a los colombianos las reales intenciones de los sectores dominantes que representan el actual gobierno.
–¿Cuánto tiempo durará la pausa?
–El lunes 26 reanudamos las actividades y presentaremos el documento que hemos elaborado a propósito de esta coyuntura especial que vive la mesa de diálogo.