Rubén Darío Arroyo Osorio
Los habitantes de Gramalote, población del suroriente del Norte de Santander, siguen sufriendo después de que el 16 diciembre del 2010 un movimiento telúrico de la falla geológica que atraviesa la zona, las elevadas temperaturas y los altos niveles pluviométricos de ese momento se conjugaron para que un brutal sismo abriera un prolongado túnel que se fue expandiendo para tragarse todo lo que encontraba a su paso. Pasaron dos años para que en abril del 2012 se instalaran unas mesas de trabajo que ayudarían a resolver su reconstrucción o el traslado de sus habitantes a un espacio apto para la construcción de una nueva población con condiciones de vida digna.
Ni el Fondo de Adaptación, ni las autoridades locales, ni el gobierno nacional han presentado una solución real tangible para estos seis mil compatriotas. Miles se desplazaron hacia Cúcuta a sobrevivir en hacinamiento total y sin empleo, otros deambulan por las calles de otras ciudades y poblaciones cercanas. Los niños que lograron cupos en las escuelas y colegios son objeto de burlas y de humillaciones, situación que incrementa su trauma, su desazón y desarraigo.
Los pobladores que decidieron seguir en lo que quedó de Gramalote han elevado solicitudes respetuosas al Estado central y regional para que les ayuden a resolver su calamitosa situación. Han enviado escritos, realizado protestas y el gobierno nada que resuelve el asunto. Peor aun dentro de estos colombianos varios han atentado contra su integridad personal: varios intentos de suicidios, la peste del insomnio, pérdida del juicio, abandono de sí mismos y todas las formas de desequilibrio mental y moral, mantienen a los gramaloteros en estado de shock permanente.
El Presidente de República, el Gobernador del departamento y demás autoridades no pueden seguir haciendo esguinces a la reconstrucción o reubicación de los habitantes de Gramalote que reclaman una vivienda digna, hospitales, escuelas, mercados, almacenes, fábricas y todas las oportunidades que merecen los ciudadanos del país. Ojo, Presidente, no insista en reubicarlos en un territorio que no es apto para vivir decentemente.
¿Dónde están las 40 mil viviendas que ha prometido construir y entregar este año y donde van a construir la 60 mil nuevas que construirán en el 2014? ¿Cuál es el empoderamiento que usted pregona? ¿Cómo se va a concretar la lucha contra la pobreza extrema para que Gramalote no siga en esa orfandad absoluta? Abandone la demagogia reeleccionista, resuelva estos problemas ya.
