jueves, abril 25, 2024
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64.500 madres en abandono

Más de una semana de cese de actividades completaron estas trabajadoras quienes reclaman salud, estabilidad, pensión, y sobre todo, mejorar la nutrición de miles de niños. 15 mil comunitarias en paro

Juan Carlos Hurtado Fonseca
@aurelianolatino

Una libra de fríjol, una de lenteja, tres panelas con las que deben hacer coladas casi todos los días; 13 bolsas de leche en polvo de 380 gramos para las coladas; y ocho libras de arroz, son parte de las minutas que reciben las madres comunitarias para alimentar a 14 niños durante un mes. Cada libra de grano debe alcanzar para los almuerzos de tres días.

El anterior es uno de los motivos por los cuales 100 madres comunitarias de diferentes regiones del país, afiliadas al Sindicato Nacional de Trabajadoras al Cuidado de la Infancia en Hogares de Bienestar, Sintracihobi, se instalaron en carpas frente a las instalaciones del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, en Bogotá, desde el pasado 4 de abril.

Hablan las madres

Andrea Carolina Ballén, es madre comunitaria de Ciudad Bolívar, en Bogotá, desde hace siete años y está acampando frente a las instalaciones del ICBF. Comenta que también exigen los derechos de las madres comunitarias que llevan más de 30 años dejando su salud, su vida sin una pensión digna: “Estamos también pidiendo que se aumente el presupuesto para la nutrición de los niños ya que por culpa del ICBF la desnutrición es terrible. No sube el presupuesto y manda una minuta que no alcanza. Nos exigen que les demos a los niños unos gramos que no equivalen al nivel nutricional que ellos necesitan y lo que dan no alcanza. Fuera de eso nosotras tenemos que responder por lo que falta y cuando hay visitas se tiene que tener lo que ellos exigen, así no lo den”.

Aunque la directora del ICBF, Cristina Plazas Michelsen, ha dicho en medios de comunicación que dan los recursos necesarios para la alimentación, estos se pierden en manos de los intermediarios; las madres comunitarias aseguran que así los dineros no se perdieran no alcanzan y que sobran los contratistas o intermediarios.

Luz Dary Urquijo, madre comunitaria desde hace 11 años en Bogotá, explica: “Muchos niños de Ciudad Bolívar van al jardín es por una comida, y muchas veces tenemos que decirles ‘no papi, no hay’. Y en la casa también les dicen que no hay. Por eso mueren por desnutrición, aguantan hambre porque las fundaciones intermediarias como Fundamil se están quedando con la plata y no responden. Eso no pasaba cuando todo se manejaba por asociaciones, nunca nos daban mercado en mal estado ni carne dañada”.

La Fundación Mujer del Nuevo Milenio, Fundamil, es la intermediaria que administra el servicio con programas del ICBF en las modalidades HCB Fami, Tradicional y Agrupados, y Centros de Desarrollo Infantil, en los departamentos de Cundinamarca, Tolima, Córdoba y en la ciudad de Bogotá.

“Ya nos llegó un comunicado de Fundamil diciendo que no nos darán 70 huevos por semana sino que quitarán 15 porque el presupuesto no alcanza, también dicen que el pan lo van a quitar para el refrigerio de la mañana. ¿Puede creer que nos dieron una papeletica de 20 gramos de Chocolisto para 14 niños? O para un chocolate para 14 niños nos dan dos pastillas. Por eso le dije a la directora de Fundamil (Gloria Yaneth Casallas) que me gustaría invitarla a mi Hogar a que tomara de ese chocolate”, comenta Luz Dary Urquijo.

Salud

El abandono llega al punto que en Bogotá hay casos de madres que laboran a la edad de 60 años. Otra, con 70 años, es casi ciega, y otra, luego de un accidente laboral se desplaza ayudada por un caminador. Según las denuncias, el ICBF no responde por esas pensiones. Hay muchas más enfermas.

Las madres deben poner de su bolsillo para complementar la minuta aunque sólo ganan el salario mínimo del que les descuentan salud y pensión. Y según denuncian, muchas veces no aparecen afiliadas a una EPS cuando requieren el servicio.

Diana Torres, es otra madre comunitaria de Bogotá quien descubrió que no estaba activa en la EPS cuando tuvo que ir a llevar a su hijo a urgencias por un dolor de muela y no fue atendida. Tuvo que pagar odontólogo particular: “Fundamil me dijo que no, que era mentira que estábamos afiliadas, pero no es cierto. Eso sí, cada mes me descuentan el pago”.

Sobre las exigencias en infraestructura Diana comentó: “Nosotras debemos poner las instalaciones, ellos no nos pagan un arriendo y sí nos exigen que todo esté modernizado, chapado. Para los grupales, o cuando hay dos hogares en una misma casa, es terrible porque nos exigen una cantidad de dotación que no dan, pero si nos visitan y no la encuentran nos va mal”.

Otro de los ejemplos de la crisis, es la muerte por falta de atención médica de la vocera departamental de las madres comunitarias de Córdoba, Leonor Montes, quien había sido trasladada a Medellín con recursos de su familia, luego de que su EPS le negara asistencia por falta de pago. Ella misma había denunciado que no se habían hecho los trámites para adelantar los contratos de trabajo y que el 70% de las madres no tenían definida su seguridad social. Su deceso se produjo en medio de una intervención quirúrgica, ante su precario estado de salud, según sus familiares, por falta de atención en Montería.

Acercamientos

Los anteriores son algunos de los casos que forzaron a que más de 15 mil madres de todo el país decidieran ir a un paro y exigir soluciones reales, más allá de promesas que muchas veces no se cumplen. Sus representantes han tenido reuniones en las que participan la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo, los ministerios de Hacienda y Trabajo, y la directora del ICBF, aunque no se han suscrito acuerdos o soluciones.

“Está difícil porque anoche (7 de abril) se levantó de la mesa Bienestar Familiar. Estamos pidiendo lo relacionado con salarios, estabilidad laboral, pensión y nutrición de los niños”, dijo a VOZ, Olinda García, presidenta de Sintracihobi, quien al ser contrapreguntada con el argumento de la Directora General del ICBF, acerca de la corrupción en algunos intermediarios, dijo: “Son ellos mismos quienes escogen a las entidades que van a administrar. Por eso es mejor quitar a los intermediarios y volver a las asociaciones de madres. Eso lo hemos propuesto en la mesa y ellos han aceptado. Han dicho que hay que esperar que se acaben los actuales contratos”.

Al cierre de esta edición continuaban las reuniones en el Capitolio Nacional; 15 mil madres en paro en todo el país, 100 de ellas en carpas frente a las instalaciones del ICBF y miles de madres en labores tratando de hacer alcanzar las insuficientes minutas que les dan para los niños.

En Colombia hay alrededor de 64.500 mujeres dedicadas a esta labor y cada una de ellas atiende a 14 niños mientras sus padres trabajan; responsabilidad que han desempeñado por muchos años sin un reconocimiento real por parte del Estado. Lo que muestra la gran deuda social que instituciones oficiales y la sociedad tienen con ellas.

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