miércoles, mayo 1, 2024
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Testimonio de una mujer comunista

Nuestras luchas estuvieron y han estado siempre signadas por el compromiso revolucionario con las mujeres

Homenaje a mujeres comunistas. Foto archivo
Homenaje a mujeres comunistas. Foto archivo

Inés Mujica Silva

La experiencia de las mujeres comunistas ha estado marcada por el compromiso revolucionario en todos los tiempos.

Mi mamá, Ismenia Silva, fue mi primera maestra, una mujer trabajadora, comunista y luchadora quien tuvo a su cargo la organización del Archivo Nacional de la Corte Suprema de Justicia, el cual fue destruido en la toma del Palacio de Justicia. Esto no fue impedimento para que ella tomara el timón en dirección a la construcción partidaria, quien incentivó el diálogo familiar y supo combinar la vida pública y privada, ella aprovechaba la hora de la cena para buscar salidas a los problemas familiares y políticos.

Mi padre fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia, y fundador del PCC. Tuvo que resistir veintidós encarcelamientos por sus convicciones, hasta el punto de buscar que los procesos jurídicos que estaban a su cargo pudieran llevarse a cabo con la firma y el apoyo de su gran amiga Esmeralda Arboleda de Uribe.

La conexión de la familia con la vida política partidaria era de tal magnitud que en los momentos más duros de la represión como la del 9 de abril del 48, las reuniones se hacían en mi casa, la cual muchas veces fue allanada, y a las mujeres y a las niñas las confinaban en la casa por cárcel y a los hombres los llevaban presos.

En mi adolescencia recuerdo como los organismos de inteligencia intentaban acercarse a nosotras utilizando tácticas de seducción con las mujeres de la familia, y conmigo misma, pero mi mamá me había enseñado a cuidar y preservar mi vida frente a esas técnicas de persecución, que estaban orientadas a oprimir nuestro cuerpo y nuestra inteligencia.

Las violencias del Estado

Contribuíamos con mi hermana, mi mamá, muchas amigas y camaradas, siempre en relación, con la actividad de propaganda, la solidaridad y las tareas de la preservación del PCC. Nuestra iniciación política fue especialmente en los procesos de ilegalización del Partido, que había sido proscrito por el régimen. En mi memoria llevo todas las violencias que el Estado ha impuesto en los cuerpos de miles de mujeres y hombres comprometidos con la lucha política de las y los comunistas. Es así que las mujeres no solamente tuvimos que romper el muro de persecución de la derecha, también las actitudes patriarcales del Partido, pues en esa época apenas las mujeres europeas empezaban a teorizar sobre su emancipación, y los aportes de las mujeres del campo socialista contribuyeron a la formación de nuevas generaciones de luchadoras.

Las comunistas estuvieron con las sufragistas, mujeres fundadoras del Partido como María Cano, Inés Martel y Elvira Medina, entre otras, hicieron equipo con Ofelia Uribe, Esmeralda Arboleda, Ismenia de Barrios, Cecilia Quijano, Maruja Vieira, y muchas otras mujeres. Contribuyeron a la discusión de la reforma del código laboral y penal, y en todas las luchas por los derechos civiles y políticos. En esta etapa se vio la necesidad de un espacio propio para discutir la política de las mujeres y para ello se decidió la publicación de los doce números del periódico “Nuestras Mujeres”, con un grupo de destacadas mujeres, entre las que se encontraban Nazareth de Cruz, Maruja Osorio, Reina Pedraza de Posada, así como otras, campesinas y obreras, muchas de las cuales no sabían leer, ni escribir, pero sí tenían historias, testimonios y saberes que intercambiar y compartir. Mi mamá recogía los testimonios de estas mujeres que con su experiencia contribuían a la construcción del periódico y este partido.

Compromiso revolucionario

La mayoría de artículos salían publicados con seudónimos por la persecución política a quienes eran consideradas el sustento de las vidas de los camaradas y suponían que violentándolas, silenciándolas implicaba golpear al PC.

Nuestras luchas estuvieron y han estado siempre signadas por el compromiso revolucionario con las mujeres; mi mamá y otras mujeres aportaron en la construcción de organizaciones como la Asociación Democrática de Mujeres donde se encontraban seres tan valiosas como Ana Teresa de Pineda y Amparo Gómez de Barrios, quienes propusieron buscar la unidad de acción con todas las mujeres colombianas, sin ninguna clase de discriminación para luchar en común por la conquista y defensa de los derechos de las mujeres y de la infancia.

Estos fueron los antecedentes de la Unión de Mujeres Demócratas, UMD; en donde fueron protagonistas, las camaradas Blanca Agudelo, Adela Dimas, Adela Gamboa, Helena de Moreno, Celmira Cruz, Marylú Pozo, Ana María Fernández, Constanza Ardila, Victoria Fajardo de Silva, Elizabeth Uribe, María Teresa Cifuentes, Blanca Villamil, Consuelo Avila, entre muchas otras, cuya memoria estamos en deuda por rescatar.

La UMD agotó su espacio, posteriormente se creó Foro Mujer que tuvo una importante incidencia con académicas, asumió la política contra el modelo neoliberal que conllevó a la feminización de la pobreza. Luego se conformó Asodemuc que continuó con discusiones como la lucha de clases con perspectiva de género, el debate sobre la despenalización del aborto y el avance en la formación de cuadros femeninos, se planteó la discusión sobre la ley de cuotas, se implementó el Seminario Nacional Saber que se Sabe y como resultado de ello hoy podemos decir que se dan nuevas discusiones en el imaginario colectivo con perspectiva de género.

Al interior del PCC, se han tenido alcaldesas comunistas, concejalas y una senadora, quien se ha caracterizado por la defensa de los derechos de las mujeres y en este ejercicio construyó una masa crítica con las demás representantes de los otros partidos. Gracias a ello se aprobó la ley de la no violencia contra las mujeres, igualmente una ley que casi era impensable: la ley de la economía del cuidado; junto con Asodemuc viene implementando la reglamentación de la ley de mujer rural y los avances en asumir los debates sobre los derechos sexuales y los derechos reproductivos.

Sistema educativo

Estos aportes han servido para la construcción del sistema educativo del Partido donde se introducen temas de la teoría feminista al mismo nivel de los temas de la educación de las escuelas, propendiendo por una nueva lectura de la educación que contemple el lenguaje incluyente. Se ha avanzado en el reconocimiento de nuevos imaginarios como la heterosexualidad, la cosmovisión indígena y el reconocimiento al papel de las negritudes.

A nivel internacional las mujeres comunistas continuamos desarrollando una importante labor por la paz a través del impulso a la plataforma europea por la paz, el Foro de Sao Pablo y la FEDIM.

La búsqueda por la representación paritaria política, cultural y social ha sido una constante pues, es el legado que nos dejaron las camaradas como Tránsito Ulcue, Yira Castro, Esther Váquiro, Aida Avella, Gloria Inés Ramírez, Teresita Montealegre, Josefa Serna, María Paulina Ruiz, Teresita Martínez, Hermencia Palacios, Patricia Ariza, Imelda Arana, Esthela Brand, Mercedes Usuga, Anita Castellanos, Mariana Páez, María Cepeda, María Cardona, Luz Helena Bernal, Adriana Vanegas, Gloria Mancilla, Laura Herrera y muchas otras que han resaltado la perspectiva femenina y el feminismo en la construcción del proyecto comunista para los y las colombianas. En esta etapa hemos confluido con distintas organizaciones en lo que se ha llamado Mujeres por la paz, en la perspectiva de arropar los diálogos que se llevan a cabo en La Habana, donde se ha construido una agenda de incidencia política, por la solución política al conflicto social y armado que vive nuestra patria, hasta el logro de una paz con justicia social.

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