miércoles, mayo 1, 2024
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Los Territorios de Paz

Terminado el pasado ciclo de trabajo de la Mesa de La Habana, las FARC-EP presentaron varias propuestas, sumadas a las formuladas antes, sobre el “Fin del Conflicto”, una de ellas sobre los Territorios de Paz, denominados por la insurgencia como “Territorios Francos de Convivencia”, que albergarían a combatientes y comandantes.

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Editorial del Semanario VOZ

“Nuestro interés es vivir en comunidad y con las comunidades. A muchas de ellas nos debemos y para allá vamos, a hacer política, a trabajar el campo, a producir, a generar progreso para todos, a sentar las bases de la verdadera convivencia, a velar por un mejor estar, y a aspirar a que el futuro nuestro, el de nuestros descendientes y el de la comunidad en general, sea justo, próspero y digno”, dicen los voceros de la Delegación de Paz en La Habana.

El planteamiento, bastante serio y constructivo por cierto, levantó el avispero de la derecha y del militarismo. El presidente Santos le dio la oportunidad al general (en retiro), Jorge Enrique Mora Rangel, de responder a la propuesta guerrillera, quien lo hizo mediante una diatriba visceral y salida de tono. Hay que recordar que Mora Rangel fue comandante del Ejército en el gobierno de Andrés Pastrana Arango, durante los diálogos del Caguán, en oposición al proceso con las FARC en abierta rebeldía a la decisión de su comandante en jefe el Presidente de la República.

El general trajo a colación temas trasnochados como que no podrá haber zonas desmilitarizadas ni presencia de la Fuerza Pública, tampoco zonas de despeje y rechazó las propuestas porque son parte del “imaginario de las FARC-EP”. Como si cualquiera de las partes no pudieran hacer propuestas para ser debatidas en la mesa, tomando en consideración que en el campo de batalla no hubo vencedores ni vencidos. Ambas partes, en pie de igualdad, aprobaron el Acuerdo de La Habana que tiene como base el concepto de bilateralidad y del consenso. Eso no lo puede olvidar el flamante general Mora Rangel. El Gobierno y sus voceros no abandonan la actitud contestaria y poco constructiva pues sus propuestas no existen, son simples “imaginarios”, esos sí, porque obedecen a decisiones unilaterales, debatidas y aprobadas por fuera de la mesa de tal manera que la descalifican y la colocan en entredicho. Así no se podrá construir el acuerdo final, que todo el mundo aspira se firme lo más pronto posible.

Las FARC-EP le han explicado a Mora y a los suyos en qué consiste un Territorio Franco de Convivencia: “Si el señor general y sus compañeros no entienden todavía qué significa el concepto Territorio Franco de Convivencia, es porque no han hecho el ejercicio de escuchar con serenidad todo lo que el concepto encierra, y porque al haber optado como profesión la defensa del statu quo, todo lo innovador les produce desconfianza, les crea incertidumbres, los asusta. En contraste, a nosotros no nos preocupa que en los territorios de convivencia hagan presencia ex paramilitares, o personal retirado de la fuerza pública, cualquiera que haya sido su jerarquía o nivel. Sabemos que debemos entendernos y trabajar con ellos, con la gente del común, con los gremios, el movimiento social, las iglesias, las autoridades, porque la paz es con todos y para todos. Obviamente, tendrá que prevalecer en tales territorios, por necesaria, la función de policía”. Más claro no canta un gallo.

Lo que ocurres es que los enemigos de la paz de dentro y fuera del Gobierno, aprovechando la debilidad del presidente Santos y sus vacilaciones, pretenden imponer su propio concepto, ese sí imaginario, del acuerdo final: Entrega de armas y cárcel para los guerrilleros. Es una especie de vindicta odiosa e inaceptable. Quieren a la guerrilla encerrada en “corralejas”, bajo fuerte custodia, para decidir su destino que podría ser Estados Unidos en calidad de extraditados. Si se lo hicieron a sus amigos narcoparamilitares ¿Por qué no a sus enemigos declarados los guerrilleros? Por ahí no es la cosa.

Hubiera sido preferible escuchar del general Mora de cómo se desconectará a la Fuerza Pública su relación con los paramilitares, cómo se reformarán a las Fuerzas Militares y de Policía en función del post acuerdo para la democracia y el progreso social, cómo abandonarán toda doctrina anticomunista que lleve al exterminio y a la guerra sucia contra los revolucionarios.

Queda claro que en concepto de las FARC-EP el plebiscito es inviable, no es fruto del diálogo entre las partes y menos aún tiene un criterio democrático. Queda en pie la Asamblea Nacional Constituyente, el poder constituyente de amplia participación social y popular. ¡Esa es la tarea!

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