La crisis de todo tipo actualmente vivida en España está sacando a flote todo lo tapado durante la dictadura franquista del Opus Dei con su hipócrita y corrompida transición monárquica que Marías desgarra y muestra crudamente en su última novela.
Alberto Pinzón Sánchez
Nunca antes como con su última novela “Así empieza lo malo”, Javier Marías desmiente a quienes desde la izquierda lo calificaron injustamente de “pequeño burgués liberal y egoísta”, para demostrar que es uno de los mejores escritores actuales de nuestra lengua.
Esta densa y extensa novela, aparecida en este otoño del 2014, superficialmente valorada por la llamada “crítica literaria especializada”, muestra no solo su ya probada maestría en el manejo del lenguaje escrito convertido en una encantadora plastilina expresiva, sino su hondura reflexiva interior y sobre todo, la crítica social despiadada a la España surgida de la derrota de la República, la del nacional-catolicismo franquista y la denominada Transición monárquica.
La misma España de siempre, hoy inmersa en una crisis social, económica, moral y hasta estatal sin precedentes, que por fin la pluma taladradora, incómoda y perturbadora de Marías muestra en la cotidianidad de una familia madrileña “acaudalada”, prototípica de su propia clase social, en los años 80 del siglo pasado.
No son solo las desdichas de una inteligente y exuberante mujer hispano-estadounidense, hija del exilio republicano, con su cama grande sola y entristecida por el desprecio de su obseso y vengativo marido; espiada por un fisgón atormentado y libidinoso que ha sido contratado por este marido para descubrir una vil e infame verdad repetida, sino las reflexiones desconcertantes sobre la relativización, después de una guerra, de valores sociales tan fundamentales como la Verdad, la Justicia, el Perdón, el Arrepentimiento o la Clemencia (todas con mayúsculas) vividos por seres humanos de carne y hueso, quienes sobrellevaron durante muchísimos años en una de las dos Españas que han de helarte el corazón; la vileza, la crueldad y la represión inmisericorde contra el vencido, escondidas debajo de una gruesa y dura costra de falsa religiosidad católica, indiferencia, amnesia y superficialidad del porom-pon-pero, hasta la fecha cuando están haciendo eclosión.
La crisis de todo tipo actualmente vivida en España está sacando a flote todo lo tapado durante la dictadura franquista del Opus Dei con su hipócrita y corrompida transición monárquica que Marías desgarra y muestra crudamente en su última novela.
Pueda ser que a alguien en nuestra sufrida Colombia, donde se está debatiendo sobre cómo salir de una guerra atroz de 70 años con sus consecuencias sociales y morales tan destructoras, preservando los valores sociales fundamentales antes mencionados, leyera en estas fechas de lectura a Javier Marías, uno de los mejores escritores actuales de lengua castellana y lo leyera con despacio para cascarle la nuez a la demoledora y mordaz crítica social que hace de su medio y a su manera un tanto “shakesperiana” de incitar a la reflexión interior. Pero sobre todo, para disfrutar su prosa apabullante.
