El bloqueo es un acto de guerra económica en tiempos de paz, dirigido a anular la capacidad del Gobierno cubano para atender las necesidades de la población, crear una situación de ingobernabilidad y destruir el orden constitucional
Alberto Acevedo
La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por trigésima primera vez una declaración que demanda de Estados Unidos el levantamiento inmediato del bloqueo económico, financiero y comercial que mantiene sobre Cuba desde 1962 y que, en opinión del gobierno de La Habana, constituye “un acto de guerra en tiempos de paz”.
La votación se produjo el 2 de noviembre pasado, y el texto de la resolución, que había sido presentado previamente por la delegación diplomática de Cuba, obtuvo 187 votos a favor, dos en contra y una abstención. Los dos votos en contra fueron los de Estados Unidos e Israel. Ucrania, que recibe todo el apoyo de Estados Unidos para librar una guerra contra Rusia, no se alineó con su mentor y prefirió votar en blanco.
De esta manera, Cuba consigue de nuevo un significativo triunfo diplomático, aunque simbólico, pues, durante tres décadas, Washington ha desconocido el contenido de los pronunciamientos de la comunidad internacional, reflejados en las resoluciones del alto organismo de cooperación.
Castigo ilegal
Las autoridades cubanas consideran que sesenta años de bloqueo han significado pérdidas para su economía de más de 159 mil millones de dólares. Como excusa para oponerse a la resolución, Estados Unidos dijo que las sanciones constituyen “un conjunto de herramientas en nuestro esfuerzo más amplio hacia Cuba para hacer avanzar la democracia y promover el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales en la isla”.
La resolución de la ONU aboga por la libertad soberana de todos los Estados, la no intervención y la no injerencia en sus asuntos internos y la libertad de comercio y navegación, y pide a los Estados que se abstengan de recurrir a este tipo de medidas.
Asimismo, condena la aplicación extraterritorial con que Washington violenta la soberanía no solo de los países a los que castiga ilegalmente, sino también la de todos aquellos (incluidos individuos y empresas) que deseen entablar relaciones comerciales con las naciones sancionadas.
Un acto de guerra
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, quien sustentó la propuesta sobre la resolución de las Naciones Unidas, denunció que “el bloqueo es un acto de guerra económica en tiempos de paz, dirigido a anular la capacidad de su Gobierno para atender las necesidades de la población, crear una situación de ingobernabilidad y destruir el orden constitucional”.
No es extraño que el único Estado dispuesto a acompañar a Estados Unidos en la agresiva política contra el pueblo cubano sea Israel, que a su vez se beneficia del respaldo incondicional de Washington al genocidio que lleva a cabo contra los palestinos.
La resolución de la ONU reconoce el bloqueo como el elemento central de la política de Estados Unidos hacia Cuba por más de seis décadas. Al intervenir en el plenario de la Asamblea General, Bruno Rodríguez denunció las violaciones contra el derecho a la vida, la educación, el progreso y el bienestar de los cubanos, provocadas por el bloqueo de los Estados Unidos.
Leyes draconianas
“Las familias en el país lo sienten en el desabastecimiento, los precios excesivos y los salarios devaluados”, dijo el ministro, y recordó los esfuerzos del Gobierno de La Habana para garantizar la canasta básica de la población, a pesar de las trabas impuestas por la mayor potencia del mundo.
Rodríguez destacó que sectores como el agrícola o el de energía enfrentan serios obstáculos para adquirir piezas de repuesto o maquinarias. Bajo estrictas licencias, algunos productos agrícolas en Estados Unidos viajan a la isla sujetos a leyes draconianas y discriminatorias, que violan los reglamentos del comercio internacional, recordó el funcionario cubano.
“Estos productos -añadió- llegan en buques norteamericanos que tienen que regresar vacíos a causa del propio bloqueo”. “Es doloroso el impacto en la calidad de vida y los servicios que se brindan a la población”, enfatizó. “Miente el Gobierno de Estados Unidos al afirmar que el bloqueo no impide el acceso a medicamentos y equipos médicos” dijo, y recordó que esto fue exactamente lo que ocurrió durante la pandemia del covid-19.
El canciller cubano denunció que, entre marzo de 2022 y febrero de 2023, el bloqueo causó daños y perjuicios a Cuba estimados en el orden de 4.867 millones de dólares. Esto significa una afectación de más de 405 millones de dólares mensuales, más de 13 millones de dólares diarios y más de 55 mil dólares cada hora.
Se estima que, de no existir el bloqueo, el Producto Interno Bruto de Cuba podría haber crecido en un nueve por ciento en 2022. A precios corrientes los daños acumulados de aplicación de esta política unilateral de Estados Unidos contra Cuba ascienden a 159 mil millones de dólares.
