martes, abril 30, 2024
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Palabra itinerante: Después del 22M

Jaime Cedano Roldán

España vivió el pasado 22 de marzo una de las manifestaciones más multitudinarias de todos los tiempos y con la particularidad de haberse dado sin el apoyo de los sindicatos mayoritarios, rompiendo la idea de que sin ellos era imposible una gran protesta nacional. Cuando ya las marchas estaban en las carreteras y caminos los presidentes de las centrales se sentaban con Rajoy a “iniciar el diálogo social”. Una clara traición de clase que las bases seguro sabrán reclamar.

Foto: jackFromHell via photopin cc</a
Foto: jackFromHell via photopin cc

Algunos plantean que con las marchas del 22M se retoma el espíritu movilizador del 15M pero en realidad existen diferencias bastante notables. La iniciativa no surgió en las redes aunque luego se apoyara en ellas. Nació en espacios de encuentros de sectores cívicos, sindicales y políticos. Especialmente importante es su espíritu unitario que supera los vetos y cierto apoliticismo del 15M y el carácter anticapitalista y la superación del asambleísmo con la constitución de coordinadoras a niveles estatal, autonómico y provincial. Las movilizaciones del 15M gozaron de amplia generosidad mediática mientras que las marchas de la dignidad fueron invisibilizadas.

El entusiasmo en Madrid fue desbordante y la solidaridad recibida en los pueblos por donde pasaron las marchas fue estremecedora. Las lágrimas en los rostros de mucha gente eran fiel testimonio de los sentimientos que se vivían. La jornada fue un desahogo colectivo. Expresión de rabias contenidas, deseos de luchar, necesidad de buscar cauces a la indignación y la convicción del sí se puede que previamente había sido fortalecido en las luchas de Gamonal y las victorias en la huelga de las basuras y de la sanidad en Madrid.

Las marchas nos hicieron evocar la marcha de solidaridad con Chile de Ibagué a Bogotá que este año cumple su 40 aniversario y que bien vale la pena conmemorar. O las marchas indígenas y campesinas.

Lo importante es que los procesos unitarios que impulsaron el 22M están teniendo continuidad y se organizarán nuevas movilizaciones en la perspectiva no lejana de una huelga general. Sería la primera vez en la historia de España que se convocara sin los sindicatos mayoritarios a quienes se suponía depositarios de la legalidad y la capacidad para convocar este tipo de movilizaciones.

Con sus especiales particularidades pareciera que España está empezando a recorrer el camino y la experiencia de los movimientos sociales de América Latina que con su creatividad y su capacidad de movilización desbordaron a las organizaciones sindicales y políticas tradicionales en sus movilizaciones transformadoras. Mantener, ampliar y profundizar el espíritu unitario en la movilización y encontrar los mismos caminos en la lucha electoral pueden validad la idea de que el 22M ha significado un antes y un después en las luchas de la clase obrera y los pueblos de España.

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