sábado, mayo 4, 2024
InicioEdición impresaMedia centuria de la muerte de Camilo

Media centuria de la muerte de Camilo

La figura de Camilo está ubicada muy alto, como extraordinario luchador político, que en un momento de la lucha guerrillera de América Latina, entregó su vida a una causa noble, superior, generosa, por los explotados, humildes, pobres del campo y de la ciudad.

Camilo Torres.
Camilo Torres.

Hernán Ortiz Rivas

Desde hace un año, en el periódico VOZ, se hizo un homenaje al gran revolucionario, Camilo Torres Restrepo, caído en combate en las montañas de Colombia, el 15 de febrero de 1965, a los pocos días de su ingreso al Ejército de Liberación Nacional (ELN), movimiento guerrillero, donde estuvo escasos cuatro meses y siete días. Su muerte prematura privó al pueblo colombiano de la existencia de un líder político, que había fundado el Frente Unido, grupo que pudo llegar al poder del Estado, mediante una lucha electoral, rechazada por el ELN, que pregonaba que únicamente las armas eran el instrumento para conquistar el gobierno, tesis que la historia se ha encargado de desvirtuar, salvo en el caso de Cuba, por condiciones propias de la Isla, que no podían extenderse al resto de América Latina.

Valor revolucionario

La anterior consideración, expuesta por muchos autores, a partir de la muerte de Camilo, en ningún momento significa disminuir su valor revolucionario, en la gesta de liberación de los pueblos americanos; todo lo contrario, la figura de Camilo está ubicada muy alto, como extraordinario luchador político, que en un momento de la lucha guerrillera de América Latina, entregó su vida a una causa noble, superior, generosa, por los explotados, humildes, pobres del campo y de la ciudad. Este sacrificio permanece como bandera que flamea, a lo largo y ancho del territorio patrio, como símbolo de lucha revolucionaria para toda la tierra.

Nunca debe criticarse a Camilo por su vinculación a la guerrilla, así haya sido una decisión precipitada, porque fue un acto político-militar que le devolvía al cristianismo su actitud de rebeldía, de compromiso con los proletarios. Es muy fácil, desde los escritorios académicos, cuestionar a Camilo, por su ingreso a la guerrilla, por su posible equivocación al haber elegido este camino, hace una media centuria, junto a un grupo en ese tiempo sin la experiencia militar de las FARC-EP, sin la información ideológica, política o humana, del movimiento comandado por el inolvidable Manuel Marulanda Vélez, alias Tirofijo. No se trata de contrastar a las dos agrupaciones guerrilleras, sino de precisar hechos que están a la vista de la historia colombiana.

En todo caso, Camilo, desde su muerte ha ingresado a la historia de Colombia, como un personaje de mucha importancia, no sólo en el campo de la lucha revolucionaria, sino también por sus estudios sociológicos, sus escritos, en forma de mensajes, sus conferencias y entrevistas. No podemos olvidar que Camilo fue profesor universitario, empleado en varias entidades del Estado, que sus sermones religiosos estaban llenos de gran contenido literario, filosófico, sociológico. Camilo no fue un gran orador de plaza pública, donde muchas veces intervino, sino un excelente expositor de doctrinas, principios e ideas sociales, políticas, históricas, filosóficas. Su obra teórica también quedó frustrada, por su partida tan veloz de la tierra, los pocos ensayos conservados de temas sociológicos, pueden todavía leerse con provecho, por ejemplo, el dedicado a la Proletarización de Bogotá, Ed. Cerec, 1987, los de naturaleza política en la mayoría de los casos conservan su actualidad y frescura. Sin duda, “Camilo Torres muere para vivir”, como dice la canción de Daniel Viglietti.

RELATED ARTICLES

Most Popular

Recent Comments