miércoles, mayo 1, 2024
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Mansplaining en Tropicana

El común denominador en los medios de comunicación masiva es la desinformación, la misoginia y el maltrato. El episodio que ocurrió en la emisora de Cali, fue defendido por una gran parte de la audiencia. La intolerancia política y el ataque sin argumentos verificables es la costumbre

Flora Zapata

Recientemente la emisora radial Tropicana de Cali fue tendencia en redes sociales por un acto de machismo que ocurrió al aire. Mientras la única mujer periodista de la mesa de trabajo, Stephania Lerma, contaba la noticia de condonación de 4.983 créditos por parte del Icetex, el DJ y presentador Paco Ramírez, quien da vida al personaje de la Tía Inés, bosteza de forma exagerada.

Lerma reacciona diciéndole: “No me interrumpa las noticias porque son buenas y son positivas”, lo que desata una respuesta cuando menos polémica por parte del presentador: “¿Entonces no bostezo, pues, boba? Me interesa muy poco Petro, si él viene y condona no sé qué cosas me parece muy bien, pero, por otro lado, roba al país. Es mi punto de vista. Tienes que saber que detesto a tu presidente, si es tu noticia, a mí no me importa, puedes decirla, pero yo voy a bostezar las veces que me dé la regalada gana”. Para concluir finalmente: “Petro es un bandido y es un narcotraficante”

Mansplaining

En el fragmento del programa que circula por internet hay varios elementos para analizar. Si bien son menos de tres minutos, son suficientes para reconocer cómo funcionan hoy los medios de comunicación.

El primero de ellos es el trato que le da Ramírez a su compañera, interrumpiéndola cuando se encuentra dando una noticia verificable con argumentos que no tienen nada que ver porque el tema no es de su interés, como se aprecia más adelante.

Es algo recurrente en la cotidianidad para las mujeres verse interrumpidas cuando están hablando porque la palabra ha estado históricamente reservada para los hombres. Lo que ocurrió se puede catalogar como mansplaining, que es un término utilizado para describir la situación en la que un hombre explica algo a una mujer de manera condescendiente, asumiendo que ella no comprende el tema o que necesita su explicación, a pesar de que la mujer puede tener igual o mayor conocimiento sobre el tema en cuestión.

El término se forma por la combinación de man (hombre) y explaining (explicar) y se usa comúnmente en contextos donde se discuten temas de género y relaciones de poder entre hombres y mujeres. El mansplaining se percibe como una forma de comportamiento sexista que refleja la dinámica de poder y la desigualdad de género en la sociedad.

En medio de este fuerte escenario los demás compañeros de la mesa de trabajo se quedan callados y dejan que el DJ maltrate a su compañera, dando por sentado que está bien, no es una actitud reprochable.

Escuchar como es interrumpida una mujer por parte de su equipo de trabajo periodístico en los grandes medios de comunicación, es algo cotidiano que la audiencia tiene normalizado. Basta ver los comentarios en redes sociales: “lo que la mayoría vimos fue un debate en el cual la expresión boba no es utilizada de forma irrespetuosa, me parece más un show que cualquier cosa”

Medios al paredón

La cadena Caracol Radio y su emisora Tropicana emitieron un comunicado después de despedir a Francisco Ramírez, en el que se deplora y condena: “el infortunado suceso de que una persona integrante de nuestra empresa, haciendo uso de su libertad de expresión, haya hecho unas declaraciones irrespetuosas contra la dignidad del presidente de la República, Gustavo Petro, así como contra una de sus compañeras de trabajo.”

Por su parte el expresentador declaró a Semana que: “No estoy dolido con una empresa como Caracol y menos con un equipo de trabajo como Tropicana que somos una familia. Lo que me duele es el punto de partida del país, las hienas de las redes sociales, que buscan cualquier escenario para sacar lo incompetente y frustrados que son, porque ninguno de los que me ha criticado ha hecho ni la cuarta parta de lo que he hecho por la ciudad”.

La responsabilidad al estar detrás de un micrófono o un teclado, sabiendo que lo emitido va a influir en la opinión de quienes consumen dicho contenido conlleva a que las afirmaciones hechas sean verificables, sino la libertad de expresión bajo la cual se escudan muchos medios de la oposición se convierte en calumnia.

Igualmente, el presidente Petro se pronunció en X: “La manera como me trata el periodista, tapando de humor el comentario calumnioso muestra la política enseñada desde medios de comunicación social por los dueños del capital. Destruir la imagen del presidente con la calumnia solo porque no pone el estado al servicio del capital sino al servicio del pueblo.”

A partir de la insistencia reciente de la oposición en hacer ver a Petro como “bandido y narcotraficante”, podría incluso intuirse que se están aplicando dos de los principios de la propaganda del célebre líder nazi Joseph Goebbels: simplificar los mensajes para que fueran fácilmente comprensibles para la audiencia, estos debían ser claros y directos sin dejar lugar a confusiones además de la repetición constante de consignas, eslóganes y mensajes clave ayudaba a que estos se grabaran en la mente del público, reforzando la percepción para influir en la formación de opiniones.

La “tía Inés”

Finalmente, el personaje con el cual este presentador se volvió “famoso” es el de una mujer: la tía Inés, a través del cual se pronunció en redes sociales después de su salida de la emisora.

Con una peluca y ropa de mujer, Ramírez caricaturiza a las mujeres desde el estereotipo basado en supuestos sobre la “sabiduría” después de cierta edad. Este recurso se ha explotado en redes sociales con mucho éxito: hombres cishetero que se burlan de las mujeres con una peluca encima.

Precisamente es este disfraz el que permite que las personas se creen una imagen acaso inexistente del personaje real detrás del mismo. Muchas opiniones no solamente respaldaban el odio hacia el presidente, sino señalaban lo buena persona que era “la tía Inés”: “Que poco sabe la gente del aporte humano que ha sido Paco, no solo para la institución sino para la ciudad, que poco conocen la emisora, que poco conocen el programa y que poco conocen a la tía Inés”.

Mientras otros usuarios opinaban: “Lo único que corresponde es despedirlo por su altanería contra una mujer y más por una ideología política. Es curioso que alguien que mantiene a Dios en su boca no le dé para tener la calma de respetar mínimamente una mujer con la cual comparte todos sus días labores, aún más sabiendo que este señor manda a comer mierda a sus compañeros en vivo”.

Con todo esto, una vez más se deja entredicho el profesionalismo de las personas detrás de los micrófonos en los grandes medios, quienes faltan a principios éticos con la finalidad de tener más público o seguidores a los cuales también cabe preguntarles, ¿qué criterio utilizan para consumir el contenido que eligen?

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