miércoles, mayo 1, 2024
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La belleza en el cabello afro

La lucha contra el racismo estético también se libra desde las trenzas, el afro y los crespos

Valentina Bolaño Senior
@Vale_BoSe

Una de las características de la niñez negra son los comentarios que se reciben de otras personas frente al cabello afro, pelo apretado”, “pelo malo”, son algunos de los nombres que da la sociedad; ponen en duda la belleza y se condena como desorganizado o poco profesional.

Las mujeres, frente al racismo sistematizado, estuvieron obligadas a pasar por procesos químicos dolorosos para alisar su cabello, ocultando su identidad para encajar en una sociedad que quiere blanquear lo negro.

Sin embargo, la lucha por la reivindicación de la dignidad negra está presente; mostrando sus grandes afros, sus largas trenzas, sus cabellos crespos, las personas rompen estigmas y muestran la valentía frente al sistema que los oprime.

Las trenzas no son un accesorio

Así pues, las largas, fuertes y coloridas trenzas siempre han representado la cultura negra en todo el mundo, sin embargo, muy pocos saben cuál es la historia de tan característico peinado. Se remonta al año 3000 a. C., donde el objetivo de las curvas y el estilo geométrico era revelar los años, el estado cívico, social y económico de las personas.

Indiscutiblemente, las trenzas son parte importante en la identidad; en la esclavitud, las mujeres trenzaban en su cabello mapas que llevaban a su pueblo a territorios libres. A lo largo de los años, las trenzas han vuelto a ser abrazadas por las personas afrodescendientes, quienes han luchado contra la estigmatización del cabello afro como “sucio y poco elegante”.

No es apropiación, es racismo

El extractivismo estético y racial ha estado en debate en las redes sociales, aunque esto no es nuevo, se ha vuelto normal ver mujeres blancas trenzando su cabello lacio, sin saber que están dañándolo, pues, el peinado está hecho para un cuero cabelludo mucho más grueso y fuerte, como el afro, por eso, se cae su cabello y se daña completamente.

Ahora bien, estas acciones demuestran el racismo y el complejo de salvador blanco, y es cuando el sujeto blanco quiere hacer uso de algo que ha sido signo de estigma y rechazo para el pueblo negro y volverlo tendencia por lo estético que se ve. Es necesario decirlo, las trenzas no son accesorios, son historias, y los blancos no deben apropiarse de eso.

La belleza es negra

Por esas razones, la lucha contra el racismo estético está más viva que nunca, porque muchas mujeres no crecieron con una representación de la belleza negra y sus cabellos afros en la televisión, política o en cualquier espacio y, por eso, decidieron ser ellas las primeras en luchar contra la estigmatización y el racismo.

Seguramente, Victoria Santa Cruz, con su poema “Me gritaron Negra”, dio el empujón que hacía falta para resignificar la belleza en Latinoamérica:

De hoy en adelante no quiero laciar mi cabello

No quiero

Y voy a reírme de aquellos,

que por evitar –según ellos–

que por evitarnos algún sinsabor

Llaman a los negros gente de color ¡Y de qué color!

NEGRO

Definitivamente, al hablar de representación se debe mencionar a la vicepresidenta Francia Márquez, quien es negra y permanece con trenzas, es un poderoso mensaje para las niñas: el cabello afro existe, incomoda y es parte del cambio en el país.

La dignidad racial en la estética estará presente en las futuras generaciones, no habrá más ocultamiento, las trenzas y el afro serán parte de todos los espacios.

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