VOZ habló con el cantante y productor venezolano sobre su prolífica carrera, la importancia de la la música en las discusiones sociales, las reflexiones que dejó la censura en Rock al Parque 2017 y la expectativa que despierta la presentación de la agrupación Gillman en el primer festival Paz Rock
Óscar Sotelo Ortiz
@oscarsopos
Paul Gillman es una verdadera leyenda del rock. Con 47 años de trayectoria como cantante de heavy metal y productor de televisión, radio y eventos masivos, es en la actualidad uno de los principales referentes de la escena venezolana y latinoamericana.
Junto con su banda Gillman, estarán tocando en la Plaza de Bolívar de Bogotá el próximo 12 de abril, en el primer festival Paz Rock: Voces por el cuidado, la paz y la vida, iniciativa del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes.
VOZ habló con él sobre su prolífica carrera, el actual lugar del rock en la industria, las reflexiones que dejó la censura en Rock al Parque 2017 y la expectativa que despierta su presentación en Bogotá.
Levántate y pelea
A propósito de estas cuatro décadas de trayectoria, ¿cuál ha sido la clave para mantener viva la cultura del rock?
– La clave está en la constancia, en creer en lo que uno hace, en lo que uno siempre ha amado, en este caso el rock. Los que luchamos por el verdadero rock lo hacemos por la conciencia, por la justicia, por los derechos humanos y por la paz en el mundo. Mientras exista el rock, todos estos valores van a ser defendidos.
Se cumplieron 40 años de la publicación de Levántate y pelea y 30 años de Escalofrío. ¿Qué significado tienen estas conmemoraciones en la carrera de Paul Gillman?
-Es emblemático que este año se han cumpliendo estos dos grandes aniversarios. La mejor manera de celebrarlo con todas y todos ustedes es en el concierto Paz Rock. Tenemos solo 45 minutos, pero trataremos de hacer lo mejor posible. La idea es tocar un par de temas de Levántate y pelea y unas tres canciones de Escalofrío. Además, justamente se está haciendo en este momento una edición especial de los álbumes en Colombia.
Ante el éxito del pop y la música urbana, ha emergido una expresión: “el rock ha muerto”. Al respecto, ¿cuál es su opinión sobre la música mainstream? Y la pregunta obligada, ¿el rock ha muerto?
-El rock es un género inmortal, al igual que el jazz, la música clásica, la salsa o los sonidos folclóricos de cada país. El rock no necesita estar en el primer lugar. Iron Maiden jamás ha tenido un número uno en la Billboard y han vendido millones y millones de discos. El que diga que el rock ha muerto es simplemente un ignorante de la música.
Sobre la música que se está haciendo ahora, y lo digo con toda la responsabilidad, es basura absoluta, ya sea el reggaetón, el trap y todos sus derivados.
En la historia
¿Cuál es el papel que debe cumplir la música, en este caso el rock, en las grandes discusiones sociales?
-Mi hermano Elkin Ramírez (Kraken), que nos ilumina desde el olimpo de los héroes caídos del rock and roll, quien les habla, en su momento John Lennon, Roger Waters, en fin, son muchas personas rockeras que defienden causas justas.
“Los de corazón de rock pesado, somos hermanos de verdad / y juntos veremos la derrota, de quienes nos quieren acabar” (canta). El rock que hacemos es por la justicia, por la libertad y por la paz. Por eso siempre será incómodo para las grandes corporaciones.
En 2017, el festival Rock al Parque censuró la presentación del grupo Gillman, porque su vocalista y líder era “chavista”. Siete años después, ¿cuál es la principal reflexión que dejó este episodio?
-Fue un acto vergonzoso para un festival como Rock al Parque. En ese momento nosotros teníamos mucha ilusión de presentarnos allí. Se utilizaron subterfugios políticos. En las democracias, cada quien tiene derecho a tener su religión, sus creencias, sus convicciones y sus tendencias políticas. Eso no fue respetado.
Quiero agradecerle a la persona que hizo esto porque nos metió en la historia. Somos la única banda de rock convocada y desconvocada de un festival por razones políticas. Esperamos que en la actualidad exista una mentalidad un poco más abierta. Me encantaría que en estos 47 años de carrera pudiéramos presentarnos por fin en Rock al Parque.
Lo bonito fue que no me dejaron tocar en el festival, sin embargo, ese mismo año fui invitado para girar en varias ciudades de Colombia con el grupo Kraken. En Bogotá el recibimiento fue espectacular. Se los agradezco enormemente. La gente se puso de pie y empezó a corear mi nombre antes de que cantara la primera canción. Un orgullo para mí y una vergüenza para que él que creyó que con esto iba a entrar a la historia. Si entró, pero por la puerta de atrás.
Paz Rock
¿Cuál es el balance que deja el Gilmanfest binacional?
Todo comenzó con un bonito encuentro con el ministro de Cultura de Colombia, el señor Correa, al cual le agradezco como nos atendió en Bogotá. Hicimos un pacto hecho con la voz y las manos, nada firmado, todo de corazón, para crear la edición binacional del festival Gillmanfest.
La versión en Venezuela fue un éxito arrollador. Contamos con la participación de Ursus de Bogotá y, por supuesto, Kraken. Por Venezuela tocaron Arrecho, Kasino y Gillman. Estamos esperando para el mes de agosto hacer el Gillmanfest binacional en Colombia.
Por mi parte ya he sugerido que se repita a Ursus y a Kraken. Los curadores colombianos me ayudarán a conseguir un par de buenas bandas para que sea también un éxito. Por Venezuela estaremos con Kasino (Víctor González), el padre del rock nacional venezolano, quien formó parte de Skywall Meditation, que fue la primera banda de hard rock en 1968, y luego estuvo con la banda clásica de los ochenta La Misma Gente.
Por nuestra parte, Gillman tiene preparado para este evento un repertorio escalofriante. Estaremos tocando el noventa por ciento del disco Escalofrío, el original, el que está cumpliendo 30 años.
¿Paul Gillman se retira o hasta el final rockeando?
“Moriré de pie y cantando, moriré en el escenario” (canta). Así lo dice la canción que compusimos con una agrupación que tuve en los años ochenta de nombre Masakre, que no tiene nada que ver con la banda de Colombia.
Paul Gillman no se retira, sigue aquí para gusto de muchos, para disgusto de muy pocos. Aquí estoy luchando por lo que creo. En enero de 1967 prendí un televisor y The Monkees me dijeron, “esto es lo que tú quieres en tu vida”. Y eso es lo que he sido, un rockero que comenzó como fanático, continuó como baterista, se convirtió en cantante, grabó discos, luego tuvo programas de radio y televisión, luego productor de eventos masivos. Aquí sigo y aquí seguiré.
¿Cuál es el mensaje para las personas que lean esta entrevista?
-Una especial invitación a que disfrutemos juntos de estos 45 minutos históricos que vamos a estar compartiendo en la tarima del Paz Rock el próximo viernes 12 de abril. Faltan solo horas. Estamos muy emocionados y contentos. Que viva la cultura del rock.