martes, mayo 7, 2024
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“Brasil va a continuar cambiando”

En Brasil y Uruguay, candidatos de izquierda obtienen mayoría de votos. Dilma Rousseff promete profundizar reformas sociales. Tabaré Vásquez va a segunda vuelta el 30 de noviembre

Dilma Rousseff prometió una reforma política para Brasil en su próximo mandato.
Dilma Rousseff prometió una reforma política para Brasil en su próximo mandato.

Alberto Acevedo

En un hecho de enorme significado para América Latina, el triunfo electoral del Partido de los Trabajadores, en Brasil, y del Frente Amplio, en Uruguay, permite consolidar un proceso de reformas sociales de carácter democrático, salvar el proyecto de integración regional bajo postulados de soberanía nacional y autodeterminación de los pueblos y continuar manteniendo la solidaridad con Venezuela y Cuba, blancos de una renovada ofensiva de los Estados Unidos por desestabilizar sus gobiernos.

En el caso de Brasil, Dilma Rousseff, candidata del Partido de los Trabajadores, obtuvo en segunda vuelta un 51,54% de los votos, frente al 48,46% de su inmediato oponente, el derechista Aécio Neves. De esta manera, los gobiernos de izquierda completan un ciclo de 16 años gobernado en el país de la samba.

En sus primeras reacciones, Rousseff dijo que “cuando una reelección se consuma, ésta tiene que ser entendida como un voto de esperanza que nos da el pueblo, para mejorar los actos del gobierno. Yo sé que eso es lo que dijo el pueblo. Por eso quiero ser una presidenta mejor de lo que fui hasta ahora”.

En una clara exhortación a la unidad, a tender puentes, en un país que parece fracturado por el estrecho margen que le permitió a la mandataria mantenerse en el gobierno por un período más, Dilma dijo: “insto sin excepción a todas las brasileñas y a todos los brasileños a unirnos por el futuro de nuestra patria y de nuestro pueblo”.

Afianzando las reformas

“Brasil va a continuar cambiando. Tengo la seguridad de que Brasil continuará siendo una de las mayores naciones democráticas de este planeta”, dijo la reelecta mandataria, que además prometió adelantar una reforma política, para lo cual llamó al diálogo con todos los sectores representativos de la nación.

De otra parte, en las elecciones primarias en Uruguay, el candidato del Frente Amplio, Tabaré Vásquez, aparecía con una importante ventaja sobre su inmediato opositor, el neoconservador Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional, aunque en la mañana del lunes de esta semana no se conocían aún cifras oficiales. Encuestadoras muy acreditadas, como Factum, concedían al Frente Amplio un 46,5% de la votación y a Lacalle un 32%, lo que indica que de todas maneras habrá una segunda vuelta, prevista para el 30 de noviembre.

Desde las primeras horas de esta semana comenzaron los acercamientos y las pujas por ganar el favor de los electores entre dos candidatos muy distintos en sus planeamientos y con programas de gobierno radicalmente opuestos, en una jornada que aparecerá reñida, muy similar a la ocurrida en Brasil el pasado domingo 26.

Equilibrio político

El médico Tabaré Vásquez, quien buscará consensos políticos y sociales, manifestó en sus primeras declaraciones que la opción para el país es “avanzar en un rumbo progresista”. Dijo que “seguiremos bajando la pobreza, no solo por sensibilidad con los más débiles, sino porque no hay desarrollo si no incorporamos a esos compatriotas al mundo del trabajo. Vamos a hacer un país más justo, más fraterno, más humano, hasta la victoria siempre”, puntualizó Vásquez.

Numerosos analistas independientes habían coincidido, horas antes de concluir ambos procesos, que en ellos se jugaba no solo el equilibrio político de los dos países sudamericanos, sino la suerte del continente, su rumbo progresista.

Con 200 millones de habitantes, Brasil es calificado como ‘potencia emergente’, que hace parte del grupo de países denominado Brics, es la economía más fuerte de Mercosur y de la Unasur, es el centro de las inversiones chinas en la región, el principal socio comercial de la Argentina e importante sostén de las economías venezolana y cubana.

Uruguay por su parte, no obstante ser un pequeño país, es factor de equilibrio entre Argentina y Brasil, contribuye al afianzamiento de una política exterior independiente y contrahegemónica y junto a Brasil, ambos desarrollan el proceso de integración regional progresista que se vive en el continente.

Ese proyecto de integración, el apoyo a Cuba y Venezuela, el funcionamiento de Mercosur y Unasur, fue lo que se puso en juego en las elecciones del pasado domingo en el continente suramericano. Esa tendencia seguramente se reforzará en la segunda vuelta en Uruguay del 30 de noviembre y en las elecciones generales de Argentina en octubre del próximo año.

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