Nelson Lombana Silva
Para el pequeño caficultor del municipio de Líbano, Tolima, Henry Castro Alonso, si los campesinos no han salido masivamente a la protesta hasta ahora, es porque están recolectando algunos granos de café y tienen deudas pendientes que están dispuestos a colocarse a paz y salvo.
También existe miedo entre los labriegos por la serie de amenazas continuas de que vienen siendo objeto por parte de la fuerza pública. Al decir del labriego prácticamente los tienen rodeados sin salida posible.
Sin embargo, a pesar de la dura represión surge la necesidad de salir a protestar porque es la única arma de que tiene el campesino. Además, como dice don Henry, estamos exigiendo lo nuestro, lo que nos pertenece.
La página web: www.pacocol.org dialogó brevemente con el campesino y esto dijo:
– ¿Cómo analiza usted la situación actual del campesino colombiano?
El problema del café lo veo muy difícil porque a los pequeños de verdad nos está afectando bastante, ya que somos personas que siempre estamos dedicadas a este cultivo. Por lo tanto, se nos dificulta cambiar porque ya estamos en avanzada edad y cambiar de cultivo sería comenzar de nuevo.
Así que nosotros estamos luchando en estos momentos por tratar de sostenernos y darles un mejor futuro a nuestros hijos. Si queremos que esto mejore tenemos que unirnos más, ser más conscientes de lo que está sucediendo y unirnos, porque si no nos unimos, cada uno por su lado, no podemos hacer nada.
Si el gobierno no nos pone cuidado, nos toca buscar alguna alternativa: La movilización. Dicha movilización debe ser pacífica, pero si el gobierno no nos atiende así, hay que utilizar las vías de hecho. Es el gobierno el que nos obliga a eso, para poder llamar la atención. Así como el gobierno nos ha dado duro, así también nosotros tenemos que mirar la forma de obligarlo a que nos escuche.
Nosotros no estamos pidiendo algo que no nos pertenece, estamos luchando por algo que hemos construido durante toda nuestra vida como es el cultivo del café, siempre hemos vivido de él, hoy en día para sostenerse del café es imposible. Los hijos nos ven viejos, acabados y sin dinero. ¿Eso es un estímulo para que ellos sigan en el campo y en la caficultura? Por supuesto que no.
De alguna manera tenemos que hacerle saber al gobierno que está cometiendo un atropello contra nosotros. Que los precios actuales no son justos, por favor: Entienda que lo que pedimos es algo que nos pertenece. Algo que lo hemos construido desde hace mucho rato. El problema del café hace rato se viene dando.
– ¿El campesino del norte del Tolima entonces está dispuesto a salir a defender sus intereses de clase?
Sí, la verdad que desde el lunes (hoy) comenzamos a salir para darle a entender a las demás personas de que también nosotros tenemos que protestar de alguna forma. La gente no ha salido hasta ahora, pero va a salir. La gravedad del problema así lo exige y así lo amerita. Algunos no han salido porque están recolectando sus granos de café y tienen sus deudas, sus compromisos económicos. Ellos tienen que recolectar esos granos para cumplir con sus compromisos y luego sí salir a hacer acompañamiento.
Lo otro es lo siguiente: Si nosotros no tenemos el apoyo total de todos los afectados resulta muy difícil, pero hay una realidad: Mucha gente tiene miedo, porque estamos acorralados por la fuerza pública. Por todo lado que vamos a salir nos ponen problemas, problemas que nunca había existido sobre el control del transporte ahora sí lo han hecho. Preguntan de todo minuciosamente. Es increíble.
Nosotros somos campesinos y merecemos respeto. Nosotros siempre hemos respetado la autoridad, ahora que ellos nos respeten, nosotros no los estamos atropellando ni nada, que nos dejen pasar libremente, que nos dejen pasar nuestros alimentos porque necesitamos alimentar a las personas que están luchando y llegando a la protesta. Nosotros no queremos llegar a atropellarlos, pero en algún momento que nos agredan, tenemos nosotros que defendernos de alguna manera.
